Que con mis piedras hacen ellas su pared
Quien detiene palomas al vuelo
Volando a ras del suelo
Mujer contra mujer
Una opina que aquello no está bien
La otra opina que qué se le va a hacer
Y lo que opinen los demás está de más
Quien detiene palomas al vuelo
Volando a ras del suelo
Mujer contra mujer
MECANO
Esta no es una historia de amor; todo lo contrario a la canción que antes cito. Aquí habrá literalmente una mujer contra otra mujer y, de paso, al PRI contra sí mismo. Así es como pintan las próximas elecciones a celebrarse en el Estado de México el 2023.
Morena tiene a la maestra Delfina Gómez como su abanderada y ahora el PRI a Alejandra Del Moral. Ambas fungen como “coordinadoras estatales” de su respectivo partido; las dos —si nada cambia— futuras candidatas a gobernadora.
Antes, el PAN presentó a Enrique Vargas. Y aún no se sabe si este se unirá a Del Moral para hacer una alianza que pueda enfrentar de mejor manera a la ofensiva de Morena que nace desde el gobierno federal o si cada quien correrá de forma independiente.
Lo importante, creo, es que Del Moral va contra Delfina (digo, después de todo, la primera es la candidata del gobernador de la entidad, Alfredo del Mazo). Mujer contra mujer; se corren apuestas.
Un aviso para los jugadores consuetudinarios: las elecciones en el Estado de México ya poco o nada tienen que ver con la elección presidencial. Lo digo porque desde hace tiempo —pero sobre todo desde que el Revolucionario Institucional se partió en dos a raíz de la traición de su dirigente Alejandro Alito Moreno— lo local de la entidad y lo general de la presidencial corren por pistas separadas. Quien quiera ver señales en el Edomex sobre la alianza para la grande, no ha entendido nada.
En principio son dos juegos diferentes, de distintos grupos, con distintas cartas. Ya no es como hace bastantes años que existía cierta correlación. De hecho, desde que ganó Vicente Fox la Presidencia, el triunfo en el Edomex poco o nada tiene que ver con la elección para La grande. La excepción, por obvias razones, fue Enrique Peña Nieto.
Tal vez el único punto de comparación con la elección presidencial es si en esta se logra dar el “Claudia vs. Claudia”, en el muy remoto caso —remotísimo— que vaya Claudia Sheinbaum por Morena y Claudia Ruiz-Massieu por el PRI (¿alianza de por medio?). Yo creo, la verdad, que la van a dejar vestida y alborotada como novia de pueblo. Y me refiero a la jefa de gobierno capitalino; no hablo de la hoy senadora de oposición. Pero me estoy desviando.
Mientras a nivel nacional la dirigencia del PRI se ha dejado avasallar por Morena (Alito y Layda Sansores dan las razones), a nivel estatal pareciera —hasta ahora— que Del Mazo apostará todo su capital político en favor de Alejandra. Naturalmente, no sabemos si el gobierno federal tenga en su haber alguna historia que compartir del actual gobernador del Estado de México y, entonces, este prefiera sacrificar a la contendiente priista. Lo que sí sabemos de antemano es que hay una parte del PRI nacional que no dudaría ni un segundo en abandonar a Del Moral.
Ahora bien, está visto que Alejandra Del Moral deberá lograr la “operación cicatriz” con Enrique Vargas (PAN), para que él esté de acuerdo en ir con ella y sea ella quien lleve la candidatura común. Pero en esta operación, la alianza más importante será contar con Ana Lilia Herrera, priista también y quien tiene más de 130 municipios mexiquenses apoyándola. Es fundamental que Del Moral logre algo parecido a lo que ha hecho —al menos así pareciera— Delfina con Horacio Duarte e Higinio Martínez. Ellos, de ser suspirantes a la candidatura de Morena a la gubernatura de Edomex, a estas alturas ya apoyan a la virtual candidata de la 4T.
Si Del Moral logra galvanizar el apoyo del PAN (Enrique Vargas) y del mismo PRI (Ana Lilia) tendrá entonces oportunidad de comenzar a ver las formas para enfrentar a la maestra Gómez.
Eso pasa por lograr tener contentos a los priistas locales, incluida a Ana Lilia, muy contento al PAN y, sí, poderse montar sobre los programas sociales de Del Mazo (si este la deja) para hacer frente a la maquinaria gubernamental que ciertamente apoyará a Delfina. Deberá también atacar hasta la saciedad a Delfina y a Morena por ser rateros y corruptos (hay de sobra tela de donde cortar). Esto es, reiterar hasta el cansancio lo que es cierto: Delfina estafó a Texcoco y a sus trabajadores mientras fue su presidenta municipal.
En resumidas cuentas: una tiene el apoyo presidencial y los programas federales. La otra tendría el sostén de los programas del Estado de México. Dinero en cantidades bestiales contra algo de dinero, se podría decir. Como sea, es tristísimo cómo impactan los programas en las votaciones…
También será decisivo que el gobernador Del Mazo tenga la sensibilidad y madurez para ser lo suficientemente persuasivo y no dejarse manipular por alguna posible embajada o bien para poder solventar el costo político que el asunto Alejandro Moreno tiene —y tendrá todavía— en el Edomex. Así, uno pensaría que Del Mazo tiene ya una estrategia por la cual se definió por Del Moral; tal vez la única que quizá sea capaz de salvar la alianza con el PAN. Veremos. (Al respecto, habría que ver los datos que arrojó el escenario cuatro en la última encuesta elaborada por MetricsMX, dada a conocer aquí en SDPnoticias https://www.sdpnoticias.com/estados/edomex/encuesta-metricsmx-en-el-estado-de-mexico-la-ventaja-de-morena-se-acorta/?outputType=amp ).
Ante el apoyo total de López Obrador a Delfina (no nos hagamos; sabemos que el presidente no pierde oportunidad de estar en las boletas electorales sin estarlo), cuatro exgobernadores mexiquenses —Emilio Chuayffet, Arturo Montiel, César Camacho y Eruviel Ávila— se reunieron con Alejandra y le mostraron su apoyo. Apoyo más bien solidario, pues es lo único que realmente les queda.
La cuna del PRI está en juego: entre Alejandra Del Moral representando a lo ¿rescatable? del PRI y Delfina (una delincuente electoral en toda forma), representando a Morena, la nueva cara de lo peor del priismo.
En el Estado de México, todo va y todo queda en una mujer contra otra mujer.