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El presidente Andrés Manuel López Obrador señaló en la conferencia de prensa mañanera del pasado miércoles 26 de mayo que “Petróleos Mexicanos (Pemex) tenía, antes del periodo neoliberal, una industria petroquímica ejemplar, de las mejores del mundo; +así como teníamos el Instituto Mexicano del Petróleo como un ejemplo de desarrollo tecnológico, teníamos toda la industria petroquímica. Llegaron los neoliberales y en un abrir y cerrar de ojos acabaron con todo, da tristeza ir a Cangrejera, ir a las plantas petroquímicas que quedaron en el mas completo abandono”.
El mandatario afirmó que el Gobierno de la Cuarta Transformación (4T) dejaría las bases para el rescate de la petroquímica, ya que su administración no tenía el tiempo ni los recursos para esto y se había decidido que lo inmediato era ser autosuficiente en combustibles y por eso se había comprado la refinería de Deer Park de Texas y se sigue construyendo la planta de refinación de Dos Bocas.
La apertura al capital privado en la petroquímica secundaria por parte de los gobiernos llamados “neoliberales” fue un fracaso, ya que el país se volvió dependiente en este sector energético y nunca se alcanzó las inversiones requeridas para desarrollar esta industria.
La petroquímica secundaria de México, que tuvo su esplendor en los años ochenta del siglo pasado y que llegó a ser la quinta productora de estos derivados de gas y petróleo a nivel mundial, ha venido decayendo en su producción e importancia, esto debido a equivocadas políticas en el sector y mala planeación de parte de los gobiernos encargados de esta actividad económica.
La función de la petroquímica tiene gran importancia para el desarrollo económico del país, ya que es la industria que transforma el gas natural y algunos derivados del petróleo en materias primas, las cuales representan la base de diversas cadenas productivas, como es la industria textil, automotriz, electrónica, plásticos, fertilizantes, etcétera.
Carlos Salinas de Gortari y la petroquímica
El gobierno de Carlos Salinas de Gortari, en 1992, modificó el artículo 27 constitucional en materia de petróleo para liberar 46 productos petroquímicos secundarios reservados a la Nación, y dejó únicamente siete productos básicos derivados del petróleo y gas exclusivos para el Estado.
La modificación constitucional del artículo 27 de la carta magna que hizo el gobierno salinista en materia de petróleo, definió a la petroquímica secundaria, como resultado de procesos fundados en la primera separación física importante que se efectuó a partir de productos de la refinación de hidrocarburos naturales del petróleo.
Cosoleacaque
La privatización de la petroquímica secundaria no dio los resultados esperados. El gobierno de Ernesto Zedillo licitó la planta de Cosoleacaque, que era el complejo más grande del mundo en producción de amoniaco; en 1996 esta planta producía 2 mil 500 millones de toneladas de amoniaco, diez años después esta misma ya solamente producía 600 millones de dicho petroquímico. Cabe hacer mención que nadie llegó al precio del complejo petroquímico licitado, por ello siguió siendo de Pemex; lo mismo sucedió con la licitación del complejo de etileno llamado Morelos, en que no hubo interés por adquirir esta planta por parte del capital privado.
El argumento que dio el entonces secretario de energía del gobierno de Ernesto Zedillo, Luis Téllez K para desmantelar la petroquímica secundaria, fue que estas plantas sólo eran negocio en países donde la materia prima para que estos complejos, el gas natural, por ejemplo, era muy barata. Siendo que México no es auto suficiente en este energético y los precios son altos, la petroquímica secundaria deja de ser negocio. El funcionario olvidó que la petroquímica es un sector estratégico para el encadenamiento industrial.
El gas natural sólo es insumo necesario para la elaboración de amoniaco y metanol y sus derivados, los demás productos de la petroquímica son derivados del petróleo, por lo que no es justificación para no invertir, además se le debe dar la importancia de sector estratégico para muchas industrias.
Vicente Fox
La administración del presidente Vicente Fox propuso para el sector el “Proyecto Fénix”, que contemplaba la instalación de nuevas plantas de etileno, así como un tren de aromáticos, con participación de la iniciativa privada, y Pemex como socio minoritario en un 30 por ciento, con contratos a 20 años y la idea central de atraer inversionistas. El incentivo que se daba a la inversión privada era la obtención de materia prima de Pemex Refinación y Pemex Gas a precios más bajos (“precios de oportunidad”), pero el proyecto tuvo que diferirse, ya que la Secretaría de Hacienda no autorizó rebajar el precio del gas.
El Proyecto Fénix cristalizó hasta el 2013, con la alianza entre Pemex y la brasileña Mexichem, que formó la empresa “Petroquímica Mexicana de Vinilo, S.A. de C.V.”, en la cual Mexichem aporta el capital para la modernización de la planta, mientras que Pemex le arrendará los terrenos del complejo Pajaritos a precios mínimos.
Mexichem y Petróleos Mexicanos
La alianza entre Mexichem y Petróleos Mexicanos como socio minoritario, trajo como consecuencia que se despidieran y transferidos a otras plantas 1,800 empleados de los 2,578 que laboran en la planta de Pajaritos.
El gobierno mexicano firmó un contrato en 2010 para que la empresa petrolera que dirige actualmente Octavio Romero surtiera de gas etano a un precio preferencial (más bajo del precio de mercado) a la planta Etileno XXI, de la mexicana Idesa y la brasileña Braskem, que es filial de Odebrecht lo que ocasionó grandes pérdidas a Pemex.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) informó en el resultado de la Cuenta Pública 2017, que las pérdidas se han multiplicado porque Pemex negoció desde 2010, durante el gobierno de Felipe Calderón, un contrato ventajoso a 20 años para la sociedad Idesa-Braskem, el cual fue ratificado durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con la ASF, en 2017 Petróleos Mexicanos perdió 1,707 millones de pesos por vender etano 36 por ciento debajo de su costo real a la planta de Etileno XXI.
Felipe Calderón - Odebrecht
El contrato que negocio el gobierno de Felipe Calderón y ratificó en su calidad de Secretario de Energía con la empresa mexicana-brasileña en 2010 desencadenó un desastre industrial en Pemex: tan sólo durante los primeros 10 meses de operación de la planta establecida en Veracruz, el corporativo petrolera perdió cerca de 2 mil millones de pesos y dejó sin etano a sus propias plantas procesadoras de etileno –que dejaban altos márgenes de rentabilidad– para favorecer a Odebrecht, sin pena de pagar multas multimillonarias.
La hoy empresa productiva del estado acumuló hasta noviembre de 2019 penalizaciones de poco más de 2,800 millones de pesos por incumplir con el suministro de gas natural al complejo petroquímico Etileno XXI, de la firma Braskem-Idesa, dice la ASF.
En su Informe del Resultado de la Fiscalización de la Cuenta Pública, la ASF añade que Pemex ‘solo le suministró al Complejo Etileno XXI, 92.1 por ciento del volumen pactado contractualmente (66 mil barriles diarios); por el suministro faltante (7.9 por ciento) pago penalizaciones por 810.16 millones de pesos’. Para frenar las pérdidas y revertir el déficit de etano, Pemex y Braskem-Idesa negocian este año los términos de su contrato a 20 años.
En el contrato Petróleos Mexicanos también se comprometió a asumir los costos para transportar el etano a Etileno XXI, y para cumplir con ello construyó un ducto especial de 226 kilómetros –en el que gastó más de 6 mil 110 millones de pesos, y arrendó un buque para completar el suministro.
Los inversionistas de planta petroquímica, no solo obtuvieron de parte del gobierno de Felipe Calderón, un precio preferencial, sino también recibieron financiamiento de la Banca de Desarrollo mexicana. Nacional Financiera (Nafin) le otorgó un crédito a Braskem por 280 millones de dólares y el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) otros por 120 millones de dólares, todo esto en las mejores condiciones y ventajosas tasas de interés.
LA 4T
El Gobierno de la 4T renegoció el contrato de la planta de Etileno XXI y ya la hoy empresa productiva del Estado ya no pagara el transporte y cambió algunas cláusulas en favor de Pemex.
El desmantelamiento de la petroquímica secundaria nacional fue brutal; solamente en el periodo que va del 2000 al 2008, 22 plantas quedaron fuera de operación por falta de competitividad en el mercado o de materia prima.
La errónea política que se tuvo en los gobiernos neoliberales en lo correspondiente a la petroquímica secundaria ocasionó que el país tenga una balanza comercial deficitaria en el sector, calculado en más de 20 mil millones de dólares en 2015, según cifras de la Asociación Nacional de la Industria Química.
Actualmente tenemos un gran déficit de fertilizantes en el país y la mayoría hay que importarlo, lo que eleva los costos de los productores del campo.
Fertimex
La privatización de la empresa estatal de fertilizantes Fertimex, en 1993, ocasionó que los empresarios que la adquirieron determinaran que convenía más importar la urea o fertilizantes de otros países, cerrando esta industria. Actualmente sólo cuatro compañías comercializadoras tienen el control del mercado de fertilizantes en el país, con precios muy elevados, además de que afectaron más de 20 mil empleos directos y desplomaron la producción de amoniaco en México, afectando la cadena prioritaria Gas- Amoniaco.
El gobierno de Enrique Peña Nieto compro plantas de nitrogenado a empresas privadas que estaban casi inservibles y con sobreprecio, fue una corrupción espantosa.
Los gobiernos neoliberales destrozaron la petroquímica mexicana y llevara muchos años en recuperar la el esplendor que alguna vez tuvo.