A estas alturas es difícil que algo me sorprenda, sin embargo lo que sí llama poderosamente mi atención es la poca memoria de la gente, -o para ser más precisos-, lo que no deja de asombrarme es la memoria selectiva de las personas; ese fenómeno neurocognitivo que se presenta cuando una persona puede acordarse perfectamente de unas cosas, y olvidar por completo otros sucesos.

En estos días se instaló en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) la “Feria de la Mezclilla 2022″, y por supuesto que los comentarios no faltaron en redes sociales; opiniones del estilo “como no hay vuelos, pues a convertir este elefante blanco, capricho de López en un tianguis”, como si esta actividad heredada desde tiempos prehispánicos, el tianquistli en náhuatl, fuera algo de qué avergonzarnos.

Quiero aclarar, y por eso al principio hablaba de la memoria, que este tipo de Ferias, ya sea de la Mezclilla como es en este caso, y otras que existen como la del Zapato, del Chocolate, de la Miel y el Mole, suelen colocarse incluso en la “Casa de todos los mexicanos”, me refiero al Palacio Legislativo, también conocido como la Cámara de Diputados, o incluso en la Cámara de Senadores.

Difícilmente alguien podría asegurar que estos recintos se convierten en elefantes blancos, o que son epítome de dislates gubernamentales por el simple hecho de dar cobijo a actividades que no son las naturales de la sede que se trate.

Además, esto se ha hecho desde hace décadas, durante los primeros setenta años en los que el PRI estuvo al poder, y también durante la docena trágica del PAN, por supuesto continuó en el regreso del PRI con Peña Nieto, y ahora bajo la 4T ¿por qué se sorprenden?

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Este tipo de Ferias tienen como finalidad la de promover a los productores de forma directa, evitando a los intermediarios, y con el claro objetivo de ser una peculiar vitrina que permita conocer sus productos.

La crítica en redes sociales cae en los lugares comunes, chabacanos y cuasi barrocos de manifestar: “¿qué van a decir las visitas?, ¡qué oso!”. En pocas palabras: que damos pena, y que nos merecemos esto por ser un país tercermundista que gobierna un dictador. Pero como ya lo dije, esto no es nuevo, tiene muchas más décadas de lo que se imaginan, y lo más simpático: no es la primera vez que se monta una Feria en el AIFA.

No sé si ustedes tengan buena memoria y lo recuerden, o tengan que acudir a “San Google para ayudarles a recordar, pero en la inauguración del aeropuerto se invitó a artesanos de los Estados de Hidalgo y el Estado de México a ofrecer los productos artesanales que suelen vender en ferias, y cuya oferta va desde bisutería artesanal, sombreros, camisas y blusas bordadas, hasta mezcales, canastas de palma, alfarería, galletas y panqués de nata.

Precisamente en la semana de inauguración se montó la Feria de artesanos de Ajacuba para que aquellos que asistieran al evento de inauguración del AIFA pudieran conocer ese trabajo, y ayudar a impulsar la economía del municipio.

Esto no solo sucede en nuestro país, en otras latitudes también suelen montar Ferias, como la “Feria artesanal y gastronómica en el Aeropuerto Camilo Daza de Cúcuta” en Colombia, la “Feria Artesanal” en el Aeropuerto Internacional Santiago Mariño, en Venezuela, la “Feria y Concurso Artesanal UNKO” en el Aeropuerto de Ayacucho, en Perú, entre otras.

En esta ocasión se montó la “Feria de la Mezclilla”, donde participaron los comerciantes del municipio de Nextlalpan. Ellos son los que se instalaron en la Plaza Mexicana del AIFA; el evento se llevó a cabo durante dos días (12 y 13 de noviembre) con un horario de 10:00 a las 21:00 horas. Tuvo por principio el promover la venta los productos textiles de los municipios del Estado de México (Nextlalpan y Jaltenco).

Desafortunadamente, las imágenes de los productores de estos textiles fueron atacadas sin piedad en las redes sociales, como si fuera algo que nunca en la vida hubiera pasado. Sí, también en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) se han instalado estas Ferias cuya finalidad es acercar al productor con el consumidor sin intermediarios, ya sean artesanías del país o productos gastronómicos, como miel, mole o chocolate.

Veo con tristeza que nos falta mucho como sociedad, no se trata solamente de no prejuzgar, sino que es lamentable que el punto de partida sea considerar “vergonzante” la existencia de un tianguis, como si fuese algo negativo y malo.

Y en el afán inconmensurable de golpear, no percatarse de la gran oportunidad para adquirir ropa de calidad directamente del fabricante, y no un producto que tal vez tenga una marca de renombre, pero que fue manufacturado en China o en Bangladesh, con su consabida dosis de explotación laboral.

A todos nos conviene un poco (mucho) menos de clasismo y ser más inteligentes, sensibles y empáticos, y celebrar que se lleven este tipo de Ferias no solo a las plazas públicas, sino también a los aeropuertos y, como ya lo vienen haciendo desde hace muchos años, a ambas sedes del Poder Legislativo de la Federación.

O ¿acaso tiene algo de malo apoyar a los productores del país?, es lo mismo que hace Huerto Roma, pero sin hípsters y en el AIFA. Seamos más solidarios, y antes de asegurar de que todo mal es causa de AMLO, veamos un poco más allá. La multiculturalidad de nuestro país es apreciada, y hasta envidiada, por otras naciones. Podemos y debemos celebrarlo todos los días, sin odios y sin fobias absurdas.