“Marcelo ya se deschavetó”, me dijo hoy por la tarde mi amiga Macarena.
“Mira que engañar a Elenita Poniatowska para llevarla a la presentación de su libro, es una barbaridad, por no decir una bajeza”.
Y es que en efecto, ayer las redes sociales tocaban el tema del engaño de la famosa escritora como algo muy ruin por parte del canciller.
Yo daré el beneficio de la duda. No sé, no me consta que haya sido Marcelo quien invitó a Elenita a presentar su libro autobiográfico “El camino de México”, aunque sí estoy segura que de hacerlo pudo haber asistido, siempre y cuando fuera un evento literario, cultural, no político, como ella misma lo señaló.
Cuando fue entrevistada por la periodista Azucena Uresti, se dijo sorprendida y “hasta ingenua”, pues no pensó que fuera un evento de apoyo a la candidatura de Ebrard a la presidencia.
Se confundió, pues, y de ahí que las redes señalaran el engaño.
El tema de Elenita molestó a los cibernautas porque todos la admiramos, la hemos leído y la tenemos identificada como parte del movimiento obradorista, sin embargo, Marcelo anda desatado, con mucha jiribilla, no solo por la presentación de su libro, también se le ha visto muy activo dando entrevistas a periodistas de la talla de Joaquín López Dóriga y Ciro Gómez Leyva y hablando abiertamente de sus aspiraciones presidenciales, pasándose por el arco del triunfo que todo este borlote pueda ser tomado por la autoridad electoral como actos anticipados de campaña.
En realidad, Ebrard está dando el último jalón.
En las recientes encuestas se ve que la doctora Claudia Sheinbaum sigue llevando la delantera pero el canciller, pese a todo el circo que está armando, no sube gran cosa en la preferencia del electorado.
En la encuesta diaria que se presenta aquí en SDP Noticias, al día de ayer miércoles 22 de marzo el 35.9 por ciento de los encuestados apoya a Sheinbaum y el 29.3 por ciento a Marcelo Ebrard, lo que muestra una clara ventaja de la jefa de gobierno capitalino sobre los demás posibles candidatos.
Voy de acuerdo, y es entendible, que “esto no se acaba, hasta que se acaba” y en realidad está comenzando.
Lo que sí me parece fuera de lugar, por decir lo menos, es la notoria desesperación de un político como Ebrard que debe saber de sobra que no siempre puede ganar.
Por cierto...
Si llega a ser verdad que el karma existe a Marcelo le está llegando pero de sopetón con su equipo de porristas acá en Veracruz.
En una parte del estado el senador con licencia Primo Dothé Mata se hace “guaje” de lunes a domingo dizque coordinando las bases del canciller pero en realidad parece que disfruta de un año sabático, pues sus resultados son magros y están desaprovechando un importante padrón electoral como es esta aldea de grillos.
Entendamos, al menos en estas tierras a Marcelo no se le apapacha tanto, un poco porque no se ha dado baños de pueblo por estos rumbos y otro tanto porque la candidata que goza de la simpatía del gobernador es Claudia Sheinbaum.
Le cuento todo esto porque si Ebrard, gracias a su gente, se queda rezagado en un estado que representa el cuarto padrón electoral a nivel país, no la tiene tan fácil. Súmele usted que la tribu morenista está cerrando filas para darle su voto a la jefa de gobierno capitalino y por todo radio pasillo suena y muy fuerte el nombre de Claudia, pues entonces Ebrard sí que la puede pasar mal.
Si la apuesta del canciller sigue estando en la conquista de votantes a través de medios digitales, por estos rumbos no le va a funcionar, pues al menos aquí los “morenos” son territoriales, de casa en casa, no tanto de plataformas digitales.
Y, reitero, son toda una banda.
A ver si Marcelo y su equipo, que viven en la estratosfera, calculan estos detalles y los corrigen, digo, si creen que están a tiempo de avanzar.
Pero como al canciller y su equipo les “falta barrio” seguirán insistiendo en su estrategia que hasta ahora lo tiene rezagado en segundo lugar y en una de esas termina en el tercero, pues hemos visto como Fernández Noroña sube poquito a poco.
Todavía no acaban las sorpresas, usted lo verá.