Ha avanzado en el Senado la propuesta de reforma a la Ley General del Trabajo la cual amplía el número de vacaciones obligatorias de 6 a 12 días después del primer año de trabajo. En adición, se plantea el aumento progresivo de 2 días anualmente.

La reforma fue el resultado de la iniciativa presentada por la senadora Patricia Mercado (MC) miembro de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado de la República; idea que fue secundada por otros legisladores como Carlos Aceves del Olmo (PRI) Keia López (PAN) y por el presidente Napoleón Gómez Urrutia (Morena). Por tanto, se trata de una propuesta consensuada por todas las fuerzas políticas en el seno de la Comisión.

Al igual que en otros asuntos relacionados con la materia laboral, tales como el aumento en el salario mínimo previo a la última reforma, el incremento en el número de días de vacaciones al año ha sido un pendiente; particularmente acuciante en un país en desarrollo que necesita una fuerza laboral que merece días de descanso.

A pesar de que México y sus gobiernos se han jactado de haber plasmado en sus leyes, desde el siglo XX, los ideales surgidos de la Revolución Mexicana, y con ello, los principios protectores de los trabajadores, el Congreso mexicano descartó durante años cualquier reforma a la Ley General del Trabajo que modificase -y ampliase- el número de días de vacaciones

Ciertamente, la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, que rige las condiciones laborales de los servidores públicos, ofrece mayores beneficios que la Ley General del Trabajo, la cual rige a los trabajadores del sector privado. En este último, algunas organizaciones privadas han optado por otorgar un mayor número de días de descanso a sus trabajadores, considerando únicamente como piso reglamentario lo establecido en los artículos 76 y 78 de la LGT.

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Conviene señalar que la Organización Internacional del Trabajo, al igual que otros organismos internacionales, recomiendan un mínimo de 18 días de descanso anuales por cada año de trabajo.

No deberá sorprendernos, empero, que algunas empresas, ávidas de buscar el mayor – y a veces, injusto- aprovechamiento de su fuerza laboral protesten contra la propuesta de reforma, pues ampliar de 6 a 12 días de descanso obligatorios (para aquellas organizaciones que se apegaban estrictamente a las injustas disposiciones de la LGT) pues el citado cambio legal conllevaría afectaciones económicas.

En este sentido, la reforma legal al número de días de descanso obligatorios hace justicia a los mexicanos que todos los días trabajan responsablemente, cumplen con sus obligaciones, contribuyen al desarrollo económico del país, y que, en suma, merecen tiempo de descanso. Ello, desde luego, será la consecución de un éxito de justicia laboral que por tantos años ha quedado pendiente en nuestro país.