Si usted ha ido a Monterrey en las últimas semanas podría parecer que vive en épocas de la pre pandemia. Pocas personas usan el cubrebocas y muchas de ellas están preocupadas por otras cosas que no tienen nada qué ver con el contagio del Covid-19.
A diferencia de lo que pasa en otras ciudades del país, específicamente en la CDMX, en Monterrey ya están fuera mascaras viviendo una nueva normalidad que no es tan nueva ni tan normal.
Si usted hubiera estado viviendo en una cueva y lo llevan a Monterrey no sabría que no hay suficiente agua en la ciudad y que hubo una pandemia tan fuerte que mando a todos a sus casas.
Esta semana, voy a veterinario a llevar a uno de los perros de mis hijos a que lo vacunen. Y veo que solo las personas que van llegando con sus mascotas y alguno que otro doctor con sus respectivas mascaras. La doctora que nos atendió lo hizo sin cubrebocas y ahí fue donde le pregunté si los cubrebocas eran opcionales o no. Ella me dijo que si eran opcionales y que según lo dictado por el gobierno solo en hospitales se tendría que llevar el cubrebocas.
Pues ahí Monterrey se convirtió en Frankfurt. Todo mundo anda sin cubrebocas y lo que menos preocupa es el número de contagios y el número de muertes por el bicho. Las jornadas de vacunación son como una cosa secundaría y los que se quieren vacunar y tienen su pasaporte y visa se cruzan a Laredo o Mc Allen y se ponen la vacuna. Los que no, hay alternativas en diferentes lugares. Mi papá ya tiene las 4 dosis de Astrazeneca y como él muchos mas.
En Monterrey ya no suena el conflicto de Rusia-Ucrania y el Covid-19 es algo de la vida diaria. El gran problema del agua lo han ido taponeando con curitas y de alguna manera u otra la gente tiene algo de agua en las casas aun sin tener una solución de fondo.
Las apariciones en redes sociales de los personajes del Gobierno del Estado han sido menos virales. Se pudiera decir que andan de bajo perfil al menos hasta que empiece la temporada de lluvias que ya no falta tanto.
La gente de Monterrey es noble con los empresarios y los políticos y un poco xenofóbica. Si en Monterrey trataran a los políticos como tratan a los “foráneos” quizá tuviéramos otro tipo de desarrollo y no el que tenemos ahora.
Las leyendas de Eugenio Garza Sada y Alfonso Martínez Domínguez van quedando en un pasado de Boomers que no sirve ahora para las nuevas generaciones.
Me parece que cuando Samuel García se lanzo de candidato a la gubernatura del Estado pensó que su problema mas difícil iba a ser lo de la pandemia, cosa que ya tiene medio resuelta un poco más por el hartazgo de la gente.
Lo del agua sigue y seguirá pendiente. Esperemos que la gente le siga exigiendo a los gobernantes para que los próximos que piensen gobernar al estado y a los municipios le estudien bien y empiecen con soluciones desde el día uno. Esperemos…