El ajedrez humano
Terminó, por fin, un torneo regular que pasará a la historia, un torneo regular que solo es de nombre, porque su irregularidad dentro y fuera de la cancha hace que cada semestre se cuestione si este formato es el ideal no para el negocio, sino para el crecimiento futbolístico que tanto urge.
El 17 de Abril del 2020, el entonces Presidente de la Liga y Ascenso MX, Enrique Bonilla, anunció la eliminación del ascenso y descenso el futbol mexicano por 5 años, el objetivo, ayudar a los dueños de los equipos para no perder más dinero derivado de la pandemia que provocó la falta de entrada de recursos de taquilla, patrocinadores y hasta derechos de televisión, una de las tantas versiones que se dijeron en su momento fue que, eso beneficiaria en estabilizar a la liga, que sin presiones de descenso, daría mayor certidumbre a crear procesos y proyectos mejor cimentados. Claro, que la teoría es muy bonita, pero en la práctica no se ve, el torneo que termina dejó a nueve técnicos despedidos, ¡nueve! ¿Cuál estabilidad entonces? Pero por lo que verdaderamente será recordado este torneo es por la histórica bronca campal entre las barras del Querétaro y Atlas en aquel Sábado negro que ha marcado un antes y un después en el futbol mexicano, y su poca claridad de las autoridades de la Liga y de los tres niveles de gobierno en la investigación, seguimiento y esclarecimiento de los hechos.
Una pena que frenen proyectos de la llamada Liga de Expansión, en un proceso de certificación que no queda claro, que lo modifican cuando quieren y que inexplicablemente plasma que si no hay cuatro equipos certificados no puede ascender nadie, ¿qué culpa tiene uno que el vecino no cumpla? En ese vacío equipos como los Bravos de Juárez, que fue el peor del torneo y pagó de paso la multa de 80 millones de pesos, como multa por no descender, no merecen estar en la máxima categoría del balompié, hay planteles de la Expansión como Leones Negros, Atlante y hasta Cimarrones que dan más certidumbre, pero como la consigna es proteger capitales y no proyectos deportivos, no hay para donde hacerse.
Gracias a Dios terminó un torneo para el olvido, sí para el olvido, manchado de sangre en Querétaro y en Ciudad Cruz Azul, donde los pleitos por el poder han cobrado vidas y la liga no ha dicho nada pese a que esa cooperativa es la que manda en el equipo, o las grillas de un Toluca que pagó la multa de 33 millones de pesos al ser el peor tercer equipo en su cociente, con juegos como el de Mazatlán conta Puebla, donde queda la duda si entre hermanos se ayudaron para que los Sinaloenses no pagaran multa y de paso se clasificaran a expensas de la Franja o el criticable renacer futbolístico de los jugadores de Chivas y América, que tras correr a sus DTs se acordaron como jugar, en fin, se acabó el torneo regular, viene ahora el premio a la mediocridad, la reclasificación, un premio inmerecido para equipos que desde la medianía pueden competir aún, ojalá que lo que venga sea mejor.
Luis Enrique Alfonzo en Twitter: @LEADeportes