El caso del ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, quien de manera comprobada recibió sobornos por al menos 10 millones de dólares de la empresa contratista Odebrecht, es un caso emblemático de la corrupción del pasado y del presente sexenio.
La periodista Lourdes Mendoza, ha dado un seguimiento puntual y objetivo al mencionado asunto, pero tal parece que otros medios y algunos reporteros de la fuente energética y penal, han sido cooptados por las esferas del poder, particularmente por el fiscal Alejandro Gertz Manero uno de los personajes más duros y vengativos de la administración de AMLO.
El caso Emilio Lozoya se puede ver en dos planos, ambos de gran importancia para la vida pública, el de combate a la corrupción, que parece ausente en esta administración y el de la dignificación del trabajo periodístico que tanto ha sido vilipendiado, sobre todo si proviene de medios, periodistas, articulistas y columnistas cuyas investigaciones u opiniones resultan incomodas para esta administración, o denuncian la corrupción e irregularidades de los integrantes de la 4T.
La acción penal
Aparte de la acción penal que se sigue sobre Emilio Lozoya por corrupción y su relación con Odebrecht, está el proceso en contra del exdirector de Pemex derivado de la denuncia que por daño moral presentó la periodista.
En septiembre de 2020, Lourdes Mendoza denunció a Lozoya luego de que el exfuncionario la acusó de recibir una “bolsa de lujo” como soborno por parte de Luis Videgaray, exsecretario de Hacienda en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Lo cierto, y pese a las exigencias de Mendoza para que se presentaran pruebas de cómo y cuándo le dieron la famosa bolsa, esto nunca quedó demostrado.
Así, en mayo pasado, el juez determinó en primera y segunda instancia que el exdirector de Pemex debería pagar una indemnización de 500 mil pesos en favor de la periodista, además de los gastos y costos que el juicio generó. El hecho se puede considerar como inédito en la justicia y en México a pesar de que los abogados de Lozoya decidieran presentar un recurso de amparo en contra de la resolución del juez.
¿Protegerán a Lozoya?
Lourdes Mendoza ha enfrentado a una constante falta de solidaridad, incluso por parte de su propio gremio, y se ha topado con toda la fuerza de un gobierno exhibido, por cierto, por los acuerdos irregulares que ha mantenido con el exfuncionario y delincuente confeso, ello no ha impedido que con interés periodístico continúe dando al tema de la corrupción que se registró en Pemex bajo la gestión de Lozoya.
Hay que decirlo fuerte y claro, si no hubiese sido por Lourdes, Emilio Lozoya no estaría desde hace más de un año en la cárcel, lamentablemente eso le ha costado a la periodista ser blanco de una serie de instigaciones y estigmas que ha enfrentado con dignidad y fortaleza.
Lourdes Mendoza es una periodista que en tiempos de la 4T se ha atrevido a retar al poder y ha logrado ganar en las instancias judiciales. Que ha puesto un ejemplo de la forma en que se ha pretendido controlar al periodismo y de cómo algunos por amenazas, flojera o miedo a las consecuencias han permitido que desde el poder les digan toda clase de insultos.
Acuerdos y más acuerdos
El pasado cuatro de noviembre durante una audiencia, Emilio Lozoya y sus abogados presumían, como lo han venido haciendo, de los acuerdos que mantienen con el Fiscal Gertz al asegurar una propuesta de acuerdo reparatorio para resarcir los daños, causados por la compra irregular de la planta de Agro Nitrogenados durante la administración de Lozoya Austin al frente de Pemex.
Sin embargo, gracias a las investigaciones y fuentes de Lourdes Mendoza se pudo saber que, tras una borrachera, Emilio Lozoya presumió a otros presos que pronto quedaría libre tras acordar un pago de 50 millones de dólares (aproximadamente mil millones de pesos) al Gobierno de México.
Un valioso testimonio
El próximo 29 de noviembre en el marco de la FIL de Guadalajara, Mendoza presentará un libro donde narra todo este proceso. Un testimonio acerca de la corrupción e impunidad, donde, gracias a que la periodista no ha quitado el lápiz del renglón, están sucediendo dos cosas, primero, que Lozoya continue en la cárcel y, segundo, el hecho de que al ganar su demanda por difamación, de cierta forma se revindica el noble ejercicio del periodismo frente a un gobierno al que solo le importa regresar al autoritarismo y que ha sido capaz de atentar en contra de las libertades y la libre expresión.