Hace rato, este jueves 30 de junio de 2023, en el programa de El Heraldo Radio de Sergio Sarmiento y Guadalupe Juárez realicé un comentario acerca de lo que debemos esperar con la llegada de César Yáñez al equipo de Adán Augusto López Hernández.
Creo que César evidencia que la metodología sucesoria del presidente AMLO es neoliberal. Me explico en lo que sigue.
No sé si Andrés Manuel López Obrador ha estudiado a un economista de la Escuela Austriaca, Oskar Morgenstern, discípulo de Ludwig von Mises —es decir, más neoliberal no se puede ser—, pero resulta evidente que el presidente de México está aplicando una versión especial de la teoría de los juegos no cooperativos desarrollada por Morgenstern. Veamos.
Hay dos líderes, claramente: Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. Otros competidores están rezagados. Pienso en Ricardo Monreal y Adán Augusto López Hernández.
Monreal no solo está rezagado, sino que de plano lo veo fuera de la carrera: se cayó antes de que iniciara la contienda.
Adán Augusto López Hernández llegó tarde a la competencia, pero con apoyo presidencial. No ha crecido lo suficiente, es su gran problema. Lo cierto es que en el tracking presidencial de SDPnoticias elaborado por MetricsMx, solo están en la pela Sheinbaum y Ebrard, ella invariablemente con dos o tres puntitos de ventaja.
Eso es empate técnico, sin duda. Una encuesta muy consolidada e influyente, la del diario Reforma, muestra lo mismo.
Lo anterior me lleva a una reflexión estadística: ¿quién ganará la encuesta de Morena en caso de empate técnico? En una elección un voto hace la diferencia. Pero en una encuesta no sería metodológicamente válido declarar ganador a quien supere al rival por uno o dos puntos.
Si sigue así la contienda —con ventaja de Claudia de dos o tres puntos sobre Ebrard— lo que se anuncia es un conflicto. Entonces, urge que se amplíen las diferencias entre la líder y el segundo lugar.
En principio para eso entró Adán Augusto a la carrera: para ampliar la ventaja de Claudia sobre Marcelo. Es mi opinión, desde luego. El presidente López Obrador es muy inteligente y no está conforme con el empate entre Sheinbaum y Ebrard, aunque ella lleve la delantera numérica, por así llamarla. Se trata de un problema real y debe solucionarse.
Aquí entra a escena la muy neoliberal teoría de los juegos no cooperativos, que dice que en un juego de suma cero la ganancia o pérdida de un participante es exactamente la ganancia o la pérdida de los otros participantes.
Es neoliberal el juego porque es egoísta: los jugadores toman decisiones para su beneficio personal. Puede darse el caso de que tales decisiones beneficien a todos los competidores, pero es raro. Con mayor frecuencia ocurre que las decisiones de un jugador lo beneficien a él, perjudiquen a otro y beneficien también a un tercero.
Adán toma decisiones para crecer en las encuestas de preferencias electorales, como la de haber sumado a su equipo a César Yáñez, cercanísimo al presidente López Obrador. Quiere con ello demostrar que es el favorito de quien verdaderamente manda en Morena.
En principio, lo que Adán Augusto sume será resta para Claudia y Marcelo. La pregunta es, entonces, ¿a quién le quita más puntos Adán Augusto López en las encuestas?
Creo que Adán Augusto López de arranque perjudica más a Marcelo Ebrard que a Claudia Sheinbaum.
Para simplificar el análisis dividamos a los y las simpatizantes de Morena en dos grupos: (i) votantes muy de izquierda y (ii) votantes menos de izquierda.
¿Quién es más de izquierda entre las corcholatas Claudia, Marcelo y Adán? Evidentemente la izquierdista de toda la vida es la jefa de gobierno de la Ciudad de México. Ha sido activista a favor del proyecto de izquierda desde sus tiempos de dirigente estudiantil en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ella monopoliza, por consecuencia, los votos de la tribuna más progresista de Morena.
Marcelo puede ser todo lo progre que quiera, y sin duda lo es, pero su origen está en el PRI y su vocación la nutre el priismo. Muy joven fue un priista exitoso, inclusive con cercanía con el expresidente Carlos Salinas. El sector de Morena más izquierdista no lo apoya. Pero es fuerte entre los electores morenistas más identificados con el centro político.
Adán Augusto también tiene un origen priista, pero modesto, por lo tanto, irrelevante. Su verdadero crecimiento se dio en la oposición de izquierda al lado de López Obrador. Ha sido leal al proyecto de la 4T, pero no destaca por sus ideas ni por su discurso de izquierda.
El caso de Adán es interesante. Aunque es un tipo muy duro, lo que demostró como gobernador de Tabasco —promovió una ley par castigar las protestas callejeras— , por sus formas de gentleman de la política Adán Augusto me recuerda el trato que a todo el mundo daba un personaje del viejo PRI, durísimo y amabilísimo al mismo tiempo, el mítico don Fernando Gutiérrez Barrios.
Diferencias éticas al margen —Adán es decente, don Fernando no lo era—, ese es el estilo de Adán Augusto López Hernández. Es un estilo que sin duda cae bien en el centro político, pero no entre la gente más izquierdista, que en el pasado sufrió la mano dura y al mismo tiempo afable de muchos Gutiérrez Barrios del PRI.
En resumidas cuentas, si Adán Augusto crece con decisiones como llevar a César Yáñez a su grupo de colaboradores, lo hará restando más votos a Marcelo que a Claudia. El primer efecto de esto será ampliar la distancia en las encuestas entre la jefa de gobierno y el canciller. Ya si el secretario de Gobernación crece mucho más, entonces estará en competencia con la doctora Sheinbaum, algo que está por verse.