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La decisión del Gobierno de la Cuarta Transformación (4T) de llevar una férrea disciplina en sus finanzas públicas, que ha hecho que se tenga un superávit fiscal primario y que no se aumente más el servicio de la deuda, esto a pesar de la crisis sanitaria y económica provocada por las medidas de confinamiento y aislamiento social que se tomaron en casi todo el mundo para frenar la expansión de la pandemia de Covid-19 y que hicieron que gran parte de la actividad productiva cerrara.

La mayoría de los gobiernos de América Latina tomaron el camino de recurrir a gastar más de lo que tienen de ingresos tributario y adquirir préstamos para enfrentar la pandemia y tratar de que el decrecimiento económico fuera más moderado.

La crisis económica derivada del Covid-19 ha hecho que los niveles de deuda de los países se estén incrementando debido a la necesidad de los gobiernos de inyectar recursos para poder paliar los problemas de desempleo, caída de la demanda, cierre de empresas, esto con recursos públicos que no se tienen por el descenso de los ingresos fiscales derivados del paro de algunas actividades productivas y por eso hay el apuro de contratar préstamos, ya sea en los mercados externos o aumentando el déficit primario, todo esto representa riesgos, sobre todo para los países emergentes.

Los gobiernos de casi todo el mundo han hecho sacrificios fiscales para aumentar los presupuestos para atender las necesidades sanitarias derivadas por la pandemia de SARS-CoV-2, compra de vacunas y reactivar la economía de sus países y han adquirido deuda para contar con recursos, siendo México casi la única nación en el mundo que no contrato nuevos débitos para solucionar el problema ni ha incurrido en un balance negativo primario fiscal.

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Que el Gobierno de la 4T cuente con un superávit primario otorga una ventaja de no llegar a una crisis fiscal como si la tendrán muchas naciones de América Latina.

CEPAL

Es importante entender que el superávit fiscal primario es una noción contable. Sencillamente, es la porción de los ingresos fiscales por impuestos y contribuciones que el sector público destina a pagos financieros: intereses y amortizaciones de deudas y se incurre en un déficit cuando la diferencia entre los gastos corrientes de un Estado y su recaudación de impuestos. Es decir, recoge los gastos e ingresos públicos sin contar los pagos. Los gastos del sector público son más altos que los ingresos tributarios.

El superávit primario en el balance fiscal fomenta el crecimiento económico, favorece al incremento en el ahorro público e incentiva la oferta de fondos prestables en los mercados financieros cuales permiten al sector privado financiar sus actividades productivas y de inversión a una menor tasa de interés. El resultado a mediano y largo plazo es una mayor generación de empleo e ingresos para el estado.

La Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) propuso para el Paquete Económico del 2020 un superávit del balance primario de 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Este ofrecimiento no se pudo cumplir, pero al finalizar el ejercicio presupuestario del año pasado los ingresos fiscales si fueron más altos que los gastos en 0.1 por ciento es decir que a pesar de la crisis sanitaria y económica se tuvo un balance positivo.

Los países que han incurrido en un déficit primario tendrán problemas en sus finanzas públicas, tendrán que hacer reformas fiscales con el respectivo aumento de las tributaciones, lo que ocasionará malestar en la población, riesgo de conflictos sociales, un menor presupuesto para atender las necesidades de la población, adquirir más deuda, les será más difícil conservar la calificación de su deuda soberana, lo que provocara mayores dificultades para futuras restructuraciones de sus adeudos a nivel internacional.

La forma en que el Gobierno de López Obrador hizo para contar con un superávit primario y no contratar deuda más haya del techo fiscal que impuso la Cámara de diputados se basó por un lado en que no se dio ninguna admitía fiscal y en que el gasto tributario para la reactivación económica solo fue 0.7 por ciento del PIB, mientras que en otras naciones como Brasil este gasto fue alto y tuvieron que incurrir en déficit primario y mayor endeudamiento.

Fondo Monetario Internacional

El que México cuente con un superávit fiscal primario es una buena noticia para que sea más rápida la reactivación de la economía. Mientras que los países que adquirieron más deuda y tienen déficit fiscales tendrán más problemas para la recuperación económica.