IRREVERENTE

O a lo mejor sí...

Les platico:

La frase del título fue la respuesta de Albert Einstein al mundo probabilístico que surgió en la investigación atómica.

Llegó a nuestros días merced a la película “Oppenheimer”, que muchos ven pero quizá muy pocos aquilatan en el enorme valor que entraña para el ámbito político que cada vez se convulsiona más.

En la historia que nos cuenta el director Christopher Nolan no pasa de ser una cita anecdótica sobre los avatares que enfrentó el protagonista tras la detonación de la bomba sobre Hiroshima y Nagasaki.

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Harry S. Truman, tras recibir brevemente a Oppenheimer en la oficina oval de la Casa Blanca, le pide a su vice presidente que no le vuelva a llevar ahí a ese llorón.

“No se sienta culpable, pues aunque usted la creó, fui yo quien ordenó su detonación”, le dice Truman a Oppenheimer.

El libro que sirvió de base a la cinta -”American Prometheus”, de Kai Bird y Martin J. Sherwin, publicado en 2005- desarrolla abundantemente la anécdota sobre los dados y Dios.

Un año después, la Academia de Ciencias de Murcia en España, desarrolló todo un tratado alrededor de la citada frase.

En esencia, el físico judío alemán se refería a que desde el siglo XVII con la era de la Razón que condujo a la Ilustración, el universo se había vuelto cada vez más predecible.

Política

Al menos en México, ese concepto tiene amplia aplicación en materia política.

Los aspirantes a la presidencia de uno y otro bando tienen bien sabido que los dados parecen estar cargados hacia las dos damas que compiten en esta carrera.

De los suspirantes ni me ocupo, porque andan gravitando y dando tumbos por ahí, tratando de rescatar algo de la notoriedad que perdieron.

En este caso, Dios no juega a los dados, pues es bastante predecible quiénes serían las candidatas que se enfrentarían por la presidencia en 2024.

O a lo mejor Dios si se anima a tirar los datos sobre la mesa... porque si la población se convierte en ciudadanía y ésta en electorado que vota, podría venir una sorpresa para las dos damas citadas, a partir del próximo 3 de septiembre.

El trabajo de Dios en estos menesteres, es muy abstracto.

Lo digo por aquello de los que para todo y en todo invocan a la voluntad divina.

Me refiero a los que abren el día mandando bendiciones y lo cierran igual.

Como decía mi abuela la alcaldesa: muchos de esos comen santos y excretan diablos.

Muchos de esos son de misa diaria y los que son santones llegan al extremo de ordenar misa a domicilio.

Por ese lado, comen santos.

Y por el otro excretan diablos, pues pudiendo ayudar a otros a mansalva, se administran y le ponen condiciones a su ayuda.

Cajón de sastre:

Volviendo a Oppenheimer, la pregunta que gravita es ¿cómo un hombre que veía tanto no fue capaz de ver lo que se le venía encima?

Lo mismo pasa con muchos personeros y santones de la política y de la I.P. ¿Cómo siendo capaces de ver tanto no ven lo que se les viene encima?