El “momento político mexicano” que estamos viviendo me recordó el síndrome Dunning-Kruger. Es un fenómeno psicológico que describe la tendencia de las personas con habilidades cognitivas limitadas a sobreestimar sus propias capacidades y subestimar el conocimiento y la competencia de otros. En otras palabras, los individuos incompetentes tienden a sobreestimar sus propias habilidades y son incapaces de reconocer las verdaderas habilidades en los demás.

Este efecto, propuesto por David Dunning y Justin Kruger, psicólogos de la Universidad de Cornell en Nueva York, y publicado en 1999 en “The Journal of Personality and Social Psychology”, ha sido objeto de análisis en diversos campos. En particular, su presencia en el ámbito de la política y el gobierno tiene implicaciones significativas en la toma de decisiones, la gobernanza y la democracia misma:

  • Puede influir en la elección de líderes y representantes. Aquéllos que poseen un conocimiento superficial pueden presentarse con confianza y retórica excesivas, atrayendo a votantes que se ven reflejados en esa seguridad aparente. Esto puede llevar a la elección de líderes carentes de experiencia y capacidad real, lo que potencialmente debilita la efectividad del gobierno.
  • Puede afectar la calidad de las políticas públicas. Los políticos con una comprensión limitada de problemas complejos pueden desarrollar soluciones simplistas o inadecuadas. Su falta de reconocimiento de su propia ignorancia puede obstaculizar la búsqueda de asesoramiento experto y conducir a decisiones mal fundamentadas. Esto puede llevar a un ciclo de políticas ineficaces o incluso perjudiciales.
  • Puede minar la deliberación democrática. Políticos que sufren de esta ilusión de competencia pueden ser menos propensos a escuchar a expertos y opositores, lo que limita la consideración de diversas perspectivas. Esto socava la capacidad del gobierno para tomar decisiones informadas y consensuadas que reflejen el bienestar de toda la sociedad.

Mientras los políticos, los medios y los analistas están muy entretenidos hoy observando y criticando a quienes aspiran ganar las candidaturas a la presidencia de la república, los ciudadanos deberíamos empezar a revisar lo que podría ser la oferta política de los candidatos locales en torno al futuro de nuestros estados y municipios.

¿Qué quiere la gente? Que su dinero le alcance y una buena calidad de vida. Eso significa muchísimo para las familias. ¿Cuál es el reto de las ciudades? Reinventarse y cortejar a trabajadores remotos de todo el país. Diversificar sus economías y perspectivas laborales. Encontrar un nuevo equilibrio entre centros urbanos y suburbios.

Las ciudades tienen una oportunidad para ser más audaces a fin de destacar y diferenciarse a través de políticas públicas innovadoras. Para competir entre sí y prosperar, las ciudades deben convertirse en lugares más atractivos para vivir. Parte del éxito radica en poner en marcha nuevas medidas para el transporte público y la conectividad.

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Algunas ciudades que viven una situación de pleno empleo, en donde la rotación de personal es un problema grave, se pierden en su regocijo y entusiasmo porque creen que atraer nuevas inversiones es la única tarea que tienen que cumplir. Detrás de esta ceguera de taller, ocultan otros problemas como la calidad de las escuelas, la confiabilidad del tránsito, la seguridad pública y la asequibilidad de la vivienda.

Las ciudades exitosas son las que mantienen lo bueno y desarrollan nuevas acciones que podrían mejorar aún más la vida de los ciudadanos. Eso es lo que hace que las personas permanezcan y que otros vengan. Las áreas críticas son la construcción de viviendas, la infraestructura y la gestión de los servicios públicos. El estado de derecho, la aplicación de la ley y el orden son primordiales, ya que ninguna empresa o persona quiere vivir en un área de alta criminalidad.

Nuestras ciudades son increíblemente resistentes. No se mueren, a pesar de sus gobernantes. Construir y mantener ciudades del futuro exitosas en países en desarrollo es un desafío complejo que requiere la implementación de diversas políticas públicas integradas y estratégicas:

  • Planificación urbana sostenible: Desarrollar planes de desarrollo urbano a largo plazo que fomenten un uso eficiente del suelo, zonificación adecuada, transporte público integrado, áreas verdes accesibles y espacios para la recreación.
  • Inversión en infraestructura: Garantizar la construcción y mantenimiento de infraestructuras críticas como carreteras, redes de transporte público, energía, agua potable, alcantarillado y telecomunicaciones.
  • Vivienda asequible: Implementar políticas para promover la vivienda asequible y de calidad para todos los estratos sociales, incluyendo subsidios, regulaciones de alquiler, y programas de vivienda social.
  • Energía y medio ambiente: Adoptar fuentes de energía renovable, promover la eficiencia energética, gestionar adecuadamente los residuos y reducir la contaminación del aire y del agua.
  • Tecnología e innovación: Fomentar la adopción de tecnologías inteligentes para la gestión urbana, como sensores, internet de las cosas (IoT) y análisis de datos para mejorar la movilidad, la seguridad y la calidad de vida.
  • Educación y empleo: Invertir en educación de calidad y desarrollo de habilidades para garantizar una fuerza laboral preparada para las demandas de la economía moderna.
  • Inclusión social: Promover la equidad y la inclusión social, garantizando el acceso a servicios básicos, atención médica, educación y empleo para todos los residentes.
  • Participación ciudadana y gobernanza: Fomentar la participación activa de la comunidad en la toma de decisiones a través de procesos de gobernanza transparentes y representativos.
  • Resiliencia ante desastres: Desarrollar planes de gestión de riesgos y resiliencia urbana para hacer frente a desastres naturales y eventos extremos.
  • Movilidad sostenible: Priorizar modos de transporte sostenibles como bicicletas, peatones y transporte público eficiente, y reducir la dependencia del automóvil privado.
  • Desarrollo económico diversificado: Fomentar la diversificación económica y la creación de empleo en diversos sectores para reducir la dependencia de una única industria.
  • Desarrollo rural equilibrado: Implementar estrategias para equilibrar el desarrollo urbano y rural, evitando la concentración excesiva de población en las ciudades.

Es importante reconocer que no existe una solución única, y las políticas deben adaptarse a las circunstancias específicas de cada estado y ciudad. Además, la colaboración entre diferentes niveles de gobierno, el sector privado, la sociedad civil y las comunidades locales es esencial para lograr el éxito en la construcción y mantenimiento de las ciudades del futuro en nuestro país.

La pandemia sacudió a todas las ciudades de México. A unas para bien y a otras para mal. El auge del trabajo remoto debería llevar a los líderes de las ciudades a volver a lo básico: la preocupación fundamental es la calidad de vida. Para eso sirven los gobiernos estatales y municipales.

En estos tiempos de polarización política, charlatanería ideológica y agresiones verbales en las campañas, el efecto Dunning-Kruger también puede influir en los ciudadanos. Aquéllos con conocimientos limitados pueden ser susceptibles a la retórica simplista y emocional, lo que puede distorsionar sus opiniones y preferencias políticas. Además, la sobreconfianza en sus propias creencias puede dificultar el diálogo y el compromiso constructivo entre personas con opiniones diferentes.

Viviremos meses muy complejos en México. El efecto Dunning-Kruger es un fenómeno psicológico que puede tener consecuencias significativas en la política y el gobierno. Su presencia puede llevar a la elección de líderes inadecuados, políticas públicas deficientes y una deliberación democrática debilitada. Además, puede influir en la percepción de los ciudadanos y la calidad del debate público. Reconocer y abordar este efecto es esencial para promover una gobernanza efectiva y una sociedad informada en la era moderna.

En última instancia, tanto los líderes políticos como los ciudadanos debemos estar conscientes de la posibilidad de caer en la trampa del efecto Dunning-Kruger. Es muy peligrosa esa relación entre estupidez y vanidad. Charles Darwin lo dijo magistralmente en la introducción de su libro “El origen del hombre” de 1871: “La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento”. La humildad intelectual, la búsqueda constante de conocimiento, la apertura a la crítica y la diversidad de opiniones son fundamentales para mitigar los efectos negativos de la ilusión cognitiva y construir un sistema político más robusto y eficaz.