La presencia del elemento religioso en los procesos electorales ha sido ampliamente estudiada, sobre todo en nuestro continente. Aquí algunos puntos para reflexionar sobre el tema y para confirmar que durante las campañas electorales en México, las religiones (quizá los fenómenos religiosos) son y serán tema crucial para la votación.

1. La foto del encuentro de las dos candidatas con el Papa Francisco fue el primer paso para traer el tema religioso a la palestra pública. Mientras que Xóchitl (X) se declara católica, Claudia (C) se declara admiradora del pensamiento social de la Iglesia. Ojo que el ser católico no es sinónimo de mayor popularidad y lo vimos con la elección del presidente López Obrador, nunca se asumió católico sino seguidor del mensaje de Jesús Cristo (un término más cercano al utilizado por los grupos de corte protestante) y esto no mermó en el apoyo popular depositado en las urnas.

2. El voto evangélico no es un tema en México, lo notamos con la pérdida de registro del Partido Encuentro Social. A diferencia de otros países como Estados Unidos (con Trump) o Brasil (con Bolsonaro), aquí el perfil de estos grupos es bajo. Ciertamente tienen un gran alcance, sobre todo el sureste y con las nuevas macroiglesias en zonas de la frontera norte pero no dispone de poder político para orientar la balanza hacia una u otra candidata. Su agenda es fácilmente conciliable con casi cualquier partido en turno.

3. Ambas candidatas aceptaron firmar el documento Compromiso Nacional por la Paz, convocado por el Episcopado y elaborado por especialistas de diversos sectores sociales. X volvió a confirmar su identidad como católica (igual que EPN, Calderón, Fox, etc.) y C lo firmó con reservas, exponiendo sus puntos de coincidencia y sus discrepancias. Un ejercicio atinado del Episcopado y de la sociedad civil que apunta a procesos y no solamente a reproches estériles.

4. Simultáneamente algunas provincias eclesiásticas (conjunto de diócesis) dieron talleres de democracia en el Bajío y algunos sacerdotes aprovecharon para pedir el voto por X. No es ninguna novedad que el voto conservador se afiance en esas regiones pero, ¿qué pasa con el voto ultraconservador?

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5. X tiene un problema con el conservadurismo católico (el cual es radical y a veces hasta se opone al Papa Francisco al considerarlo demasiado liberal). Es un segmento reducido pero significativo, preferían a alguien como Verástegui, que les representa. El problema de este sector es que X tendrá que aclarar de qué lado del espectro social está: pro vida o pro aborto, pro comunidad de la diversidad sexual o pro terapias de conversión (aunque el PAN haga maromas para justificar su voto), pro feminismo o pro valores tradicionales. Si bien tiene bases priistas, también tiene bases panistas y su posicionamiento en este tema será delicado.

6. La postura de C parece apostar más por la ciencia que por meterse al infinito debate de la laicidad y considero que es atinado. Queda claro que se necesitan relaciones sanas con las distintas iglesias y con distintas formas de pensamiento religioso, esto le permitirá mostrar que tendrá un gobierno dialogante y no sometido a los movimientos estratégicos de la jerarquía católica.

7. La cereza en el pastel: ¿dónde quedó todo ese entusiasmo de señoras y señores del movimiento FREENA? ¿Dónde quedó su elocuente líder, Gilberto Lozano? Lo más sensato sería pensar que es un voto que se movió con X, sin embargo, es más factible que opten por la abstención al no encontrar sus necesidades plenamente identificadas con los proyectos propuestos.

8. Recomiendo leer:

  • Díaz, S. M. (2008). Iglesia y Estado en América Latina: Aproximación a una tipología de relaciones. Cuadernos Constitucionales de la Cátedra Fadrique Furió Ceriol.
  • De la Torre, R. (2005). Política y religión en el Perú: Del “pecado original” al nuevo milenio. Fondo Editorial PUCP.
  • Ferrari, S. (Ed.). (2016). Routledge Handbook of Law and Religion. Routledge.
  • Hobbes, T. (1998). Leviatán. Fondo de Cultura Económica.
  • Marshall, W. (Ed.). (2010). Public Spirit: Dissident Political Thought in Europe and Latin America. University of Notre Dame Press.
  • Pérez-Liñán, A. (2008). Catholicism and Democracy: A Reassessment of the Medieval Church-State Theory. Palgrave Macmillan.
  • Rousseau, J. J. (2003). El contrato social. Alianza Editorial.
  • Verkamp, B. (2000). The Indifference of the State to Religion. University of Notre Dame Press.
  • Wood, J. E. (Ed.). (2009). Christianity and National Identity in Twentieth-Century Europe: Conflict, Community, and the Social Order. Oxford University Press.