La verdad es que desde hace mucho, los políticos olvidaron lo que son: servidores a la patria y servidores públicos también, el concepto que se tenía de ellos se ha diluido porque ahora, el que llega a la política se queda pasmado y embelesado en su propia belleza política y en su grandiosidad, admirándose a sí mismos dejando atrás las verdaderas necesidades de su gente y de su puesto.

Les ha importado más a mujeres y a hombres dentro de la política imprimir sus caras en revistas y espectaculares, salir en todas las fotos, impregnar sus ciudades con su imagen que además todos sabemos ecológicamente hablando, es contaminación.

Y a uno como ciudadano, ¿qué impacto positivo tiene todo esto? A mi parecer, ninguno. En mí, al menos no genera nada, si el espectacular es de un político del que no me consta su trabajo, un espectacular no me va a convencer de que está trabajando. Parece trabalenguas pero no lo es.

Yo no veo un mejor avance en el país con las caras de los políticos en los espectaculares.

Lo que pasa es que a ellos sí les funciona.

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Pero porque es su forma de competir con sus contrincantes. Hacerse ver sí o sí es decir “a la de a fuerza” para que la gente los ubique. Pero eso no es garantía de nada, ni prueba de qué están hechos ni nos muestran sus resultados.

El ego de nuestros personajes de la política mexicana es elevadísimo… no nada más lo digo porque algunos hasta se hacen cirugías estéticas en sus caritas o por ponerse botox, y pues están en su derecho, claro, sino porque quieren verse en todos lados, y sentirse omnipotente y omnipresente casi a la fuerza. La pregunta es ¿por qué?

Más bien creo que es una suerte de baja autoestima y desconfianza hacia ellos mismos. Se sienten en el fondo pequeños e inseguros y entonces tienen que repartir por todos los medios posibles fotos de sus caras o de cuerpo entero porque quizá así ya, se sientan más valiosos.

Pareciera que más que creer que son unos buenos políticos, se quieren convencer de que lo son. Enloquecen con la fama que les da salir en todas las portadas de revista cual artistas del momento, y me parece tienen a un pequeño rockstar  en su interior que quiso brincar a la fama alguna vez y la política les permitió cumplir su sueño de “saltar a la fama”.

Pero ¿es esto favorable para ellos? Me parece que no, en pleno 2022, ya no.

Un político que hace las cosas bien sin necesidad de publicidad es un político que me da confianza.

Un político que antepone su trabajo para salir nada más en las fotos, me hace dudar.

Y pareciera que es requisito de todos los que quieren estar en la política tener egos inflados.

El egocentrismo se debe a una muy baja autoestima. Lejos de creerse que las personas egocéntricas lo son porque se creen valiosas, más bien se sienten muy poca cosa y necesitan de la reafirmación de los demás y ¿eso cómo  lo logran?: repitiendo su imagen a cada instante en cada rincón.

Está bien tener una dosis de ego en la vida pero no es lo mismo que amor propio. El que tiene amor propio por sí mismo no tiene esta ansiedad por competir con otros a ver quién publicó más fotos, a ver quién puso el espectacular más grande…

Eso se demuestra en las mesas de trabajo, con las buenas relaciones con los ciudadanos y con otros políticos.

Hacer política es dejar los ataques a un lado y apostarle por la paz y la cordialidad con otros miembros de diferentes partidos.

Hacer política no es una carrera de quién se sacó la mejor selfie ni cuántos likes tienen.

Yo hago una pequeña invitación e invitación al análisis  si es que algún político me lee a que se deje banalidades que no aportan nada, que generan gasto y además gasto de los impuestos de todos los mexicanos y que busquen nuevas y creativas formas de conectar con la gente.

La gente ya está muy despierta, diría el presidente , ya no se compran esos muros pintados con los nombres de políticos en las carreteras, quieren ver acciones, queremos que se nos deje de mentir. Queremos que en verdad hagan política y se dejen de andar comparando con otros políticos para competir y ganarles. Cada quien hace las cosas lo mejor o lo peor que puede. Enfocarse en su propio trabajo, dejando atrás el enorme ego que cargan, hará que la gente confíe más y tenga mayor certeza.

La gente en la política debería de saber que no son sus adversarios los que tumbarían sus carreras, sino que son, ellos mismos los que las tumban, porque la soberbia y la altivez les ganan más de una vez. Y entonces luego quieren culpar a otros de sus declives políticos, cuando por sus propios y enormes egos van siendo enterrados y abandonados en el olvido de los y las ciudadanas.

Un poco de publicidad está bien. Siempre los políticos la han ocupado y han echado mano de ella, pero ya caer en la exageración y el despilfarro tan solo por querer a fuerza meternos sus nombres en nuestras mentes, es un despropósito.

Segura estoy que los asesores que contratan los políticos les darán ideas diferentes pero sobre todo ingeniosas y nuevas de publicitarse y no les permitirán caer en la auto adoración y el narcisismo a tope.

Y si ven que sí, que sus asesores les invitan a caer en esto, cámbienlos inmediatamente, porque además de que les cobran millonadas (que también se pagan de nuestros impuestos) ya no darán resultados.

Es cuanto.