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La decisión del Gobierno de la Cuarta Transformación (4T) para que Petróleos Mexicanos (Pemex) comparará el 50.005 por ciento de la participación de Shell de la refinería de Deer Park, ubicada en Houston, Texas, con que la hoy empresa productiva del Estado adquiere el 100 por ciento de las acciones de la planta refinación, es una buena decisión ya que con está transacción se garantiza que el crudo tipo maya pesado producido en México se podrá procesar y convertirlo en combustibles, se abastecerá de mejor manera el mercado mexicano de gasolina y diésel además de otros derivados y lo más importante la petrolera estatal podrá obtener las utilidades derivadas de la comercialización de los productos con total transparencia. Esto es mejor negocio que la barda que se construyó en Tula en el gobierno de Felipe Calderón.
El costo para que PEMEX se convirtiera en el dueño al 100% de la planta de refinación ubicada en EU, fue de 600 MDD.
La adquisición del total de la planta de refinación se hizo sin contratar créditos y se pago con los ahorros de la petrolera estatal mexicana.
La refinería de Deer Park tiene una capacidad de procesamiento de crudo de 340 mil barriles por día y sus plantas le permiten procesar crudo pesado y ligero sin generar combustóleo. Produce alrededor de 110 mil barriles por día de gasolina, diésel y de turbosina, además de otros productos en cantidades menores.
La sexta refinería más grande de los Estados Unidos, originalmente fue adquirida en un 50 por ciento por Pemex, en 1993 durante el gobierno del expresidente Carlos Salinas de Gortari teniendo como socio a la compañía británica holandesa Shell. La oscura operación, que se realizó para adquirir la mitad de la planta de refinación, fue a través de su filial PMI Norteamérica SA de CV; y el costo fue por 11 mil millones de pesos.
Durante muchos años la empresa que hoy dirige Octavio Romero compraba a Shell el 50 por ciento del refinado de Deer Park, a cambio de que la planta de refinación texana garantizará la compra de petróleo pesado Maya a México. Con dicho acuerdo, la empresa británica proporcionaba el 50 por ciento de crudo, y Pemex el otro 50 por ciento para refinar.
El gobierno de Carlos Salinas alegaba que la paraestatal iba a reducir los costos en la refinación de crudo. Pero luego de seis años operando, el proyecto no representó para Pemex reducción de costos alguna o ventaja económica como empresa pública.
Hasta enero del 2021, una parte significativa del petróleo comercializado en el extranjero por la filial de Pemex, PMI Comercio Internacional, se vendía a otra empresa privada de la petrolera estatal mexicana, PMI Norteamérica (PMI NASA); cuyo corporativo energético se encargaba de refinar petróleo crudo en el extranjero, mediante un contrato de coinversión con la trasnacional Shell.
En agosto de 2016, la entonces diputada perredista Dolores Padierna, alegaba la existencia de empresas filiales de Petróleos Mexicanos fuera del país, cuyas compañías violaban la Constitución, y sumaban ganancias por más de 430 mil millones de pesos; recursos que no llegan a las arcas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Es decir, hasta el momento se desconoce en manos de quién queda esta riqueza. Un ejemplo de esta situación es la planta de refinación de Deer Park.
Por otro lado, la legisladora señalo que la refinería privada comprada con dinero de la petrolera nacional, con el cual México importa gasolina con el precio internacional lo que no hace ninguna diferencia, si se le comprara a cualquier otro proveedor.
El director general de Petróleos Mexicanos, Octavio Romero Oropeza presentó durante la conferencia mañanera del pasado miércoles 12 de mayo como la hoy empresa productiva del Estado fue convertida por los gobiernos anteriores en un mecanismo para transferir a compañías privadas del país y extranjeras riqueza derivada de la explotación de los hidrocarburos nacionales.
La presencia del funcionario de la petrolera estatal en la conferencia “mañanera” se debió a la solicitud del mandatario ante preguntas de los reporteros sobre diversos tópicos relacionados con la empresa, entre ellas lo referente al manejo de la parte de Pemex de la refinería ubicada en Texas.
Romero Oropeza se refirió a las preguntas que formulamos la reportera Nancy Flores de Contralínea y de un servidor de SDP Noticias sobre el funcionamiento de P.M.I. Holdings B.V. y la relación con la refinería Deer Park que está ubicada en Texas donde Pemex era propietario del 50 por ciento.
El directivo explico “que cuando hicieron el cuestionamiento, que esta empresa estaba manejada (refinería Deer Park) por una filial de Pemex que se llama PMI Holdings y que estaba en los Países Bajos, tenía su domicilio fiscal, y que tenía la tesorería centralizada allá. Bueno, así funcionaba antes, lo que aquí se dijo es cierto, pero para el pasado”.
Durante la conferencia el director de la empresa petrolera informó que en la actualidad todas las acciones de la parte mexicana de la refinería de Texas las tiene Pemex, con domicilio fiscal en el país, la tesorería está centralizada en la empresa productiva del Estado, los ingresos de crudo se transfieren al día siguiente que se reciben a Petróleos Mexicanos, se entregan los dividendos a la petrolera estatal y “las operaciones son revisadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; de manera que, efectivamente, operaba de esta manera poco transparente, hoy opera de manera totalmente transparente en México”.
El cambio de la política comercial de la empresa productiva del Estado es grande y parece que traerá mejoras que favorecerán al consumidor mexicano y mejoría financiera para Pemex.
El adquirir la refinería de Deer Park en su totalidad es un buen negocio.
Esta planta no solo produce gasolinas, diésel, turbosina, así como productos refinados para las industrias farmacéuticas, textil, automotriz, agrícola, entre otras.
Esta compra es mejor que la barda que se construyó en Tula, Hidalgo en el gobierno de Felipe Calderón y que se pretendía que fuera una refinería, que nunca se hizo, pero se invirtieron más de 3 mil millones de pesos, que fueron recursos tirados a la basura.