Se puede estar de acuerdo, o no, con lo que dijo el presidente AMLO acerca de la UNAM. Conste, lo que dijo: la de Andrés Manuel solo fue una opinión en la mejor tradición dialéctica: plantear un punto de vista polémico para discutirlo hasta agotarlo.
Es derecho de los críticos del presidente cuestionarlo cuando no les parece correcto lo que afirma.
Y es derecho de Andrés Manuel expresar lo que considere adecuado para enfocar el debate político en los temas que más le interesan, como el de su rechazo al neoliberalismo.
Hasta ahí, todo perfectamente normal en una sociedad democrática en la que, con respeto y tolerancia, se manifiestan ideas de todo tipo.
Pero hay excesos como el del monero Calderón, de Reforma, quien se ha ido demasiado lejos al ¡¡¡presentar a la UNAM no solo como neoliberal, sino como panista!!!
Sin duda fueron valiosas las aportaciones de Manuel Gómez Morín a la principal universidad de México y a otras instituciones de nuestro país, pero ¿gracias únicamente al fundador del PAN existe la libertad de cátedra?
Por lo demás, en el actual contexto político mexicano, dar a entender que la UNAM ha llegado a la excelencia académica gracias solo a Gómez Morín —más conocido en la opinión pública como creador del panismo que como universitario—, equivale a ganas de fortalecer al PAN al ponerlo prácticamente como el origen de la educación superior.
Vaya propaganda vulgar.