En un acto que no tomó por sorpresa a nadie, Donald Trump, apenas minutos después de asumir la presidencia de Estados Unidos, puso fin al programa CBP One. Este sistema digital, que había permitido a casi un millón de migrantes gestionar citas para solicitar asilo, dejó de funcionar, cancelando abruptamente todas las citas pendientes. La medida, anunciada en el sitio web de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, representa un duro golpe para miles de personas que esperaban cruzar la frontera de manera ordenada y legal.
La reacción en la frontera fue de shock y desesperación. Migrantes que habían invertido tiempo y recursos en obtener una cita a través de CBP One ahora se enfrentan a una realidad incierta. En Tijuana, Baja California, y en otros puntos fronterizos, se ha reportado un ambiente de angustia, con familias revisando sus dispositivos móviles solo para confirmar que sus esperanzas han sido canceladas.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reaccionó rápidamente a esta decisión. En su conferencia de prensa, manifestó su preocupación por la situación de los migrantes mexicanos y otros que se beneficiaban del programa. Sheinbaum propuso mantener un esquema similar al CBP One para evitar la presión fronteriza y reiteró que México buscará mantener abierto el diálogo con la administración Trump para encontrar soluciones que respeten los derechos humanos y ofrezcan vías legales de migración. Sus declaraciones fueron cubiertas por varios medios, incluyendo El Financiero y El Universal.
Esta acción de Trump ha sido interpretada como el primer paso hacia una política migratoria más restrictiva. Los críticos argumentan que, al eliminar este sistema, no solo se obstaculiza el acceso al asilo, sino que se empuja a más migrantes hacia rutas peligrosas y menos seguras. Los defensores de los migrantes temen que esta sea solo la primera de muchas medidas que dificultarán aún más la situación de los inmigrantes.
Para los mexicanos en Estados Unidos que ya se encontraban bajo el amparo de permisos temporales otorgados por CBP One, esta decisión añade otra capa de incertidumbre. La posibilidad de deportaciones masivas, prometidas por Trump, se vuelve más tangible, generando ansiedad entre las comunidades migrantes.
En México, las organizaciones que apoyan a los migrantes están viendo un incremento en la demanda de servicios, preparándose para recibir a aquellos que ahora no tienen opciones claras para avanzar hacia el norte. La eliminación de CBP One no solo afecta a los que están en la frontera, sino que también impacta a los que aún están en tránsito, obligándolos a replantear sus rutas y esperanzas.
Este evento marca el inicio de lo que podría ser un período de mayor tensión en las relaciones bilaterales en materia migratoria entre Estados Unidos y México, con implicaciones profundas para los derechos y las vidas de miles de personas en busca de una nueva oportunidad.