Como si la pandemia no hubiese sido devastadora para México en todos los sentidos, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, presumió el martes que fue su decisión, capacidad y claridad para actuar de manera inmediata y oportuna, lo que logró ser factor en la reducción de impactos de la pandemia de coronavirus en México, olvidando que la nación mexicana ocupó los primeros lugares a nivel mundial en número de muertes alcanzando alrededor de 800 mil, (de acuerdo a sus propias estimaciones), muchas de las cuales se pudieron haber evitado si no hubiese minimizado la amenaza de la pandemia; si no hubiese desaconsejado el uso del cubrebocas; restado importancia a la aplicación de pruebas; pedido a los enfermos no acudir a los hospitales; y actuado de forma negligente, siendo que muchas de sus medidas -ocurrencias- iban en contra de lo que aconsejaban organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De manera que, a más de dos años de emergencia sanitaria, no deja de sorprender la soberbia del zar anti COVID-19 de México, quien veladamente se concede méritos como si nuestro país se hubiese destacado como un ejemplo mundial al atajar la pandemia siendo todo lo contrario.

La realidad es que la actuación de López-Gatell fue deficiente desde el primer día y todo ello es documentable, teniendo como resultado el cúmulo de homicidios de comisión por omisión, provocando con sus “lineamientos de atención” la existencia de casos de SARS-CoV-2 no detectados de manera oportuna, impidiendo al personal médico activar protocolos como el uso de cubrebocas, aislamiento de los pacientes, desinfección, tratamiento pertinente, entre otros.

Solo hay que recordar que el 19 de marzo de 2020, mencionó que las pruebas no tenían utilidad alguna.

La desastrosa estrategia implementada por el Gobierno de México bajo la la dirección de Gatell, originó severas críticas más allá de nuestras fronteras.

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En noviembre de 2020, la OMS alertó que México estaba “en mal estado”, dicho por el máximo representante de la Organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien añadió que “cuando ambos indicadores, las muertes y los casos, aumentan, es un problema muy serio. Nos gustaría pedirle a México que sea muy serio”.

A los puntuales señalamientos que ya había externado la Organización Mundial de la Salud, se sumaron las críticas del prestigioso diario The New York Times, que en una publicación tituló “México tergiversó los datos sobre la gravedad del coronavirus en la capital”.

Días después, The British Medical Journal (BMJ), lanzó un severo juicio al acusar que las autoridades de nuestro país habían minimizado la amenaza por covid-19 y la falta de una estrategia, combinada con mensajes contradictorios del presidente Andrés Manuel López Obrador habían exacerbado la situación.

En una publicación del 30 de diciembre de ese mismo año, llamó la atención un texto titulado “Covid-19: cómo el negacionismo lideró el desastroso esfuerzo de control de la pandemia en México”, en el que subraya que el gobierno se negó a hacer más pruebas y rastreo de casos “a pesar de tener una de las peores cifras de muertos del mundo”.

Destacó que nuestro país se convirtió en la cuarta nación en rebasar las 100 mil muertes por coronavirus y que estas continuaban en aumento, mientras que los hospitales estaban saturados y por lo tanto se veían forzados a rechazar a pacientes porque ya no había camas ni insumos suficientes.

La revista médica británica recordó que el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió a México ser muy serio con el manejo de la pandemia, al señalar la compleja situación del país.

Sin embargo, abundó que “El gobierno de México respondió a la súplica como lo ha hecho a todas las recomendaciones anteriores de la OMS: con poca preocupación y abundancia de arrogancia. ´Si Tedros quisiera darme ese mensaje a mí, o al secretario de salud, o al presidente, tal vez nos hubiera enviado un cable diplomático´, dijo Hugo López-Gatell Ramírez”.

En abril de 2021, un informe de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) comisionado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), reveló que si México se hubiera desempeñado como el país promedio, alrededor de 190,000 muertes habrían sido evitadas en 2020.

En el informe se detallan los errores que los especialistas observaron en el manejo de la pandemia hasta ese momento. Entre ellos, cuestionan el liderazgo del Gobierno, la subordinación política, la falta de deliberación y toma de decisiones colectivas en los momentos más difíciles y los problemas que arrastran las instituciones públicas, en específico las de Salud. El Consejo de Salubridad, el máximo órgano encargado de la gestión de la pandemia sobre el papel, fue relegado a un segundo plano y las decisiones de salud pública no fueron sometidas a una supervisión ni consultadas con expertos independientes. La respuesta a la pandemia “se mantuvo fragmentada”, señala el informe, debido a la falta de entendimiento entre el Gobierno central y algunos gobiernos de los Estados, afectadas por líneas partidistas y la polarización política.

Los especialistas señalan que para evitar la saturación hospitalaria, las autoridades alentaron a los pacientes a sobrellevar la enfermedad en casa y no buscar atención médica a menos que se presentaran síntomas graves. “Esto ha contribuido a las altas tasas de mortalidad, ya que los pacientes han buscado atención médica solo cuando estaban gravemente enfermos y se estima que el 58% ha muerto fuera del hospital”, apuntan. En este sentido, se señala que el 61,2% de las muertes en exceso de 2020 que no están relacionadas con el diagnóstico de la covid-19, es muy probable que sean directamente atribuibles a la enfermedad, debido a la escasez de pruebas y el diagnóstico limitado.

El pasado martes 26 de abril, Hugo López-Gatell, declaró que en este momento ya no es imprescindible (él nunca lo recomendó) el uso del cubrebocas y anunció además que ya no se emitirá el semáforo de riesgo covid-19 que se daba a conocer cada 14 días.

En la conferencia mañanera, el funcionario federal presentó un recuento final sobre los efectos negativos de la pandemia de Covid-19 y las acciones que implementó el gobierno de México para revertir la dramática situación que comenzó hace dos años.

En un discurso plagado de mentiras, engaños, y falacias, señaló que el gobierno de México se enfocó en revertir los impactos negativos, primero al reducir la transmisión, aplanar la curva y lograr tener la capacidad de respuesta.

Así como la atención a todas las personas que lo necesitaron en las unidades hospitalarias y destacó el Plan Nacional de Vacunación porque México estuvo entre los primeros 10 países del mundo que empezaron a vacunar a su población.

“Nosotros mantuvimos el doble de camas disponibles en todo momento”, afirmó.

Para determinar el fin del monitoreo, López-Gatell detalló que México cumple con cuatro criterios que la OMS estipuló para considerar el final del periodo de epidemia: tener baja ocupación hospitalaria (actualmente del 2 por ciento), alta vacunación (supera el 90 por ciento en adultos), pocos fallecidos (una media de cuatro al día) y pocos contagios (en torno a 292 diarios).

Ahora bien, revisando su accionar, no nos queda duda que en todo este tiempo fue manifiesta su soberbia, su ego, su arrogancia, su facilidad para emitir engaños, y su sobrada abdicación al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien por su parte, lo mantuvo en el puesto a pesar de sus constantes errores, de sus polémicas declaraciones, de su incapacidad para frenar la pandemia, de su desastrosa estrategia, de las cientos de miles de muertes, de las acusaciones y denuncias en su contra, y de su mayúsculo fracaso.

Salvador Cosío Gaona en Twitter: @salvadorcosio1

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