Las elecciones del próximo año en el Estado de México tienen un gran significado para la vida política del país. De su resultado dependerá saber si el PRI sigue vivo, si Morena se desquebraja por sus pleitos internos o si el PAN mantiene estructura y competitividad para la elección presidencial.
La coyuntura actual
La elección en Edomex tendrá lugar entre muy diversos temas, se habla de que hay negociaciones al más alto nivel donde se tratan asuntos que interesan al presidente, empezando por la aprobación de las leyes secundarias necesarias para concluir el proceso legislativo para que la Guardia Nacional pase a al mando de la Secretaría de la Defensa Nacional; también hay pendientes relacionados con la corrupción que involucran a integrantes del Gabinete y del círculo cercano al presidente; y, claro está, la lucha interna de Morena y de las corcholatas, de las que son y de las que no son, pero quieren serlo aunque AMLO se los niegue.
Las encuestas
Las encuestas en el Estado de México empiezan a reflejar el desgaste de Morena y del presidente. Hasta ahora y desde hace más de un año, la única en campaña permanente es Delfina Gómez, la oposición no muestra sus cartas, ni cuenta, a diferencia de Morena, con el apoyo del presidente.
Por partido y sin alianzas, las preferencias colocan a Morena y al PRI en un empate técnico, de ahí la desesperación de los estrategas de Palacio Nacional por eliminar la posibilidad de una alianza opositora.
Si el PRI postula un candidato fuerte puede salir triunfador, todo está en que de no haber alianza opositora, se recurra al llamado voto útil que podría limitar la capacidad de la maquinaria gubernamental para coaccionar a los dirigentes de los partidos.
El fracaso
El escenario no podría estar peor, AMLO ha perdido importantes controles del país, la inseguridad no da tregua, el crimen organizado se mueve a sus anchas y ahora, gracias a su propuesta se quitan las policías de proximidad dependientes de los estados y municipios para concentrar las tareas a la Guardia Nacional. El sistema de salud colapsado, sin medicinas, sin capacidad hospitalaria, equipos ni médicos, principalmente en zonas alejadas y aquejadas por la delincuencia organizada. La educación en su nivel más bajo y al servicio de un gobierno cuyo único interés es el adoctrinamiento. Los planes de Infraestructura y las comunicaciones son un verdadero desastre, AMLO lo reconoció ante el representante del CCE, Francisco Cervantes, dijo que no pueden pasar al tercer plan de infraestructura hasta no evaluar los dos anteriores, que nunca despegaron.
Tema aparte son los dineros, el presupuesto se ha convertido en un barril sin fondo, con todas sus obras faraónicas fuera del presupuesto original. Dos Bocas iba a costar ocho mil millones y ya va en más de 20. El AIFA, mucho más caro que el NAIM y a seis meses de operación mantiene la degradación de su categoría, sobre todo para vuelos internacionales. Fonatur ha cambiado al menos siete ocasiones la ruta del Tren Maya, dejando graves afectaciones en bosques y selvas, esta obra ya ha costado más de tres veces su presupuesto.
Tan no hay dinero para obras de infraestructura que en el estado al que más le gusta ir, Nayarit, comunidades indígenas le exigieron caminos y AMLO les respondió, que los construyan ellos mismos, que es muy fácil y tienen buenos albañiles. El punto es que ya no hay dinero y al presidente lo que le preocupa es hacer es un “cochinito” para las elecciones, no obras en favor de las comunidades.
La decepción de las corcholatas
AMLO cada vez se distancia más de Marcelo Ebrard y empuja con todo a su consentida, Claudia Sheinbaum, mientras a Adán Augusto, el tercero, solo lo trae de mandadero para aplacar a la oposición, amenazar a rivales y para mantener a raya a Ricardo Monreal, cosa que ya debe estar cansando al titular de Segob.
Pero al final, los aspirantes a corcholatas que no serán porque no están en el ánimo de AMLO, podrán romper, como el caso de Monreal, que no se sabe cuándo ni cómo, pero es un hecho que lo hará.
Los milicos
Queda la duda acerca del papel que le dará el presidente a la Guardia Nacional y a las Fuerzas Armadas en los procesos electorales. Si servirán para coaccionar aspirantes a los diversos cargos de elección o realmente actuarán en beneficio de la población y en el combate a la inseguridad.
¿Estará AMLO dispuesto a reconocer una eventua derrota de Delfina?
La elección de Edomex es una suerte de laboratorio para saber qué podría suceder en 2024, pero ¿Podría ser que AMLO esté preparando a la Guardia Nacional para irrumpir en los procesos electorales, tal como lo advirtió Porfirio Muñoz Ledo? El político ya advirtió que con la reforma para trasladar la Guardia Nacional a la Sedena el presidente pretende declarar el estado de excepción en México en su último año de mandato para crear un bloque hegemónico a su servicio.