Hay muchas preguntas y una constelación de incógnitas que vienen después de haberse nombrado a quien será la coordinadora de la defensa del voto. Desde luego, Claudia Sheinbaum ha ganado la joya de la corona y, con ello, recibirá el bastón de mando de manos del presidente López Obrador. Muchos se preguntarán qué significa eso. De entrada, será quien decida la mayor parte de su gabinete y proponga, claro está, espacios y posiciones que se jugarán en puestos de elección popular. De hecho, una vez que la tendencia le favoreció, no hay duda que su liderazgo irá en aumento, especialmente si llega a ganar la presidencia de la República que, todo parece indicar, así será si hay unidad.

Pero ahora, el movimiento se encuentra en un proceso de cicatrización para encontrar un punto de unidad, sobre todo por lo que pasó el día de ayer con el posicionamiento de Marcelo Ebrard. De ese modo, estos días serán cruciales para llegar a un acuerdo. Seguramente el presidente intentará tener interlocución con Ebrard, o tal vez mandará a un emisario. En todo caso, la decisión que tome el excanciller puede llegar a influir en la votación final. Eso lo comprobaremos después del lunes que se note de qué tamaño es el boquete. Sin embargo, no tengo duda que Morena acabará ganando la elección presidencial, repito, si hay cohesión al interior.

Pero más allá de eso, viene un proceso álgido por las nueve entidades federativas, lo mismo que los espacios legislativos que estarán en disputa. Todas tienen su importancia, no obstante, sabemos que la Ciudad de México, por lo que representa, es la segunda posición más trascendental después de la presidencia de la República. Con ello, vendrán versiones y comentarios para ir generando un clima de competencia interna.

Hace unos días, por ejemplo, Omar García Harfuch, titular de la secretaría de seguridad ciudadana de la Ciudad de México, dio una entrevista con la Jornada. Entre muchas otras cosas, dijo que, para el futuro inmediato, está listo para cualquier reto. Curiosamente, eso se dio unos días antes de que saliera a la luz pública el resultado final de la encuesta. Fue, no hay duda de ello, una estrategia política del cuarto de guerra de Sheinbaum. Se sabe que, el director de Seguridad es gente de todas las confianzas de Claudia y, claro está, tuvo que darle el respaldo y el apoyo para generar ruido.

La cuestión es que, una vez nombrada Claudia como coordinadora, esa posibilidad se acota o, de plano, se esfuma para los próximos días. Desde luego, soy de los que pienso que, para este proceso, el presidente tendrá que equilibrar la balanza en la toma de decisiones. Sería un error político y estratégico que, valiéndose de una designación de candidata, Sheinbaum pretenda quedarse también con la CDMX. Puede ser posible, pero es políticamente incorrecto concentrar tanto el poder a sabiendas de que ocuparas de todos para ganar. Digamos que, si eso llega a pasar, el voto se puede fragmentar y no sería prudente, sobre todo por el antecedente que sucedió en 2018, donde Morena perdió terreno por el desdén que sufrieron las clases medias.

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La decisión, claro está, saldrá de la oficina del presidente Obrador que tendrá, en los próximos días, la tarea de conciliar con todas las fuerzas políticas al interior del movimiento.

A propósito, Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa, ha levantado también la mano. Es, no hay duda de ello, el mismo caso de Omar Harfuch. Ambos son personajes cercanos a Claudia Sheinbaum. Por lo tanto, sus posibilidades son también mínimas para encabezar a Morena en la Ciudad de México, no porque no tenga méritos, sino que tendrá que haber un equilibrio en la toma de decisiones para la designación del abanderado. Además de ello, ha trascendido que, tanto Morelos, Chiapas, Puebla, Tabasco y Ciudad de México, serán para varones por el tema de equidad de género. En caso de que sea así, esto diluye toda probabilidad para Clara en la CDMX.

Y con respeto a ello, Morena necesita un perfil de experiencia probada y comprobada para conciliar con aquellos sectores que, hace un par de años, dieron la espalda al movimiento luego del desdén que vivieron en carne propia. En lo que se refiere a ello, el movimiento necesita reconciliación, de igual forma, con los científicos y académicos que, dicho sea de paso, sufrieron el mismo abandono. Ya no es, claro está, suficiente el arrastre de una marca de partido; se requiere imprimirle dinamismo para contrarrestar lo que aconteció hace un par de años.

Esa es una de las poderosas razones que, desde este momento, me llevan a concluir que, para la Ciudad de México, viene una designación para alguien de mucha experiencia y sagacidad. Aunado a ello, no puede, ni se debe capitalizar tanto el poder en una sola imagen para tomar decisiones antes de que llegue al poder. De ese modo, y una vez nombrada la coordinadora, Claudia no tiene mano en la elección para jefe de gobierno de la Ciudad de México. O sea, ni Omar, ni mucho menos Clara Brugada, tienen posibilidades de competir pese a tener buenos resultados en sus posiciones. Puede participar como todo proceso democrático, pero, no hay duda de ello, la decisión está tomada.

Es lo que parece ser, no hay duda, una elección cantada para Ricardo Monreal.

Notas finales

Ayer, Eduardo Ramírez Aguilar, dio su respaldo al trabajo de la dirigencia nacional del partido para definir a quien coordinará los Comités de la Defensa de la Cuarta Transformación.

Y es que el coordinador del grupo parlamentario de Morena pidió no anticiparse a los resultados e hizo un llamado a la unidad y la prudencia de quienes aspiran a este cargo.

Ramírez Aguilar respaldó el trabajo del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, de la secretaria general del partido, Citlalli Hernández Mora; y del presidente del Consejo Nacional de este instituto político, Alfonso Durazo Montaño.

Recordó que, desde su fundación, Morena estableció las encuestas como método para elegir a sus candidatos a cargos de elección popular, como presidentes municipales, diputadas, diputados tanto locales como federales, gobernadores y gobernadoras.

“Ha sido un método que ha funcionado y que nos ha mantenido en unidad. Por eso quiero hacer un llamado a la prudencia, un llamado a la cordura. Entendemos que son momentos difíciles para quienes participan, para los equipos que participan” en el proceso interno.

Eduardo Ramírez reveló que ayer, en la reunión previa del Grupo Parlamentario, las y los senadores de la mayoría legislativa acordaron cerrar filas con quien fuera electo o electa para coordinar los Comités de la Defensa de la Cuarta Transformación.

“Seguimos manteniendo esa postura y reconocemos este método como un método eficaz; y quiero ponderar la unidad dentro de Morena, por encima de todo”.

Eduardo Ramírez Aguilar

La unidad en Morena, enfatizó, está por encima de cualquier aspiración legítima de cada uno de los militantes o simpatizantes del partido.