SONORA POWER
Abrimos este 2024 y lo hacemos con energía, a mí me gusta comparar el año nuevo con un cuaderno con las hojas, en este caso 366 hojas, en blanco, listas para escribir nuevas historias.
Y la verdad es que este año que inicia pinta como un año lleno de retos y novedades, al que entramos con grandes antecedentes, comenzando por el hecho de que México lo logró y hoy es una de las economías más dinámicas del mundo, solo por detrás de la India y China, con una tasa de crecimiento (preliminar además) de 3.2 por ciento, nuestro país se apresta justamente a retomar la posición que le corresponde como la economía emergente más atractiva del mundo.
De hecho hace un par de semanas se confirmó el dato que por acá ya habíamos anticipado, México avanzó 3 lugares en y se convirtió de nuevo en la economía #12 del mundo, superando en este año a España a Corea del Sur y Australia, quedándonos por delante el reto de alcanzar a Rusia y Canadá para ubicarnos dentro de los primeros 10, lo que muy probablemente ocurra al final de este 2024.
El resultado del 2023 es el preludio de una fase de crecimiento y expansión económica que se integra de varios componentes cada cual tan importante como el otro:
A) Inversión de recursos públicos en desarrollo de infraestructura, particularmente en el sureste, pero con efectos reales en todas las regiones del país.
B) Fortalecimiento del mercado interno a partir de alzas en el salario y la estrategia de los programas de bienestar.
C) Recepción masiva de inversiones a partir del fenómeno de relocalización de operaciones mejor conocido como el “nearshoring”.
D) Entrada masiva de divisas a partir de remesas de mexicanos en el exterior, visita de millones de turistas (México se consolidó como el tercer país más visitado, solo detrás de Francia y Polonia) y capitales que buscan la estabilidad y buenos rendimientos del mercado financiero mexicano.
Si esto lo aderezamos con grandes resultados como la reducción en la brecha entre los que menos tienen y los más ricos, con la suma del “súper peso” como un fenómeno inédito, pues nuestra moneda ganó 13% el 2023, además del aumento a niveles nunca vistos de las reservas internacionales del Banco de México que se ubicaron en 211 mil 509 millones de dólares, tendremos el escenario completo.
La realidad es que la economía de México logró sorprender a propios y extraños por sus buenos resultados, que no son otra cosa que la confirmación de que el plan de desarrollo y expansión de la economía mexicana diseñado y puesto en práctica por el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobierno de la Cuarta Transformación, funciona y puede darle lecciones al mundo de como es que se debe actuar en tiempos de gran incertidumbre e inestabilidad.
La apuesta de López Obrador es un híbrido muy interesante, que podríamos comparar con la estrategia seguida por el presidente Franklin Delano Roosevelt para sacar a los Estados Unidos de la gran crisis de 1929, proceso del que nuestro vecino país del norte emergió (tras la segunda guerra mundial) como la mayor economía del mundo.
Vistas así las cosas, el “Nuevo Acuerdo a la Mexicana” que impulsa el gobierno de la transformación, logró desarrollar una fórmula eficaz, que al mismo tiempo ofrece justicia social y económica a las grandes masas de población empobrecidas por las políticas neoliberales y por el saldo acumulado de las grandes crisis que nos ha tocado vivir en el México Moderno.
Pero siguiendo con el plan obradorista, esa visión también ha impulsado la competitividad del país con grandes obras de infraestructura, como el Tren Maya, el plan Transítsmico, las nuevas refinerías y el plan de sustituir totalmente las importaciones de combustible, o el llamado “Plan Sonora”, como sus principales argumentos.
Ahora el reto es que México siga adelante y si se hace bueno el pronóstico de crecimiento para este año, que muchos expertos ya ubican en niveles de entre el 4 y el 5%, la realidad es que a nuestro país nadie lo para.
Claro, al ser el 2024 un año electoral en el que está a juego ni más ni menos que la sucesión presidencial, la política es un reto en sí mismo.
Los mexicanos estamos en justo en la dicotomía, entre seguir adelante con lo ya andado o retroceder a un escenario de gobiernos que ya nos han demostrado ser ineptos e ineficaces para conducir la economía y el desarrollo social del país, que además probaron ya estar infectados por el virus de la corrupción y que ante todo procuran sus privilegios y el bienestar, pero solo de sus familias y los suyos.
Claro en 6 meses se tomará esa decisión y sí el pronóstico y el respaldo del pueblo a López Obrador y la 4T no fallan, Claudia Sheinbaum deberá ser la elegida para dar continuidad al camino ya emprendido por nuestro país.
Así, y solo así, es que podremos encontrarnos con nuestro destino tantas veces pospuesto.
México está llamado a ser una potencia económica y social, esa es la visión de la transformación en marcha y lo que la mayoría de los ciudadanos queremos.
Así sea, feliz 2024…