La constitución mexicana es más que clara en lo concerniente a la soberanía, que está dimana y reside fundamentalmente en el pueblo, su voluntad es la autoridad máxima y por sobre eso es muy difícil de ir a la contra, lamentablemente en México ha habido ocasiones en las que los mecanismos de representatividad han fallado, y ahí está el año 2006, con aquel manantial de irregularidades que dieron al traste con el espíritu constitucional del citado ya artículo 39, pero a niveles locales (gubernaturas y presidencias municipales) ha habido también distorsiones que han impedido llevar al poder a personajes que son a los que la gente ha inclinado sus preferencias y con amplio margen incluso, caso en especifico del estado de Guerrero en 2021, cuando la autoridad electoral impidió al candidato natural, y sin sombra, a la gubernatura de ese estado soriano, el ingeniero Félix Salgado Macedonio, quien se vio imposibilitado de abanderar al partido oficial debido a motivos más que ridículos.

Si bien es cierto que su hija entró al quite, aun hoy los números, que suelen ser muy necios, en la inmensa mayoría de las encuestas dan a Salgado Macedonio cómo puntero, ahora con miras al proceso electoral del año 2030, en que el ingeniero agrónomo oriundo de la tierra caliente, con décadas a cuestas cómo luchador social identificado con la izquierda mexicana, es de los pocos que pueden tener esa característica, a pesar de haber en su juventud en el PRI, cómo es natural en la inmensa mayoría de sus congéneres dado la naturaleza de nuestro sistema político y sus reciente evolución hacia un sistema de mayores características democráticas.

Salgado Macedonio se encuentra ahora en una encrucijada, dado que si bien la reforma constitucional que lo podía haber limitado al impedirlo qué sucediera a su hija en la gubernatura no tendrá efectos sino hasta 2030, los estatutos de Morena al parecer le dificultarían el camino, pero no hay que olvidar que Morena se mueve con dos partidos políticos aliados, uno de ellos en Verde Ecologista de México (el otro, el PT), con el cual Félix tiene afinidades sólidas, bien pudiera y es más que plausible así lo haga, postularlo al 2030, habida cuenta de que dicho instituto político no cuenta en sus estatutos con un candado parecido al del partido guinda, ergo, ya se pueden adivinar expresiones en torno a Guerrero y al PVEM qué suenan algo parecido cómo que... ¡Hay Toro!