“Y todo para qué
Y todo para qué
Si al final yo perdí
Pero no me arrepiento
Si en cada momento
Me hiciste feliz (y todo para qué)”
INTOCABLE
Cochinero total. Una muestra más de que hasta el Senado requiere al INE para dar certeza a las elecciones legislativas. Los distinguidos senadores tuvieron que repetir la votación en tres ocasiones y, al final, llegaron a la conclusión inicial: Alejandro Armenta es el nuevo presidente de la mesa directiva de la cámara alta para el periodo legislativo que hoy comienza.
La victoria la había alcanzado desde la primera votación, pero fue impugnada por senadores de diferentes bancadas. En la segunda votación obtuvo 60 votos, uno menos de los 61 requeridos para ser electo por mayoría como presidente de la mesa directiva del Senado. Hasta el tercero —y último intento— fue que consiguió suficientes votos; fueron 65. (Llama la atención que para esta, la tercera vuelta, el líder de la JUCOPO, Ricardo Monreal, obtuviera solo 52 votos…)
En la segunda votación, la senadora morenista Malú Micher Camarena señaló el desaseo en la elección y solicitó no se avalara la misma. Mientras tanto, los senadores de oposición recordaron el desaliñado proceso cuando se eligió a la presidenta de la CNDH. El partido en el poder les respondió con un silencio de Piedra…
Al final, la aún presidenta saliente, Olga Sánchez Cordero confirmó una tercera votación por cédula y se entregaron sobres personalizados. ¡Ni entre ellos hay confianza!
Ricardo Monreal tuvo razón desde antes de la primera votación: “Son tiempos, sí, de tormenta y nosotros estamos acostumbrados a luchar contra la adversidad”.
No lo decía por la votación que se avecinaba —aunque resultó ser uno de los elementos de la tormenta— sino porque durante más de un año ha probado las hieles del desprecio presidencial. No ha sido convocado a Palacio, no ha sido considerado como corcholata y, como muestra del desprecio palatino, ninguno de los miembros del gabinete (a excepción de Marcelo Ebrard) se presentó a las sesiones del grupo parlamentario, dirigido por el legislador, el día lunes.
Ni siquiera Adán Augusto López, secretario de Gobernación, tuvo la mínima consideración hacia sus compañeros; todo por mostrar el desprecio hacia el zacatecano.
Igual que sucede con AMLO, Monreal crece ante el castigo. Abogó por la autonomía del Senado —¿o la suya propia?— y puso a López Obrador ante el espejo al decir: “el presidente nos convoca todos los días a no ser súbditos, vasallos, a actuar con autonomía”. Olvida que el tabasqueño ya vive en Palacio y actúa como habitante del mismo; todo un monarca, pues.
El senador Armenta es cercano a Monreal y, cuando ganó la primera votación, el presidente de la JUCOPO subió a tribuna con la mayoría de sus correligionarios para corear: “unidad, unidad” y lanzar vivas a Morena. También orgullosamente sentenció: “Me siento más fuerte que nunca”. Antes de que se descompusiera todo, (el zacatecano) dijo haber sugerido a Armenta presentarse con López Obrador. Ante eso, al senador Gabriel García se le salió comentar: “Armenta jamás se ha presentado a dialogar con López Obrador en Palacio Nacional”. Así los desplantes y dolores de parto de Morena.
Lo cierto es que el desaguisado en el Senado presentó significados y dedicatorias. Aquí algunas:
√ Las votaciones —encuestas y anexas— de Morena no son creíbles.
√ No fue una “rebelión en la granja” como algunos comentan. Ricardo Monreal trató de demostrar su autonomía después de los desaires recibidos. No por la autonomía que debiera tener el poder legislativo del poder ejecutivo, aunque sí hizo ver que no pueden ni deben ser coro del tabasqueño.
√ Dedicatoria a Olga Sánchez Cordero, quien demostró no tener el control de sus compañeros ni el liderazgo que se requirió para ser presidente senatorial autónomo y digno de la confianza de los senadores.
√ Dedicatoria a los “duros” de Morena, quienes quisieron impulsar a Higinio (0 y van 2; ya antes lo habían bajado de competir contra Delfina Gómez por el Estado de México).
√ Significativo para López Obrador y Monreal. El primero no tiene en el Senado a todos los senadores con él y Monreal ahí se hace fuerte. No obstante, su fortaleza senatorial no es para nada semejante en la intención del voto popular hacia su persona de cara al 2024.
√ A los senadores de oposición deberían enseñarles que cuando el enemigo se está dando con todo, es mejor dejar que se acaben entre ellos y no meterse a la discusión. ¡¿Para qué se ponen a desconocer a Armenta?! Mejor hubiese sido para la oposición recibirlo con los brazos abiertos y ver cómo eso enciende las brazas de la envidia entre los morenistas.
√ Vergonzoso que, mismo en el Senado, se dude de los votos.
El desaguisado en la cámara alta tiene —o debería tener— otras implicaciones para todas las fuerzas políticas del país: en ningún momento pensaron en México, en la mejor opción para los mexicanos. Consideraron el coto de poder, su voluntad y sus intereses políticos; buscaron demostrar quién manda en el Senado y, con ello, su nulo compromiso con el país.