El actor y hotelero Roberto Palazuelos, mejor conocido como el “mirrey” o el “diamante negro”, logró ser candidato a la gubernatura de Quintana Roo por el partido Movimiento Ciudadano. La elección tendrá lugar el 5 de junio de este año. Se le ve feliz como candidato, pero al parecer no se ha enterado de que, desde que se registró como precandidato a la gubernatura, el 2 de enero, y hasta el día de la jornada electoral, en junio, ninguno de los programas, telenovelas o películas en los que ha participado pueden aparecer en la televisión mexicana.

Así, Televisa, que tiene derechos sobre algunos de sus programas de TV, le tuvo que retirar las invitaciones a participar en “Perdiendo el Juicio”, el programa de concurso “La Herencia” y algunos capítulos de la serie “40 y 20″ en donde sale como invitado.

Esto no fue capricho de Televisa. Sencillamente la ley electoral, en sus artículos 159 y 226, establece que cualquier precandidato o candidato sólo puede aparecer en TV y radio en los espacios que le asigne el INE, tiempos oficiales, o en entrevistas que se puedan catalogar como periodísticas.

“Artículo 226, inciso 5: Queda prohibido a los precandidatos a candidaturas a cargos de elección popular, en todo tiempo, la contratación o adquisición de propaganda o cualquier otra forma de promoción personal en radio y televisión. La violación a esta norma se sancionará con la negativa de registro como precandidato o, en su caso, con la cancelación de dicho registro...”

El que candidatos a cargos de elección aparezcan en programas de radio y TV, aunque éstos se hayan grabado hace años, ha sido catalogado por las autoridades electorales como “adquisición de propaganda” y está prohibido que se transmitan pues acarrearía: multas para la empresa de radiodifusión o televisora, multas para el partido político y la pérdida de registro para el candidato. Así de grave y a la vez así de absurdo.

Lo mismo le sucedió en su momento a María Rojo, cuando en el 2015 buscó ser la candidata a alcaldesa de Cuauhtémoc por el PRD. Las transmisiones de sus películas tuvieron que suspenderse y se vio obligada a abandonar la telenovela “Hasta el fin del mundo”. Al final, el PRD se inclinó por otro candidato y ella se quedó sin candidatura y sin trabajo en la TV.

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Así, María Rojo, Palazuelos y otros que han buscado cargos públicos, han tenido que dejar la TV, la radio y hasta el cine, perdiendo regalías por programas e incluso podrían ser objeto de demandas por parte de las empresas que les pagaron por tener sus programas y películas al aire y, al ser candidatos, ya no es posible transmitirlas. Con esto, queda claro que a las personalidades de los medios que buscan alguna candidatura no les va bien. Y les va peor si pierden, pues salen de la TV y además no logran el cargo público.

En el caso del “diamante negro” se ve difícil que pueda ganar la gubernatura y su primera semana de entrevistas fue todo un fiasco. Incluso se está pidiendo que la candidatura le sea retirada. El rumor es que, aun perdiendo la gubernatura, habría amarrado una candidatura al Congreso federal para el 2024. Mientras tanto, el plan es incrementar el “conocimiento” de Movimiento Ciudadano en el Sureste del país.

Son varios los ejemplos de lo absurda que es nuestra ley electoral. Lo aquí descrito es uno de ellos, uno que viola el derecho al trabajo de cualquier personalidad de la TV y lastima los derechos adquiridos de los medios de comunicación.

Más incertidumbre ha traído el modelo de comunicación política, pues se han sancionado a medios de comunicación que han transmitido las mañaneras en entidades en elecciones y el Presidente de la República hasta ha dicho que preguntará al Poder Judicial Federal qué puede y qué no puede hacer. Incluso se especula que no podría hablar en la inauguración de su nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, el próximo 21 de marzo, pues la veda por la Revocación de Mandato seguirá vigente.

Lo más conveniente sería cambiar el modelo de comunicación política, que data del 2007, y que ya no encaja con la nueva realidad política ni con la forma en que operan los medios de comunicación. Pero en México, lo político-electoral parece importar más que cualquier otra cosa. Con lo que es incierto que haya cambios para favorecer la libertad de expresión y el debate público.

Javier Tejado Dondé en Twitter: @JTejado