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El pasado 9 de febrero la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de los Estados Unidos revocó la desestimación de un caso de antimonopolio presentado por inversionistas estadounidenses contra varios bancos mexicanos, según consta en una sentencia judicial. Lo que significa que se reactiva la demanda por manipulación de los bonos del gobierno de México que interpusieron inversionistas estadounidenses.
El Tribunal de Distrito de Manhattan desestimó el caso en 2022, citando un precedente que estableció que el daño anticompetitivo debe ocurrir en el foro para que la corte tenga jurisdicción. Sin embargo, la Corte de Apelaciones no estuvo de acuerdo, por lo que el juez José A. Cabranes, del tribunal determinó que la denuncia alega suficientes contactos mínimos entre los bancos mexicanos y el foro (Nueva York) a través de su uso de corredores con sede en la ciudad estadounidense para la venta de los bonos emitidos en México.
Las instituciones bancarias involucrados en la acusación de manipulación de precios de los bonos del gobierno mexicano en Estados Unidos son: Banco Santander (BME: SAN), BBVA (BME: BBVA) Bancomer, HSBC México, Grupo Financiero Banamex, Grupo Financiero Bank of America (NYSE: BAC) y Deutsche Bank (ETR:DBKGn); todos los intermediarios bancarios acusados operan en México, sin embargo estos organismos tienen su origen fuera del país azteca.
La demanda original interpuesta por los inversionistas de Estados Unidos acusaba que los intermediarios financieros que operan en México usaron su posición dominante como “creadores de mercado exclusivos” para ilegalmente incrementar la ganancia de su negocio en el mercado de bonos gubernamentales, desde 2006 hasta 2017 y que las instituciones financieras involucradas son los compradores primarios en las subastas de bonos gubernamentales, y los inversionistas tienen que acudir a ellos para comprar estos instrumentos de deuda.
Según los denunciantes, las entidades financieras mexicanas se coludieron para compartir información y ofertar los bonos comprados en las subastas a precios inflados. Así, manipularon la tabla de cobros diferenciales entre precios máximos y mínimos de compra, en donde no se conocía cuál fue la oferta inicial de las entidades por los bonos del gobierno de México.
Los inversionistas estadounidenses calcularon que compraron bonos hasta 50% más caros o que recibieron menos dinero cuando los vendieron debido a este esquema, lo que generó mayores ganancias a los bancos que operan en México.
Los “formadores de mercado” que en su mayoría son bancos que si bien operan en México son de origen extranjero, a los que el Banco de México (Banxico) les da la potestad de fijar los precios en el mercado de los documentos de deuda que emite el gobierno federal, o las instituciones oficiales, que se negocian en el mercado primario que administra el propio banco central mexicano, lo que significa que el componente de la inflación que representa la tasa de negociación de esos valores nacionales está en manos de los dueños de los intermediarios financieros extranjeros que operan en México.
En enero del 2021 la Comisión federal de Competencia Económica (Cofece), multó con 35.7 millones de pesos a Barclays Bank, Deutsche Bank, Santander, Banamex, Bank of America, BBVA Bancomer, J.P. Morgan y a 11 operadores de bolsa conocidos como traders por coludirse en algunas operaciones del mercado secundario del servicio de intermediación de valores de deuda emitidos por el gobierno mexicano.
La investigación del regulador en materia de competencia económica en el país, determinó que los participantes intercambiaron mensajes a través de plataformas tecnológicas de comunicación que contratan los bancos como herramientas de trabajo.
La colusión de los bancos y los traders, realizadas entre 2010 y 2013, causaron un daño al mercado superior a los 29 millones de pesos. La Cofece dijo que, en uno de los casos, el acuerdo fue para aumentar el precio de cotización que darían a una Afore.
A los bancos involucrados en la manipulación de los bonos del gobierno federal les impuso una multa de 28.76 millones de pesos, de los cuales, le correspondió a cada uno 622,901.26 pesos.
La multa a los intermediarios financieros que fueron sorprendidos en la manipulación del mercado de los bonos gubernamentales fue casi simbólica y habla que el organismo encargado de regular la competencia y combatir a los monopolios es muy poco efectivo.
Las sanciones que recibirían los bancos mexicanos en Estados Unidos de proceder la demanda de los inversionistas estadounidenses serian de un monto en lo económico significativo y podrían ser acreedores a revocarles la licencia para operar en el mercado de la Unión Americana.