Felipe Calderón está demostrando poseer una inteligencia superior para la práctica del deporte político por excelencia: jugar al Tío Lolo, es decir, hacerse pendejo solo.

Es deporte, pero también arte y hasta ciencia: hacerse pendejo con maestría —es el caso de Calderón— permite al político eludir sus responsabilidades y lograr que estrellas del periodismo le crean y hasta lo defiendan.

Hoy, en su columna de Excélsior, Jorge Fernández Menéndez ha dicho que Ciro Gomez Leyva ha concluido un ciclo, tanto en Imagen Televisión como en Grupo Fórmula, que no duda en calificar, con toda razón, como uno de los más exitosos del periodismo de los últimos años.

Ciro es un periodista muy exitoso, claro que sí. Jorge también. Y, aunque no es tan lúcido como estos dos —siempre lo he considerado, por sus limitaciones intelectuales, un Vicente Fox pequeño—, Carlos Marín, de Milenio, también ha tenido éxito.

Los tres, Gómez Leyva, Fernández Menéndez y Marín todo le creen a Calderón y, por lo tanto, a Genaro García Luna. Hay más estrellas del periodismo hechizadas por Calderón y García Luna.

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No creo que Gómez Leyva, Fernández Menéndez y Marín defiendan por razones indecentes a Calderón y a García Luna. Lo hacen los tres periodistas mencionados porque Calderón y su superpolicía los hechizaron. Se dejaron seducir y ni hablar: el experto en Tío Lolo también lo es en el arte del enamoramiento periodístico.

Vayamos ahora al gabinete de Calderón:

Cinco secretarios de Gobernación tuvo Felipe Calderón:

  • Ramírez Acuña
  • Mouriño
  • Gómez Mont
  • Blake
  • Poiré

Calderón nombró tres secretarios de Hacienda:

  • Carstens
  • Cordero
  • Meade

Tres titulares de la Secretaría de Educación:

  • Vázquez Mota
  • Lujambio
  • Córdoba

Tres titulares de la Procuraduría trabajaron con Calderón:

  • Medina Mora
  • Arturo Chávez
  • Marisela Morales

Dos secretarios de Salud:

  • Córdoba
  • Chertorivski

Tres secretarios de Comunicaciones:

  • Téllez
  • Molinar
  • Pérez Jacome

Tres titulares de Energía:

  • Kessel
  • Meade
  • Jordi Herrera

Tres secretarios de Economía hubo en el calderonato:

  • Sojo
  • Gerardo Ruiz
  • Bruno Ferrari

Pocas dependencias tuvieron durante todo el sexenio de Felipe Calderón el mismo titular: las dos de las fuerzas armadas, Defensa y Marina, que normalmente no cambian a sus secretarios, alguna otra y… muy destacadamente la Secretaría de Seguridad Pública, que desde el día uno hasta el final del calderonato encabezó Genaro García Luna.

Un juez de Estados Unidos condenó al único secretario de Seguridad de Felipe Calderón a 38 años de prisión por haber trabajado para el narco. Ese juez le dijo a García Luna:

  • “Usted tiene una doble vida. Usted vestirá muy elegante. Usted podrá decir que respeta la ley. Y seguro lo cree. Pero su conducta es la misma que la del Chapo”.
  • “Algunos dicen que fue Policía del Año. Pero señor, esto no hace más que confirmar que esa es solo una de sus dos vidas. Es lo que aprovechó para facilitar todos los crímenes horribles”.

Felipe Calderón, quien durante seis años tuvo como su principal colaborador a García Luna, dijo que solo conoció una de las dos vidas del policía del año que, en realidad, era narcotraficante. Mintió el esposo de Margarita Zavala.

Felipe Calderón no es tonto. No será un genio, pero más o menos tiene un cerebro que funciona: no es Vicente Fox, pues. Por lo tanto, Calderón sí es cínico e inmoral. Calderón —¡no nos hagamos pendejos, señores Gómez Leyva, Fernández Menéndez y Marín!— no podía ignorar lo que hacía su subordinado que trabajaba para el cártel de Sinaloa.

La presidenta Claudia Sheinbaum ha dicho que no está en sus planes investigar a Felipe Calderón, pero le exigió al menos pedir perdón públicamente por el daño que hizo con su absurda y perdida guerra contra el narco que ha sembrado terror en no pocas regiones de México.

En el tracking diario ClaudiaMetrics está claro que la inseguridad, por mucho, es el problema que más preocupa a la sociedad mexicana. Como hemos dicho —como todo el mundo sabe—, la espiral de violencia nació en el gobierno de Calderón no solo por su falta de estrategia, sino por haber entregado las operaciones bélicas a un narcotraficante.

Preguntaremos a la gente en una encuesta especial si basta, para satisfacción del pueblo mexicano engañado, con solo exigir a Calderón que pida perdón, o si más bien el Estado mexicano debe investigarlo a fondo, antes de que lo hagan en Estados Unidos. Porque de que Calderón caerá, caerá: él le dio el poder a García Luna que este utilizó para favorecer a las mafias.