En este año, por primera ocasión en la historia de México, una mujer será electa presidenta de la república. Desde ahora adelantamos que este hecho será una de las noticias más destacadas del 2024. Chile, Brasil y Argentina han sido gobernadas por mujeres. Estados Unidos, nunca y Canadá, solo en una ocasión.
El que las dos principales coaliciones electorales hayan designado a mujeres son hechos inéditos. Lo complementa que la mitad de las candidaturas a los escaños del Senado y de los curules a la Cámara de Diputados, serán mujeres. En cinco de los nueve gobiernos estatales en disputa, los partidos postularon a mujeres por determinación del tribunal electoral. Lo mismo ocurre en las elecciones para congresos locales y presidencias municipales.
Forma y fondo. En consecuencia, en 2024, las mujeres ocuparán el mayor número de puestos de poder en la historia de nuestro país. Un hecho positivo que debe destacarse y celebrarse, pero también analizarse. Cuestionarse respecto al significado de esta circunstancia y sus alcances. ¿Es un asunto de forma o representa un cambio estructural en la política mexicana? ¿Moda o transformación? ¿Se beneficia a todas las mujeres o sólo a los cuadros políticos femeniles de los partidos o a un grupo selecto de la élite? En una elección donde la mitad de las candidatas son mujeres, ¿la política es diferente a aquellos procesos en donde predominaban los varones? ¿Se desplegará una auténtica política de género o solo es una medida electorera que se ajusta a lo políticamente correcto? ¿La paridad de género en puestos de poder basta para lograr la igualdad sustantiva?
Las respuestas a estas y otras interrogantes se despejarán a lo largo del año. Algunas muy pronto. Los partidos comenzaron a publicar los nombres de sus candidatas a puestos de elección popular. Los primeros datos hablan de privilegiar la pertenencia de las candidatas a grupos o personajes políticos. El género es sólo un pretexto que favorece a un reducido y selecto grupo de mujeres.
Si la mitad de las candidaturas son para mujeres ¿es posible pensar en un nuevo tipo de política? En este tema, la pauta la darán Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. En cuatro meses, durante el periodo de “no precampaña” y precampaña, no hay cambios significativos en sus estrategias electorales. Ambas desplegaron campañas tradicionales: Sheinbaum defendiendo al gobierno de AMLO y proponiendo la continuidad y profundidad de la 4T. Gálvez descalificando las acciones del gobierno y a Sheinbaum, intentando polemizar con el Presidente y utilizando innovaciones tecnológicas como la inteligencia artificial y los drones. Nuevas tecnologías, mismas prácticas.
¿De qué le sirve al país que haya tantas candidatas mujeres si van a comportarse como los políticos de siempre? ¿Dónde está la ganancia para la democracia y para las mujeres? Falta medio año para la elección, aún es tiempo de que las campañas adquieran un rumbo y características diferentes. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.
PD. Un feliz 2024, lleno salud, trabajo y amor.