Los retos a los que se enfrentan América Latina y el Caribe para lograr que la aviación sea sostenible, son muchos sin duda. Y el marco del “Día Mundial de la Reducción de Emisiones de Carbono”, que se conmemora el 28 de enero, sirve precisamente para hacer consciencia y tener claro a dónde queremos que vaya nuestra aviación.
La Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) no deja que esta fecha pase desapercibida, y para ello, a través de un comunicado, dejó muy en claro el compromiso que mantiene con la industria aérea, en lo relacionado a construir “un futuro más verde”.
Además, ALTA acaba de lanzar un informe inédito: “Ruta hacia la Sostenibilidad en América Latina y el Caribe”. En 32 páginas explica cuáles son las estrategias, los desafíos y avances que se han tenido -cada uno con sus propias particularidades- con la finalidad de llegar a la meta de tener una aviación más amigable con el medio ambiente.
En este importante informe se abordan los temas que a continuación menciono, para que no quede tan “etérea” la información para los lectores de esta columna, y para que estén al tanto de cuáles temas se analizan:
- Cambio climático y sus consecuencias para la industria aérea.
- Iniciativas de descarbonización recientes en el sector de América Latina y el Caribe.
- Estrategias de descarbonización en la aviación.
- Costos para alcanzar la descarbonización.
- Impacto en los precios de los boletos aéreos.
- Desafíos y recomendaciones para alcanzar la descarbonización de la industria y mayor competitividad en los precios del SAF.
A estos temas se le suman cuatro anexos:
- Estado actual de los combustibles de aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés) y perspectivas hacia el 2025.
- Mercados y mecanismos de reducción de carbono.
- Estado del combustible de aviación de la región, producción de combustible de aviación de América Latina y balance comercial histórico y perspectivas a 2025, por país (Brasil, México, Colombia, Chile, Argentina).
- Renovación de flota y densificación de cabina en la región.
La aviación es de tal relevancia, que representa el 3.6% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región, lo que en buen español quiere decir que la industria aérea emplea -directa e indirectamente- a más de 8.3 millones de personas.
En los últimos 10 años el tráfico aéreo ha tenido un crecimiento del 40%, y en contraparte, las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) solamente han aumentado en un 18%, esto porque las aerolíneas de la región tienen flotas bastante modernas.
No podemos dejar a un lado que las aerolíneas se han preocupado por optimizar sus procesos, lo que se termina traduciendo en mejoras de eficiencia energética.
Dentro de este informe, José Ricardo Botelho, CEO de ALTA manifiesta:
“Este estudio, elaborado con el apoyo del conocimiento y datos de S&P Global Commodity Insight, es un documento que ofrece un análisis detallado de las características únicas de la región, que difieren significativamente de otras partes del planeta y, por lo tanto, requieren enfoques específicos y soluciones personalizadas para abordar los desafíos relacionados con la sostenibilidad.
Además de poner de relieve los progresos ya realizados, este material proporciona una base sólida para interactuar con las autoridades, alinear objetivos y procesos, atraer inversiones y aplicar estrategias que permitan al sector avanzar de forma integrada y sostenible.
Comprendiendo las dinámicas locales, podemos abordar los retos climáticos de forma eficaz y crear un modelo de desarrollo que equilibre la conectividad y el respeto por el medio ambiente, contribuyendo a un futuro más ecológico e innovador para el sector de la aviación de la región”.
José Ricardo Botelho, CEO de ALTA
Un punto a considerar es que a partir del 2011, las aerolíneas han logrado una reducción en el consumo de combustible. Si bien es cierto que los ahorros en emisiones de CO2 a la atmósfera con el SAF se pueden llegar a reducir hasta en un 80%, todavía le queda a la industria aérea de la región un largo camino por recorrer.
Una mejor gestión del tráfico aéreo puede contribuir claramente a esa disminución de emisiones de GEI, así como el optimizar las rutas y por supuesto la utilización del SAF, pero no es el único combustible sostenible.
Otro combustible que se está explorando dentro de la industria aérea es el “hidrógeno verde”, y también están en la mira la utilización de tecnologías tanto eléctricas como híbridas, así como los famosos “bonos verdes”, iniciativas que los gobiernos de la región impulsan para promover una aviación más sostenible.
Dentro del informe de ALTA refieren que “las aerolíneas de la región han reducido un 28% el consumo de combustible por pasajero-kilómetro (RPK), gracias a inversiones en renovación de flotas, innovación tecnológica y eficiencia operativa. Además, la edad promedio de las flotas se ha reducido un 18%, consolidando a la región con flotas 37% más jóvenes que las de Norteamérica y 22% más modernas que las de Europa.”
Esto gracias también a que la propia industria se ha preocupado por “densificar” las cabinas. ¿Y esto qué significa?, pues es la bonita práctica de meter más asientos para transportar más pasajeros en un mismo avión.
Las nuevas aeronaves que se fabrican, cada vez traen una mayor capacidad de asientos, con lo que se pueden ofertar más lugares y solamente se utiliza una aeronave, a esto le llaman densificar el espacio. En las nuevas aeronaves el espacio entre asientos es menor que en los aviones más viejos, pero sirve precisamente para “densificar” una cabina de pasajeros.
La edad promedio de las aeronaves en América Latina y el Caribe ronda los 10 años, por lo cual estamos por debajo del promedio mundial que en 2024, según datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), rondan los 14 años.
Estaremos atentos a qué medidas se implementan en nuestro país, y también a cuáles serán las acciones que tomarán las líneas aéreas comerciales.