En esta implacable ola de calor, causada por el cambio climático, es importante saber qué medidas está tomando la industria aeronáutica, y es que la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) publicó el pasado 30 de abril el informe “Aviation Contrails and its Climate Effect: Tackling Uncertainties and Enabling Solutions” (Las estelas y los efectos climáticos: Afrontar las incertidumbres y permitir las soluciones).
El informe como tal consta de 35 hojas, y contó con la participación de organizaciones y compañías como Airlines for America, Royal Aeronautical Society, University of Leeds, Airbus, World Meteorological Organization, Boeing, National Centre for Atmospheric Science, FAAM Airbone Laboratory, Aerospace Technology Institute, Aerotrace GmbH, Deutscher Wetterdienst, Jülich Forschungszentrum, IAGOS y DLR.
Lo que se pide en este informe es fortalecimiento, así como la colaboración para la investigación, la innovación en nueva tecnología, en conjunto con marcos de políticas ambientales para poder abordar el tema de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Uno de los puntos que se destacan dentro del informe es la complejidad que tiene la ciencia con las estelas de vapor, pues todavía hay lagunas sobre cómo impactan estas, y se dificulta su pronóstico al depender de las condiciones atmosféricas, haciendo especial énfasis en la humedad, así como la temperatura que se tiene a una altitud de crucero.
Sí, son estas estelas que vemos en el cielo como “rayas blancas”; parte de su contenido, además de humedad condensada en vapor, son gases de efecto invernadero. Sobre esto, ¿qué dice exactamente la IATA?, en voz de su director Willie Walsh:
“La industria y sus partes interesadas están trabajando para abordar el impacto de las emisiones distintas del CO2 en el cambio climático, en particular las estelas de vapor.
Para garantizar que este esfuerzo sea efectivo y sin efectos adversos, debemos comprender mejor cómo y dónde se forman las estelas de vapor y reducir las incertidumbres relacionadas con su impacto climático. “Actuar ahora” significa más ensayos, recopilación de más datos, mejora de los modelos climáticos y tecnologías y operaciones maduras.
Formular e implementar regulaciones basadas en datos insuficientes y una comprensión científica limitada es una tontería y podría generar impactos adversos en el clima. Es por eso que la conclusión más importante de este informe es instar a todas las partes interesadas a trabajar juntas para resolver las brechas científicas actuales para que podamos tomar acciones efectivas”
Willie Walsh, director de IATA
En este informe recomiendan varios puntos tanto a seguir como a observar. Primero que se tiene a corto plazo la mitigación del cambio climático en la aviación, y hay de aquí al 2030 para reducir las emisiones de CO2 a la atmosfera, y esto se logrará si las líneas aéreas participan en el “programa de sensores” para el mejoramiento de los modelos climáticos y que puedan mitigar las estelas de vapor.
Otra de las observaciones que hace este informe es a mediano plazo. Se tienen 10 años (de 2030 a 2040) para establecer estándares para la validación de los modelos de monitoreo y transmisión de datos en las aeronaves, por lo tanto los fabricantes de aviones deberán de incluir en los nuevos aviones que desarrollen y saquen al mercado estos dispositivos para las mediciones meteorológicas.
Con miras al 2050, se tienen otros 10 años (2040-2050) para que los aviones proporcionen datos de manera continua, así como el contar con toda la infraestructura necesaria, para la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero, pues se tiene esa fecha como plazo para la integración plena de los combustibles alternativos, como el combustible sostenible (SAF por sus siglas en inglés) o el hidrógeno, y así dejar de utilizar en la aviación la turbosina como el combustible principal.
Las estelas de vapor no solo contienen CO2, también tienen óxidos de nitrógeno (NOx), responsables del calentamiento global. Para lograr todo lo anterior, se requiere sin temor alguno de la colaboración de investigadores climáticos, fabricantes de aviones, aerolíneas y meteorólogos que trabajen en conjunto tanto para la recopilación de datos, como la modificación de rutas de tráfico aéreo que permitan junto con el uso de combustibles amigables con el medio ambiente, la mitigación de las estelas de vapor.
El próximo mes la IATA llevará a cabo su Asamblea General Anual, en Dubái del 2 al 4 de junio, y se tiene previsto discutir a profundidad este informe, que se puede consultar en su página web.
En dicha reunión deberán discutir qué avances se tendrán en los sensores de humedad que tienen planeados sean colocados en los aviones. Por lo pronto son pocos los sensores de humedad instalados en aeronaves de aerolíneas comerciales, por lo que en la reunión que tendrán próximamente buscarán agilizar la instalación de estos.
Estaremos por supuesto muy atentos a verificar si las líneas aéreas de nuestro país se suman a este llamado para la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero, que hoy por hoy nos trae fritos con esta terrible ola de calor.
Es necesario que frenemos lo más rápido posible el cambio climático, pues la aviación -aunque en proporción no es la industria que más contamina- debe poner su granito de arena, y lograr una aviación totalmente verde y sostenible.