El Congreso de Nuevo León está a punto de convertirse en la burla del sistema legislativo mexicano. Y no es solo esta legislatura sino la pasada que estuvo más o menos del nivel.
El reto del gobernador de Nuevo León donde les dijo que les entregaría el presupuesto, si y solo si no le cambiaban ni una sola coma empezó con este desastre desde la legislatura pasada.
Súmele la elección del fiscal y la falta de publicación de las leyes y los acuerdos aprobados en el Congreso porque eso está en control del gobernador del estado. Puras chilfazones diríamos en Monterrey, porque un lado o el otro no quiere aprobar algo. No hay un espacio para el diálogo político y eso hace que todo esto esté todavía más complicado.
Mire que el “El Bronco” Calderón ya la tuvo difícil pues no había representantes independientes en el Congreso y aun así logró que el Congreso no fuera tan ridículo como lo fue la legislatura pasada y como pinta para ser por los próximos 6 años.
Los diputados del MC reclaman injusticias cuando su grupo no se presentó al Congreso para que no hubiera quórum para tomar decisiones y esto fue desde febrero de este año.
Ahora reclaman una injusticia en la votación de la mesa directiva del Congreso donde ellos también votaron. ¿Cómo puede haber trampa ahí? Me imagino a los diputados que contaron los votos como los estafadores de “donde está la bolita” escondiendo los votos y poniendo otros, ni David Copperfield.
Los diputados del Frente Amplio por México también deben de ponerse serios y ponerse a trabajar para que los otros diputados tengan que hacerlo al menos por el ejemplo.
Habría que exigir a todos los diputados asistencia perfecta, apertura al diálogo por el bien del estado y control de los temperamentos para que esto no sea una pelea de niños de primaria y realmente sea un Congreso que toma decisiones.
En este momento son tan ridículos los naranjas como los de otros colores. Al no haber consecuencia de los actos, muchos de ellos pueden hacer o no hacer lo que quieran.
Esperemos que ya se pongan de acuerdo y que se empiecen a desatorar cosas pues ya fueron 3 años con un Congreso bastante chilero como para aguantar 3 años más.
¡Animo!