Estos son los eventos deportivos mas importantes del mundo:
- Juegos Olímpicos (de verano e invierno).
- Copa Mundial de la FIFA (futbol).
- Super Bowl (futbol americano)
- Champions League (futbol).
- Grand Slam (cuatro torneos de tenis: Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon, Abierto de Estados Unidos).
- Majors (cuatro torneos de golf : Masters de Augusta, Campeonato PGA, Abierto de Estados Unidos y Abierto Británico).
- Finales de la NBA (basquetbol).
- Fórmula 1 (automovilismo).
- Tour de Francia (ciclismo).
- Serie Mundial (beisbol).
- Daytona 500 (automovilismo).
- Copa del Mundo de Cricket.
- Peleas de campeonato mundial de box.
El deporte profesional es, sobre todo, un gran negocio. Pero, también, un ejemplo para que la gente se ejercite y mejore su salud.
Las mayores televisoras del mundo se alimentan del deporte profesional porque es el espectáculo preferido por los anunciantes que más pagan para difundir sus mercancías. También, el deporte profesional genera la actividad turística más costosa: la gente con suficientes recursos gasta verdaderas fortunas para estar en la inauguración de los Juegos Olímpicos, acudir a la final de la Champions, presenciar el Super Bowl, asistir a la Copa del Mundo, viajar a Las Vegas a una pelea de box o disfrutar en las tribunas alguno de los Gran Slam de tenis.
Los gobiernos nacionales apoyan fuertemente tales eventos —con mucho dinero y otorgando toda clase de facilidades a los organizadores— por lo que significan en términos de mejorar la marca país. No cabe duda de que ayudó a la imagen de México el reciente Gran Premio de Fórmula 1 celebrado en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
Para el deporte profesional el apoyo de los gobiernos resulta fundamental, pero lo más relevante para el negocio son las estrellas.
El Tour de Francia perderá mucho de valor en 2022 si no participan Primož Roglič y Tadej Pogačar; los clásicos Real Madrid - Barça no son tan relevantes desde que Lionel Messi y Cristiano Ronaldo abandonaron estos equipos; la Fórmula 1 en México habría tenido menos rating en nuestro país sin Checo Pérez; el futbol americano sufrirá, desgraciadamente ya muy pronto, para encontrar una figura de la talla de Tom Brady, si es que la encuentra; el golf sigue en la búsqueda de un personaje tan carismático y talentoso como Tiger Woods, y el tenis, con Roger Federer envejecido, solo genera algún interés global si en los grandes torneos compiten Novak Djokovic y Rafael Nadal.
Está en duda la participación de Djokovic en la primer gran competencia de alcance mundial del año, el Abierto de Australia. No por una lesión, sino por decisión del gobierno. Él es antivacunas. Con cierta maña consiguió una exención médica especial para ingresar a ese país sin cumplir con la norma de estar vacunado. Pero, al llegar, las autoridades migratorias no la consideraron válida y ordenaron deportarlo.
El tenista, con buenos abogados, tratará el lunes de echar abajo lo decidido por los agentes de fronteras. Ante un juez presentará sus pruebas de que, por razones médicas, él no debe vacunarse. Por lo pronto, está encerrado en un hotel que ha sido calificado como “infame”.
El primer ministro de Australia, Scott Morrison —un hombre que no desconoce la importancia de Djokovic para el gran evento deportivo de ese país—, ha sido contundente: la estrella del tenis no tendrá un trato especial. Es decir, jugará el primer Grand Slam del año si presenta pruebas suficientemente sólidas que le exenten de contar con un esquema de vacunación completo para visitar territorio australiano. Pero, dijo el primer ministro, “si esas pruebas son insuficientes, no se le tratará de forma diferente a los demás y estará en el siguiente avión de vuelta a casa. No debería haber reglas especiales para Novak Djokovic en absoluto”.
El deporte incrementa positivamente la imagen de un país, no hay duda, pero el respeto a las leyes la eleva todavía más, mucho más.