En psicología, el duelo es el proceso de adaptación  emocional que sigue a cualquier pérdida y se conforma por 5 etapas distintas:

1) Fase de negación: Negarse a aceptar ante sí mismo o ante los demás que hubo una pérdida.

2) Fase de indiferencia, enfado e ira: Enfado por no encontrar respuestas ante la pérdida. Se realizan cuestionamientos personales y ante la vida misma por esta pérdida. Hay sentimientos de culpa.

3) Fase de negociación:  Se negocia consigo mismo o con el entorno la pérdida. Se intenta buscar una solución ante la pérdida aunque en realidad ya no exista ninguna solución.

4) Fase de dolor emocional: El sentimiento preponderante es el de la tristeza aunado a la depresión.

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5) Fase de aceptación: Se acepta que la pérdida fue inevitable. Supone un cambio en la visión de la vida, entendiendo que aunque no se supera el dolor se aprende a vivir con él y a lidiar con estos sentimientos.

Las personas que atraviesan un duelo pueden ir y venir de una fase a otra, pasar por todas o estancarse en una sola.

Es normal que durante los años se vivan todas estas fases de nuevo pero se dice que clínicamente hablando pasando los 6 meses de la pérdida que genera un duelo las personas deberían de encontrarse más fuertes para enfrentarlo. De no ser así se le llama un duelo patológico.

Muchos mexicanos nos encontramos en duelo. Perdimos sí, de alguna manera la esperanza y la posibilidad de creer que nos podría ir mejor. El día de ayer por la mañana el despertar de muchos fue particularmente triste y abrumador. El ambiente era de tristeza. Al menos aquí en Querétaro la gente se encuentra muy triste.

Fui a desayunar a un restaurante muy conocido y popular por muchos y los rostros de las personas estaban desencajados. Solo dos mesas se abrazaban entre ellos, como dándose el abrazo de fin de año.

Y conforme fue pasando el día noté que de la tristeza, la gente empezó a entrar en otra fase del duelo: La fase de la ira.

La gente empezó a expresar en persona o en redes sociales que se encontraba enojada, ya no estaban tristes, estaban enojados.

Creo que en este punto de las fases del duelo nos encontramos.

Todavía no hemos podido brincar a la fase de negociación que es como intentar buscarle algo bueno a todo esto e intentar confiar que todo va a estar bien.

No hemos podido dar ese brinco los que no votamos por Claudia Sheinbaum.

Lejano veo que podamos cumplir el ciclo de las fases del duelo y podamos alcanzar la fase de la aceptación. Esa sí que creo que no llegará, porque nos retumba en la mente los 6 años que el presidente desde su conferencia impulsó y cobijó a su candidata favorita.

Porque durante 6 años nos recordó que gracias a él habían programas sociales.

Porque durante 6 años movió fichas estratégicamente en su macabro tablero para que el resultado de el triunfo de Claudia Sheinbaum se diera.

Ayer, sin respetar ni aceptar que Claudia hubiera ganado por ella misma, sino que ganó porque la gente le estaba muy agradecida a él.

Sí… como diciendo “gracias a mi ganó Claudia Sheinbaum porque al votar por ella, pensaban en mí”.

Así que eso es realmente nauseabundo. Son palabras que no edifican a Claudia Sheinbaum como presidenta sino que la minan.

Siempre he dicho que el principal detractor de Claudia Sheinbaum ha sido López Obrador.

Xóchitl dice que impugnará los resultados. Temo que no le salgan las cosas bien, porque los del poder no dejarán que le salgan las cosas bien, pero me sorprende como todo a mi alrededor el domingo se trató de Xóchitl Gálvez: En mis chats familiares, o vecinales, el enojo era evidente. Ya de plano los integrantes de estos chats que son morenistas se quedaron callados y siguen callados. Saben que la marea rosa sigue moviéndose todavía y que no es cualquier cosa. Por eso es que en mis chats nadie ha salido a escribir que está feliz por el triunfo de Claudia Sheinbaum. Saben que son uno contra mil.

Eso es lo que me extraña. ¿De donde se dice que arrasó con 40 millones de votos si no he conocido a nadie que haya votado por ella, salvo a 3 personas nada más de muchas otras?

Los que apostamos por un verdadero cambio y no por la aterradora llamada transformación ni  la llamada continuidad nos encontramos en distintas etapas del duelo.

Pero es real: estamos en duelo. Porque con Claudia se nos acaba la esperanza. Y no porque yo piense que ella sea incapaz. Es porque pienso que el que es capaz de manipularla es el todavía presidente de México.

Sinceramente a pesar de que estoy en duelo también, ya desearía no seguir oyendo ni viendo al presidente y su plan junto con Claudia para quitar a ministros y que los elija el pueblo  y mover a su conveniencia a la Suprema Corte de Justicia.

Como bien escribió en su columna don Federico Arreola, director de SDPnoticias, los ministros no deberían de ser elegidos por  el pueblo. Debe de ser gente preparada para ello, que tengan la experiencia y el conocimiento para ello.

Pero lo que le quede a Obrador de este sexenio se encargará de seguirnos amenazando con que desaparecerá lo que no le gusta, lo que no le conviene y lo que le estorba, aunque la gente no esté de acuerdo.

Será largo el camino para  la recuperación emocional de muchos de nosotros que salimos con esperanza a votar el 2 de junio.

Pero nos tenemos 6, eso es algo que siempre recalco y en lo que me gusta pensar.

Seguimos unidos.

Es cuanto.