En punto de las 13.45 horas del pasado 18 de junio, un helicóptero del Grupo Cóndores de la Ciudad de México y una ambulancia salieron del Hospital de Traumatología, Ortopedia y Rehabilitación, en Magdalena de las Salinas con un preciado cargamento: vida.
Previamente, un equipo multidisciplinario de médicos trabajó de manera cronometrada y precisa para obtener con corazón, hígado y dos riñones de un donante de 36 años. En tanto, pacientes y familiares fueron notificados de inmediato que una esperanza estaba en tránsito.
Este gran trabajo médico es una realidad cotidiana gracias a la experiencia acumulada a lo largo de 58 años, desde que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) logró realizar, en 1963, el primer procedimiento exitoso de trasplante renal convirtiéndose en pionero a nivel nacional.
Los métodos se perfeccionaron, la ciencia avanzó y 25 años después, en 1988, se concretó el primer trasplante de corazón, en tanto que, 1994 marcó otro hito al realizarse con éxito el primer trasplante de hígado en paciente pediátrico de un donador vivo.
En el transcurso de los años, el Instituto ha realizado con éxito más del 50% de los trasplantes renales en México, 65% de los trasplantes de corazón y 46% del total de los trasplantes de diversos órganos.
Actualmente se realizan 3,200 trasplantes en promedio por año en 58 programas activos que se ubican en 27 hospitales del IMSS del país, 23 de ellos realizan trasplante de riñón, 16 de córnea, nueve de médula ósea, siete de hígado y tres de corazón.
La donación es un acto que da vida
Los trasplantes se consideran como la mejor alternativa de tratamiento en pacientes con falla terminal de algún órgano o tejido, porque no solo incrementan la calidad y expectativa de vida, también permite a los beneficiarios recuperar su vida familiar y laboral.
Algunos trasplantes se practican de un donador vivo como el de riñón o hígado, sin embargo, lo ideal es que provenga de lo que se denomina un donador cadavérico.
En ambos casos se realizan varios estudios a los potenciales donantes, que garantizan la seguridad sanitaria y el funcionamiento de los órganos y, en el caso de donantes vivos, se analiza también que se tenga un estado de salud pleno que los confirme como sujetos aptos para la donación de un órgano o tejido.
A pesar de años de perfeccionamiento y avances técnicos, sigue siendo un procedimiento complejo en donde el eje angular de un buen resultado son los médicos y doctoras especialistas del área quirúrgica o clínica.
Para disminuir las posibles complicaciones, se somete a los pacientes a un riguroso protocolo de estudio, mismo que a su conclusión se presenta ante el Comité Interno de Trasplante, que es un grupo de médicos expertos que autorizan o no, el procedimiento quirúrgico del trasplante.
De ahí la trascendencia que ha tenido para el IMSS contar, desde hace más de 14 años, con un programa propio de capacitación para personal médico, en las diferentes modalidades del trasplante que ha permitido formar especialistas en México y en el extranjero.
Nuestra prioridad es, siempre, incrementar los porcentajes de éxito con calidad y seguridad, pues los pacientes que se someten a estos complejos procedimientos enfrentan una enfermedad grave que enfrenta riesgos durante la cirugía y en los siguientes días de evolución.
Uno de los más comunes es la posibilidad de presentar un rechazo del órgano o tejido, escenario que disminuye notablemente con apego estricto a la ingesta de los medicamentos inmunosupresores prescritos y durante toda la vida funcional del injerto.
A ello se suma la evaluación directa del estado funcional del órgano trasplantado cada tres meses hasta el año del post operatorio y después una revisión anual.
Gracias a este estricto protocolo que está contenido en los documentos normativos que regulan y estandarizan los procesos de donación y trasplante, el IMSS tiene una sobrevida del 94% de los riñones que se trasplantan, valor muy similar a lo reportado a nivel mundial, por citar un ejemplo.
Esta normatividad también permite garantizar la transparencia del origen y destino de todos los órganos y tejidos trasplantados, así como el total apego a la legalidad en estos procesos.
Por una cultura de la donación.
El Instituto Mexicano del Seguro Social cuenta con una Red Hospitalaria de Donación distribuida en todo el territorio nacional. La integran 75 unidades médicas autorizadas por la COFEPRIS y 52 médicos especialistas capacitados como Coordinadores Hospitalarios de Donación que realizan el proceso de donación cadavérica para la identificación, mantenimiento y realización de la cirugía de extracción del paciente con muerte encefálica o parada cardiaca.
En México hay 23 mil pacientes en espera de un trasplante, la mayor demanda es de riñón y cornea.
Sin embargo, con 3.7 donaciones por cada millón de habitantes al año (pmh), tenemos una de las tasas más bajas de donación de órganos en América Latina, en Argentina, por ejemplo, se tiene 11.8, en Brasil de 14.2 y España tiene una tasa de 50 pmh.
Estos datos revelan que prevalece una baja cultura de la donación, en la gran mayoría de los casos, debido a creencias, a la falta de claridad sobre el concepto de muerte cerebral y a la percepción, equivocada, de los familiares al ver que sus pacientes respiran y late el corazón, aunque se les explica que lo hacen con el apoyo mecánico de un ventilador y por la administración de medicamentos.
Recuperando el paso
Actualmente el Instituto Mexicano del Seguro Social está regularizando las actividades de donación y trasplante, toda vez que la pandemia de SARS-CoV-2 afectó las cirugías, aunque, es importante señalarlo, el Instituto no las suspendió y en todo momento se dio a la tarea de atender las urgencias y asignaciones prioritarias de trasplantes.
Conforme ha disminuido la intensidad de la pandemia, y se encuentra en ascenso el número de personas vacunadas; el IMSS avanza en la atención de pacientes, logrando, hasta el pasado 2 de julio, un total de 555 trasplantes, de los cuales 480 se practicaron del 1 de abril a la fecha. Asimismo, se han concretado 178 donaciones cadavéricas, 149 de ellas en el mismo periodo señalado. En todos los casos se siguen lineamientos de bioseguridad para evitar la transmisión viral.
En conclusión, el trasplante es la mejor alternativa de tratamiento en pacientes con falla de algún órgano o tejido, la realización de este tipo de cirugía se encuentra limitada por la disposición de donantes, principalmente los cadavéricos, por lo que es fundamental que la sociedad tome conciencia de la importancia de donar sus órganos y tejidos.
En este punto es importante señalar que, de acuerdo a la ley y la ética médica, la decisión de donar es individual, de forma libre y voluntaria; sin embargo la autorización para la donación en el caso de paciente que ha fallecido lo otorga la familia, de ahí la importancia de platicar en familia sobre este tema para el cabal cumplimiento de tan generosa muestra de amor por la vida.
Luego de que los familiares de este hombre de 36 años decidieron la donación multiorgánica, el corazón se trasplantó a un hombre de 50 años que estaba inscrito en la lista de espera del Centro Nacional de Trasplantes. El hígado se destinó a una mujer de 57 años en el Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza, mientras que los riñones los trasladaron en ambulancia al Hospital de Especialidades del Siglo XXI.
En todos los casos, los órganos regalaron una nueva oportunidad de vida a sus destinatarios.
Para ser donador voluntario de órganos y tejidos, cualquier persona que así lo desee puede consultar la página de internet del Centro Nacional de Trasplantes: https//www.gob.mx/cenatra o visitar la página del IMSS en la liga: http//www.imss.gob.mx/salud-en-linea/donacion-organos, donde se podrá registrar la persona interesada para acreditarse como donadora voluntaria.
Twitter: @PedroPazSolis2