Ya llegó, ya está aquí la fiesta más esperada por los jarochos, el carnaval, que después de la pausa obligada que tuvimos el año pasado debido a la pandemia, regresa con enjundia y mucha algarabía (aunque la pandemia continúa)

El problema es que mientras a la zona costera se le da una manita de gato para que el turismo esté feliz, las calles del puerto jarocho están de infarto, llenas de baches, sucias, oscuras,

La señora alcaldesa está ya a seis meses de su gestión y la obra pública brilla por su ausencia pese a que el dinero está entrando a montones.

Saque la pluma y verá que tengo razón.

Tan solo Yeri Mua, la reina  obtuvo un millón 942 mil 528 votos; Miriam Carballo, 426 mil 842 votos; Mirna Caballero, Chikibaby 126 mil 239; Valeria Rangel, Vale Queen 125 mil 652; y Hannia Tuncheu 122 mil 177 votos.

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Brian Villegas, el rey obtuvo 871 mil 116 votos; Emmanuel Sahagún tuvo 129 mil 730 votos; Erubiel Sosa 126 mil 616.5 votos; y Lacho el Cucaracho, 125 mil votos.

Pamela Díaz Utrera fue electa la reina infantil del Carnaval 2022 con un total de 132 mil 20 votos, Frida Arellano Ochoa contabilizó 60 mil votos y   Aimar Lyneth Renteral Libreros acumuló 65 mil.

Y encima de eso,  se pidió en una reunión de cabildo la aprobación de un subsidio por dos millones de pesos, aunado a los 50 millones que ya hay para estos gastos.

Si usted se truena los dedos en su hogar o negocio para hacer rendir los recursos, sabrá que de los ingresos, se debe hacer un apartado para los gastos fijos, y luego el excedente (cuando lo hay) se usa para arreglos en casa, para pagar alguna deuda, o lo que mejor sea conveniente a su presupuesto.

En el caso de los dineros que se presume entrarán al Carnaval, pues nadie sabe, nadie supo cómo se van a utilizar, pero seguro en el bien de la ciudad, no.

Desde la administración de Fernando Yunes, hasta ahora con la de su cuñada Patricia Lobeira,  cuando se quiere hacer alguna mejora en las calles es en zonas donde les conviene, o solo por las avenidas principales, por supuesto dándoles la concesión de las mismas a los cuates, los compadres, la misma familia, para que todos sean los ganones.

Y lo que abunda es la opacidad, pues nadie sabe en realidad a dónde irán a parar las ganancias, seguramente jugosas, que se tengan de estos días de fiesta.

No sé usted qué piense, pero si desean los porteños se sientan felices con su administración, más allá de estas fiestas, deben darle algo más que PAN-y-Circo para que los beneficios en la ciudad sean permanentes y no sólo en época de bailongo y festividad, porque eso es un ratito y al rato la cruda realidad se manifiesta en el diario vivir,

Por cierto…

El sábado anduvimos en el Festival de Velas en el Malecón del bello puerto jarocho y nos encontramos a la señora Lobeira, muy sonriente y bien ajuareada porque tuvo la visita del secretario de Marina, Almirante José Rafael Ojeda Durán, con quien compartió el pan y la sal… y lujosas viandas con quesos importados y vinos que cuestan un dineral.

Debido a la enorme cantidad de visitantes que hay para este festival y el carnaval que ya está por iniciar, encontrar estacionamiento es impensable y dejarlo en la calle, con el tema de los parquímetros, un verdadero suplicio.

Nos tardamos más de la cuenta en salir y cuando al fin llegamos al auto tenía colocado un inmovilizador, lo mismo que varios de la misma calle.

Ya sabrán el show: pagar, recoger documentos, ir y venir…

El punto es que es otro negocio millonario que nos fue impuesto en forma arbitraria a los porteños y que ha llenado las arcas de sus dueños y sus socios (los Yunes aquí incluidos) , pues según reportes oficiales se han recabado 192 millones de pesos en los 14 años que llevan instalación en la vía pública. Ahí, nada más.

Si usted me hace el favor de leerme de otra ciudad, pensará que jarochilandia es un paraíso de abundantes recursos y en verdad lo es, pero nada o muy poco llega al pueblo, la mayoría, muchos, pero anótele bien, muchos millones, se quedan en las arcas de Alí Babá y los 40 ladrones mientras los alegres porteños bailan a gusto en  el Carnaval.