El Ajedrez humano
Los repechajes al mundial siguen siendo espectaculares, las sensaciones que dejan cuando el árbitro silba el final llegan en cascada, en la cancha, es peor aún, las llamadas dos caras de la moneda, felicidad y tristeza, extremos opuestos, drama por todos lados, Perú y Australia se jugaron su boleto a Qatar desde los penales, con un portero que se robó las miradas y el sueño inca.
Se llama Andrew Readmayne, tiene 33 años de edad, solo ha jugado en la liga de su país, apenas sumaba un partido con la Selección nacional Australiana, es un atajador de penales, de esos que ya no se ven más que en los partidos del deportivo o en la cuadra, de los porteros que son un dolor en el estómago, entre envalentonado y payaso, pero con una personalidad que, pese a las propias burlas de la afición peruana y de uno que otro jugador cuando le metían el penal, Andrew aguantaba carrilla, siempre ha sabido su papel bajo el arco y espero, como depredador a que su momento llegara, paciente, entre brincos, vueltas y aplausos, ese arquero, hoy, tiene a Australia oficialmente como invitado ya del mundial de Qatar 2022.
No sé hasta donde la FIFA tenga que reglamentar la actitud de arqueros como Andrew Readmayne, no sé hasta donde es ilegal la forma como realiza su trabajo, de entrada, respetaba su posición, brincaba sobre la línea y con un zapato bien puesto se arrojaba a su destino en busca de atajar la bola. Es cuestión de estilo, de una personificación completa de este hombre, pero, su entrenador, lo tenía como su as, como su carta secreta, su última gran opción, si llegaban los penales, antes de finalizar el tiempo extra, iba para dentro, era su misión y la logró.
Que de no hacerlo, las redes sociales y la crítica más bien seria burla, de como se ridiculiza la figura de un arquero de esa manera, de todas maneras ya los puristas han opinado sobre la forma como Readmayne lo hizo, cosa que me queda claro le importa muy poco, porque en la cuenta oficial y en sus declaraciones de la Selección Australiana hay de todo, menos disculpas ¿Por qué tendrían que haberlas?
Lo siento por los hermanos peruanos, que se quedaron en la orilla, ilusionados, con el deseo de lograr otro mundial consecutivo, la afición, mis respetos, hicieron sentir locales a su selección en Qatar, después, ya no depende solo del apoyo, lo cierto es que, a la distancia, siendo un amante del futbol y más de lo que huela a copas del mundo, el repechaje a un partido me encantó, en el trámite, peruanos y australianos aburrieron, pero el final fue maravilloso, con arquero para recordar y una eliminatoria para gozar.
Luis Enrique Alfonzo en Twitter: @leadeportez