Me da muchísima impotencia el tema del deporte en México: completamente roto y abandonado a su suerte.

Estoy segura que hay muchísimo talento en nuestro país pero no es apoyado para que en este país se haga deporte y se desarrollen las personas, los niños y jóvenes  en alguna disciplina.

Les pongo como ejemplo del caso  que conozco de una persona muy cercana mí: Es un padre de familia, que su sueño ha sido tener su propio equipo de tochito flag, que es una modalidad del futbol americano pero mucho más suave. Ha tenido que tocar puertas y más puertas para conseguir espacios para poder entrenar. Muchos niños y niñas quieren jugar y entrenar en su equipo, pero no hay espacios donde hacerlo y si los hay, él  tiene que pagar para prácticamente todo: arbitrajes si hay partidos, espacios... pagar y pagar rentas, horas extras, arbitrajes, etc.

Por supuesto los uniformes y otro material corre por cuenta de él y de alguno que otro papá que en ese momento sí se encuentre desahogado económicamente para poder hacer alguna aportación .

Los espacios públicos en nuestro país  para hacer deporte son pocos y están muy peleados. Los gobiernos no han invertido un peso en el deporte o muy poco, y mucho menos pasará eso ahora que ya estamos entrando al 2023  y que automáticamente huele a 2024, porque todos sabemos que el año que viene estará plagado de campañas políticas y el deporte en México  queda como el estorbo en el que nadie invierte porque hay que invertir en campañas.

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Me da mucha ternura y me da tristeza ver a todos esos pequeños que quieren pero su país no les deja entrenar, correr, ejercitarse, trascender, competir.

En este país no se le apuesta al deporte sino a la mediocridad.

A veces pienso que si los maestros en educación física realmente tienen condición física y si están certificados para serlo. La mayoría de las veces se les ve apáticos, con sobrepeso y poniendo a brincar a sus alumnos sin ton ni son durante  una hora tan solo para cubrir con un horario.

No se fijan si este o aquel niño o joven tiene talento para algo deportivo. Por lo general les ponen a todos los alumnos calificación de diez , sean o no sean aptos para el deporte.

El gran problema, insisto, es que no hay espacios públicos para hacer deporte ni a nadie le interesa.

Las pocas canchas de futbol qué hay son “apartadas”  por jóvenes que disfrutan mucho  echarse  su cascarita de muchas horas  pero tomando su cerveza, claro que sí, a la vez.

Hay pocos parques, no hay canchas, ni qué decir de gimnasios en las escuelas, y en las mismas no hay proyectos deportivos que inspiren e impulsen al joven a trascender en alguna disciplina.

También cabe reconocer que los pocos espacios deportivos son maltratados por la ciudadanía: Los grafitean o usan personas indigentes para dormir y pervivir.

Porque estamos en un país donde no hay mucho de dónde  elegir. Los mismos niños y jóvenes de hoy no ven con esperanza a su país en materia deportiva.

El ciclismo en la CDMX y en muchos otros estados  también se ha convertido en un deporte de supervivencia. No hay respeto por ellos ni espacios para que puedan rodar con calma. Diariamente son atropellados sin que sea delito prácticamente.

Tristemente los jóvenes que hacen deporte y les gusta además saben ya de antemano, que si no tienen “palancas” o mucho dinero, poco podrán hacer.

El futbol, en especial, se ha convertido en un negocio de compra y venta de jugadores como si fueran fichas. Y vaya que el futbol es un deporte hermoso, que hermana y une. Pero lo han manchado, como han manchado tantas cosas en este país.

Y a todo esto me asalta la duda: ¿Dónde anda  Anita Guevara? Sí, sí... La que es directora de la Comisión Nacional del Deporte en México. No sé donde está ni tampoco qué hace.

No habla ni sale en las mañaneras... no dice nada. Apenas ayer se le pudo preguntar qué opinaba del último partido de la Selección Mexicana y solo expresó que:

“Esto es deporte, no hay nada escrito, siempre hay sorpresas. La gente se emociona con el Mundial”. ¡Y ya!… se fue contenta.

Pero aquí hay algo extraño, muy extraño. Seré curiosa,  pero doña Anita Guevara lleva más de 3 años sin tuitear nada, exactamente su último tuit data del 2019.

Esto nos arroja información muy valiosa y alguna conjeturas de mi parte:

¿Se esconde?

¿No tuitea nada porque no hay un solo resultado positivo del que hablar?

¿Le dan miedo las redes sociales?

¿Trabaja?

Nadie nos da respuestas, tampoco ella. Aunque sepa muy bien porqué no han habido ni están habiendo y ni habrán recursos para los atletas mexicanos y para el deporte nacional.

En países de primer mundo becan a los jóvenes que hacen algún deporte para que puedan estudiar.

Aquí simplemente a muchos jóvenes les da apatía pensar en hacer deporte. Saben e imaginan y adelantan a pensar que no pasarán de torneitos intraescolares, y nada más... Que  habrá un árbitro que no sabe nada de arbitraje pero que le tienen que pagar y que muchas veces incluso los partidos se pacten (a cambio de dinero) para ser ganados.

Ya se sabe y se ha visto que el deporte disminuye el riesgo de conductas de riesgo para los niños y jóvenes tales como prevención de suicidio, adicciones, depresión, ansiedad, fomenta la sana convivencia por lo qué hay más control de instintos agresivos y destructivos y un sin fin de propiedades.

Pero esto no parece verlo ni entenderlo ni la propia Anita Guevara, ya que de ser ella atleta de alto rendimiento y haber sido otrora orgullo nacional, ahora ss nos convirtió en contadora y pues seguramente maneja el tema del dinero como sea de su conveniencia dejando sin nada a los atletas y aspiracionistas del deporte .

¡Ah sí! Ya entendí, quizá por ser aspiracionistas no existen para ella.

Ya sé que todo de pronto  es queja y nada de acción por parte de los que en este país habitamos.

Nos queda impulsar a nuestros hijos para que hagan ejercicio, pero tristemente no se les puede engañar diciendo que podrían ser ganadores de  muchas medallas. Es decir sí podrían, sí podrán pero no en este país. No aquí en México.

Y por eso el presidente  felicitó a la Selección, porque ayer ganaron un partido. Nomás que se le olvidó que no fue un partido en solitario, de pronto se le olvidó que era un juego decisivo para sobrevivir en el Mundial. Y que aún ganando fuimos eliminados.

Eso no se felicita  ni se aplaude, como tampoco se debería de celebrar que un portero pare un penal y que lo entendamos como un partido ganado.

Pero nos hacen falta ilusiones y sueños, jugadores estrella y héroes en el deporte.

Nos hacen falta espacios para practicarlo  y soporte, recursos y dinero para ello.

Nos hace falta que doña Anita Guevara aparezca y diga algo por fin. No sé, alguna promesa, alguna esperanza, algo.

Nos hace falta pensar en otras opciones de desarrollo para nuestros hijos  porque México no es una opción.

Pero ojo, no perdamos de vista que en  los mundiales para personas con discapacidad los mexicanos arrasan con el medallero… ¿Pero eso no nos alegra? Es triste. Deberíamos de celebrarlo, pero pareciera que ellos no importan y que su extraordinario esfuerzo no cuenta.

Abrámosles más los ojos a lo que hacen. Sin llorar mucho ni quejarse en este último  mundial paraolímpico trajeron muchas medallas. Necesitamos héroes. Ahí están. Están en la obscuridad pero ahí están. Veámosles

Es cuanto.