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El nerviosismo de los mercados financieros provocó la caída de las bolsas de valores de casi todo el mundo y la de México no fue la excepción. Este fenómeno afectó directamente a las monedas nacionales, siendo el peso una de las divisas que tuvo una mayor depreciación en su tipo de cambio frente al dólar.

Desde las primeras horas de este lunes 5 de agosto, se empezaron a reportar las caídas drásticas de los mercados de valores en Asía, extendiéndose estos malos resultados a las bolsas de Europa, Estados Unidos y otros países de América Latina, y provocando la depreciación del peso mexicano frente al billete verde estadounidense, lo que ha causado en no pocos opositores al gobierno de la Cuarta Transformación jubilo, sin embargo, está turbulencia cambiaria durara pocos días.

La moneda mexicana registró una depreciación de 2.85% en un solo día, lo que representa 54.6 centavos; el desplomé comenzó desde la noche del domingo 4 de agosto, cuando la divisa doméstica rozó por algunos minutos las 20 unidades.

Las razones de las caídas de las bolsas de valores en casi todo el mundo y que han afectado el tipo de cambio del peso frente al dólar se deben a varios factores, siendo las principales, la alta tasa de desempleo en los Estados Unidos que fue del 4.3%, la aparentemente lenta respuesta de la Reserva Federal (Fed), la reversión de un popular mercado de divisas mundial y la preocupación sobre los ingresos de las grandes corporaciones.

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La baja de la moneda azteca ante la divisa estadounidense no es para nada traumática y puede traer beneficios, como son: que las mercancías mexicanas que se exportan puedan tener un precio más competitivo en el exterior; las familias que reciben remesas en el país pueden adquirir más pesos por sus dólares, a los turistas extranjeros que visitan el territorio nacional les conviene un billete azteca barato y por último con la depreciación del peso, hay la posibilidad de que el Banco de México (Banxico) tenga remanentes de operación y estos entren a las arcas gubernamentales, y que estos ingresos extraordinarios sirvan para para el pago de la deuda y financiar los apoyos y proyectos de infraestructura de la próxima presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

El primero de diciembre de 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador llegó a la presidencia, el peso cotizaba en 20.3060 unidades por dólar. Hoy, a más de cinco años del inicio del gobierno de la Cuarta Transformación, la moneda mexicana se encuentra en 19.5257 por billete estadounidense, una apreciación acumulada de 3.84%, de acuerdo con datos del Banco de México.

La apreciación o depreciación del peso frente al dólar tiene distintos efectos económicos. Por ejemplo, el retroceso del peso frente a la moneda estadounidense favorece a exportadores porque los productos hechos en el país serán más competitivos en precios, o a las personas que reciben remesas del exterior, debido a que van a obtener más pesos por una misma cantidad de dólares.

Al tener una moneda fuerte desincentiva a cierto grupo extranjeros a venir a México, es más fácil que estén interesados en visitar el país con un peso barato y que les rindan más sus divisas.

Los remanentes de operación del Banco de México provienen de la revaluación de las reservas internacionales, y de los ingresos derivados de las diferencias entre los intereses que la institución financiera cobra y paga a los intermediarios financieros.

La banca central mexicana obtiene la mayoría de sus ganancias de operación de la venta de dólares a mayor precio del adquirido al comprarlos; con lo que obtiene una “ganancia”, y es mayor el beneficio cuando más depreciación hay del peso frente a la divisa estadounidense: sin embargo, de lo contrario si hay apreciación de la moneda mexicana a lo largo del ejercicio se tienen pérdidas operativas.

La institución que dirige Victoria Ceja puede tener ganancias y pérdidas a lo largo de su ejercicio, pero Banxico no tiene un propósito de lucro, por lo que el banco, tras constituir reservas, está obligado a entregar a la Secretaría de Hacienda el importe del remanente de operación, si es que existe.

El artículo 19 BIS de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria marca el destino de los remanentes de la banca central, y estipula que cuando menos el 70% de estos son para la amortización de la deuda pública del gobierno federal; el monto restante se destinará a fortalecer el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestales.

El gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, que iniciará su mandato el próximo 1 de octubre, recibirá de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador un peso apreciado frente al dólar, cosa que no sucedía en el país desde que el presidente Luis Echeverria Álvarez recibió el gobierno de manos de Gustavo Díaz Ordaz en 1970,

La perdida de valor del peso mexicano frente a las divisas extranjeras también acarrea problemas sobre todo en lo que se refiere al combate a la inflación ya que se tendrían que pagar más pesos por las mercancías y servicios que se adquieren desde el exterior, lo que hace que los precios se incrementen en la moneda local, hay que recordar que cerca del 50% de lo que consumimos los mexicanos proviene del extranjero

La depreciación de la moneda mexicana será temporal y pronto se calmará la turbulencia cambiaria, lo que posiblemente provoque tristeza entre los opositores al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

La economía de los Estados Unidos no entrara en recesión en el corto plazo, pero hay nerviosismo en los mercados financieros del mundo que provocan las turbulencia y caídas de las bolsa de valores en todo el orbe.