Quiero aclararles antes que nada que en lo absoluto soy una conocedora profesional del deporte en este país. Pero no hace falta serlo, para darse cuenta que el deporte no ocupa un lugar preponderante en México. Se nota desde la niñez, en las escuelas.
En mis tiempos allá por los años ochentas la materia de educación física tenía su peso y su relevancia.
En lo personal a mí me gustaba, aunque alguna vez tuve a un maestro que siempre me exigía más. En aquel entonces yo lo consideraba como abuso quizá y recuerdo que me echaba a llorar ante las burlas de mis compañeros por no poder dar un salto grande, ahora sé que él estaba creyendo en que podría dar ese salto tan grande sin tanto miedo.
Personalmente no recuerdo que aquel maestro le diera importancia a ningún compañero del salón.
Lo mismo pasó en mi secundaria y en mi preparatoria.
La figura del maestro de educación física se desdibujaba frente a otros maestros de distintas materias. El maestro de educación física se quedaba atrás.
La propia directiva escolar lo ponía al final de la fila.
Pasar con diez esa materia era algo fácil y sencillo de lograr. Casi nunca supe de nadie que fuera reprobado en educación física. No había que hacer gran esfuerzo en aquella materia.
Algunas veces habían maestros de educación física ya jubilados que con pasión querían enseñarle a sus alumnos sus conocimientos en basquetbol o en futbol pero sin grandes éxitos. La propia escuela no le permitía avanzar más allá del patio de la escuela.
Por alguna razón, las escuelas contratan a maestros de educación física a veces con condiciones poco saludables, con sobrepeso por ejemplo (ojo no soy gordofóbica) y algo descuidados.
Entonces para el alumno al ver a un maestro de educación física así, en esas condiciones, es difícil suponer que podrían sentirse inspirados.
Ahora que he estado buscando trabajo, he visto los sueldos ínfimos que pagan las escuelas por el maestro de educación física. Entonces lo que hace el maestro es sobrevivir, no enseñar. Ni mucho menos hablarles a los alumnos de pasiones.
Muchos de los coaches de básquetbol o de fútbol y no se diga del deporte de moda “tochito flag” se obsesionan con los jugadores que les dan resultados sin que presten atención a los demás.
Los dejan en la banca, porque siempre quieren ganar.
No le dan la oportunidad a los demás de demostrarse y retarse a ellos mismos porque simplemente estos coaches los ignoran.
Luego entonces el jugador pierde el ánimo de seguir y se rinde.
Por eso admiro tanto y tanto a todos los atletas que llegaron a estos Juegos Olímpicos que hoy terminan. Los retos y los abismos que habrán tenido que atravesar para llegar hasta ese punto. Alguien creyó en ellos. Alguien les dijo “tú puedes”.
Los papás que sin falta los llevaban a los entrenamientos, la presión de la escuela, en fin. Yo no tengo más que admiración por ellos.
Y más porque como todos sabemos México es un país que abandonó a sus atletas.
Me resulta imperdonable e impensable que nuestra futura presidenta opte por escoger de nuevo a Ana Gabriela Guevara como dirigente de la Comisión Nacional del Deporte. Sabemos todos que ella saldrá corriendo, que es su especialidad del país incluso.
Yo elegiría en dado caso a Iridia Salazar medallista de taekwondo y que hoy es secretaria del deporte en Querétaro.
Tuve la fortuna y el honor de que hace poco más de diez años ella fuera mi clienta pues puse en Querétaro un negocio de estimulación temprana. Habiendo tantos negocios de ese ramo con instalaciones de primer nivel y demás, ella había elegido junto con su bebé hermosa quedarse conmigo en mi pequeño negocio.
Es una gran atleta y personalmente es una mujer íntegra y derecha. Por eso la eligió Mauricio Kuri para tal puesto.
Gracias a todos los atletas mexicanos. Gracias por su esfuerzo y por sus ganas. Gracias por llegar hasta ahí, hasta donde nadie llega porque no se quiere muchas veces. Gracias por sus cientos de entrenamientos, sus caídas y sus tropiezos, porque nos enseñaron cómo levantarse….
Gracias por su fatiga y sus ganas.
Inspiraron a cientos de jóvenes mexicanos.
Espero que la misma inspiración haya llegado a la mente y el corazón de Claudia Sheinbaum para que elija correctamente a quien se va a dedicar al deporte en México.
Porque la tarea no es fácil: no se trata tampoco de una persona, no hay parques suficientes, ni espacios, ni estadios para que los alumnos y atletas entrenen. No hay equipos, no hay pasión. No hay coaches que les importen todos y no solo se queden con los que les dan triunfos en sus localidades.
Necesitamos creer que es posible. Pero el camino aún es largo
¡Gracias atletas mexicanos! ¡Gracias a todos!
Es cuánto.