El titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Ricardo Sheffield, acusó en la conferencia mañanera del pasado 15 de agosto que las empresas Maseca y Minsa que ostentan el duopolio de la producción de harina de maíz están detrás del incremento del precio de las tortillas en el mercado nacional al aumentar sus costos con tal de no bajar los suyos.
La queja del funcionario federal es cierta ya que las dos grandes empresas productoras han incrementado el precio de la tonelada de su producto hasta en mil 500 pesos en junio pasado, un aumento récord, lo que ha repercutido de manera importante en el costo del kilogramo de tortillas, alimento básico de las familias mexicanas.
El presidente del Consejo Nacional de la Tortilla (CNT). afirmó que desde el inicio de la segunda mitad de este año el duopolio ofrece al mercado mexicano la tonelada de harina en un rango de 14 mil a 17 mil pesos, una considerable alza en un contexto de altos costos de insumos para las tortillerías.
El aumento del precio producto nixtamalizado del maíz representa 75 centavos de incremento del costo de un kilo de tortilla, el cual se transfiere al consumidor final, afectando también al Índice Nacional de Precios al Consumidor de la canasta básica y un atentado contra la economía de las familias mexicanas.
La tortilla es un alimento básico en la dieta de los mexicanos y uno de los principales insumos para su elaboración es la harina de maíz.
El mercado del polvo de maíz y de la tortilla poseen gran importancia para la economía mexicana y para los mexicanos, entre otras características porque representan un alimento básico en la dieta de las familias mexicanas.
Tiene gran importancia a nivel cultural y social por lo que posee un valor estratégico; estas industrias generan una gran cantidad de empleos y valor de la producción y en términos macroeconómicos son bienes bien estratégicos para la estabilidad y el control de la inflación.
El mercado y la industria de harina de maíz no existía antes de los años cincuenta del siglo pasado ni en México ni en el mundo.
Estos son relativamente recientes, fueron creados con la formación de la empresa mexicana Maseca subsidiaria de GRUMA en 1949 y se desarrollaron nacional y mundialmente en la década de los cincuenta y los sesenta teniendo como contexto nacional el modelo de desarrollo estabilizador o por sustitución de importaciones.
En este mercado no se hubo un proceso de sustitución de importables, pues no existía esta industria en México ni en el extranjero, pero si un proceso de industrialización de la harina de maíz.
Gruma es una corporación mexicana que inició produciendo harina de maíz, después incorporó tortillas de maíz y trigo, y actualmente es una trasnacional que anuncia su presencia mundial en cuatro continentes (América, Europa, Asia y Oceanía), con 75 plantas procesadoras, y da empleo a más de 20 mil personas.
Su operación se concentra en América del Norte, con 25 plantas en México y 28 en Estados Unidos.
El grupo opera con dos compañías, GRUMA y Grupo Industrial Maseca (GIMSA), esta última maneja su principal producto, las diversas versiones de harina de maíz marca Maseca.
La empresa, que nació en 1949, vio favorecido su crecimiento al comprar, por muchos años, el maíz subsidiado comercializado por Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO). A partir de 1990, la desregulación y liberación paulatina del mercado de la masa y la tortilla ayudó a GIMSA a incrementar sus ventas de Maseca;
Otros subsidios para apoyar la adquisición de tortilla nixtamalizada y harina de maíz, contribuyeron a mantener la demanda de harina. Además, los principales socios de GRUMA son también accionistas del Grupo Financiero Banorte, lo que también ha favorecido el crecimiento de la empresa.
Minsa es una empresa pionera en la fabricación de harina de maíz en todo el mundo, esta compañía inició sus operaciones en el año de 1952 como una empresa privada y en 1953 fue comprada por CONASUPO con el nombre de MICONSA.
En octubre de 1993, la paraestatal fue privatizada por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y sus seis plantas fueron adquiridas por capitales privados para transformarse en la empresa que ahora es conocida como Minsa.
Considerando la cadena de valor: maíz-harina-tortilla coexisten tres mercados: el del maíz, el de la harina de maíz y el de la tortilla. En el primero, los agricultores se pueden dividir en productores de temporal y de riego, este mercado se convierte en proveedor del insumo principal para las empresas harineras.
En el segundo, la elaboración de la harina de maíz, está altamente concentrada y dominada por un duopolio formado por: GRUMA la empresa líder la cual fue fundada por Roberto González Barrera y Minsa (Bunge) de Luis García Cerrato la seguidora, ambas producen más del 90% de la harina a nivel nacional, el resto se encuentra en manos de otras pequeñas empresas y la tercera son las tortillerías que elaboran el producto final.
El mercado del polvo esencial para la producción de tortilla es de tipo oligopólico, GRUMA es la empresa líder y Minsa la seguidora, estas corporaciones fijan las variables relevantes del mercado, en particular: el precio y la calidad de su producto, aunque existen otras empresas dado su participación marginal, podemos tratar a este mercado como un duopolio.
El producto en el mercado de la harina de maíz lo podemos definir como homogéneo, las diferencias entre la harina que produce GRUMA, y Minsa son mínimas, casi se reduce a su presentación.
Tradicionalmente los precios de la primera son superiores a los de sus rivales, la diferenciación se logra principalmente a través de la mercadotecnia y publicidad, así como de las redes de distribución y la existencia en los anaqueles de los vendedores. Esto significa que la competencia no es por precios.
La harina de maíz, puede clasificarse como un bien básico (dado que es insumo en la producción de tortillas), cuya demanda no responde a las variaciones de los precios, es decir, se espera que su elasticidad de precio sea inelástica (menor que uno), podríamos afirmar que este producto es perfectamente inelástico.
Al ser mercado de la harina de maíz dominado en México por un duopolio, las dos empresas al no tener competencia pueden fijar el precio de producto y tener cuantiosas ganancias no importando que afecten al consumidor final de las tortillas.
Según datos proporcionados por el gobierno de la Cuarta Transformación, México es autosuficiente en maíz blanco y los precios del gas están controlados estos dos insumos son esenciales para la elaboración de tortillas, por lo que el único elemento que esta provocando distorsiones en el incremento de los costos del alimento básico de los mexicanos es la harina de maíz.
El presidente Andrés Manuel López Obrador afirma que “sin maíz no hay país” pero también podríamos afirmar que con un costo alto de la harina de maíz, no habrá un precio justo para los mexicanos de la tortilla.