El Instituto Nacional Electoral existe derivado de las exigencias de la sociedad mexicana de contar con un organismo imparcial, legítimo, fidedigno y capaz de organizar comicios limpios y transparentes. Si miramos hacia los sistemas electorales en el mundo, en la mayoría de las democracias liberales son los propios ministerios del interior quienes organizan las elecciones.
El INE es, por tanto, hecho por y para México. Luego del supuesto fraude electoral de 1988 y la ausencia de legitimidad de la Secretaría de Gobernación como organizadora de los comicios, el Constituyente inició una serie de reformas que llevarían en 1990 a la creación del Instituto Federal Electoral. En otras palabras, la fundación del otrora IFE – hoy INE- se inscribe en el esfuerzo del Estado de combatir el presidencialismo mexicano, y con ello, la creación de todos los organismos constitucionales autónomos.
Ahora, como es bien sabido, el INE se encuentra bajo asedio por parte de un presidente que busca deslegitimar las acciones del instituto en aras del enriquecimiento de una narrativa populista que busca enaltecer los “principios” de la Cuarta Transformación, y a la vez, exponer públicamente a un organismo que mucho ha trabajado en favor de la democracia mexicana.
En este contexto, la reducción de 5 mil millones de pesos asestada contra el INE pone en evidencia la simpleza y reduccionismo absurdo del discurso lopezobradorista. El presidente AMLO alude a los altos salarios de los consejeros del INE (como si los sueldos y los alimentos representasen una diferencia en términos del recorte presupuestal) Por otro lado, la discrepancia entre la obligación de organizar la consulta sobre revocación de mandato y los recursos no asignados en esta asignatura subrayan la incoherencia de los objetivos políticos de Morena y pone en entredicho su apuesta a favor de la democracia popular.
Morena y sus aliados han tenido éxito en tres puntos:
- Dañar al INE desde el Legislativo
- Lastimar públicamente la imagen de Lorenzo Córdova, quien ha sido expuesto como un funcionario racista y elitista
- Haber puesto en entredicho el propio funcionamiento del instituto
¿Qué beneficios trae ello al interés general de la nación? Ninguno. Simplemente, servirá para nutrir el discurso populista del régimen y para pintar mañosamente al INE como una institución de élite que no cumple con su labor, y que, a la vez, emplea a funcionarios altamente remunerados y abusivos.
Por estas razones, Morena, si consideramos sus propios fines electorales, merece un aplauso. Desafortunadamente, ello va en detrimento de un organismo que, a pesar de sus costos, ha enriquecido a la democracia mexicana. El INE, por su parte, con la legitimidad que le otorga su labor y su credibilidad frente a la sociedad mexicana, deberá navegar algunos años en las aguas tormentosas de la autoproclamada transformación del bienestar y de la austeridad.
José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4