Enredo, confusión y maraña son los sinónimos de “embrollo”. Y todos quedan como anillo al dedo, son el punto de partida; y es que para tratar de entender el caso de Mexicana de Aviación, lo primero que tenemos que considerar, es que todo es confuso y enredado.
En los últimos meses, los medios de comunicación han puesto especial atención a las declaraciones del grupo de trabajadores (jubilados) representados por el abogado Juan Iván Peña Neder, quienes siguen en su postura de no moverse ni un ápice, pues alegan tener un “mejor derecho” sobre el resto de los empleados, pero debemos formular las siguientes preguntas: ¿es esto cierto?, ¿qué está litigando este grupo de sobrecargos jubilados?; vayamos a ello.
La venta de la marca Mexicana de Aviación y algunos de sus bienes al Gobierno Federal no se ha realizado. Hace unas semanas un amparo interpuesto por el abogado Peña Neder, a nombre de sus representados ordenó que “las cosas se mantuvieran en el estado en que se encuentran”, en tanto se dilucidaba si los argumentos de los quejosos (los que interpusieron el amparo) eran efectivos o no. Dejen les platico la historia de cómo llegamos a esto.
En noviembre del año pasado, los sindicatos que tienen contratación colectiva con las empresas Compañía Mexicana de Aviación, Aerovías Caribe, Mexicana Inter y otras más que conforman “Nuevo Grupo Aeronáutico” se reunieron con la titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, pues el presidente de la República tenía una propuesta que hacerle a los trabajadores representados por los diferentes sindicatos y asociaciones.
Antes de seguir avanzando en nuestra narración, debo aclarar un punto importante que no se puede soslayar: al día de hoy, todos los sobrecargos jubilados siguen perteneciendo a la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA de México) y las decisiones se toman en asambleas, ya sean generales o extraordinarias, tal y como lo enmarca nuestro estatuto vigente. Sin embargo, el grupo de sobrecargos que está litigando su amparo, decidieron, hace algunos años, demandar laboralmente el pago de sus pensiones siendo representados por un abogado particular, pero sin renunciar a ASSA de México.
A partir de noviembre de 2022, se tuvieron varias mesas con el Gobierno Federal con la intención de dejar claros los pros y los contras de la propuesta del ejecutivo, y para que se llevara a los trabajadores la propuesta y hacerla de su conocimiento. En el pasado mes de diciembre, durante una mañanera, Andrés Manuel López Obrador no aguantó las ganas y él mismo filtró la información sobre el acuerdo entre sindicatos y gobierno para la venta de la marca y algunos otros bienes.
El presidente de la nación, emocionado, señaló que iba a ser un hito el rescatar la marca para la nueva aerolínea del Estado, y es justo aquí donde la historia jurídica, después de 12 años de litigio, toma un rumbo nuevo y diferente. El abogado Peña Neder, que en realidad representa a poco más de 170 sobrecargos jubilados (sin contar a los que lamentablemente han fallecido), en cuanto escuchó que iba a haber repartición de dinero hizo su “reaparición”, pero sin dar la cara, sino mediante voceros; son varios, pero el que más reflectores ha tenido es Iván Enríquez Barragán, sobrecargo jubilado de Mexicana de Aviación, autonombrado “representante común”.
El 5 de enero de este año, se celebró la Asamblea General Extraordinaria de ASSA, la cual tuvo una duración de tres horas; Iván Enríquez Barragán estuvo presente, e incluso tuvo la palabra para manifestar que estaba en contra de la propuesta hecha por el Gobierno Federal. Durante la asamblea se mostraron los montos del avalúo realizados por el INDAABIN (Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales) elaborado conjuntamente con el IMPI (Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial).
La votación en la asamblea, que fue presencial y a mano alzada, fue de 142 votos a favor de la propuesta del ejecutivo y solo 14 votos en contra. Tal y como señalé líneas arriba, los que votaron en contra siguen siendo hasta el día de hoy agremiados al sindicato, pues no han renunciado a este. Los acuerdos se toman por mayoría en asamblea, y la mayoría aceptó la propuesta del Gobierno Federal.
Luego del fallido resultado en la asamblea sindical, el abogado Peña Neder intentó “ejecutar su laudo” -casi siete años después-, resolución dictada desde el 2 de mayo de 2016; la respuesta que recibió de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje fue que habían pasado 3 años de inactividad del expediente por lo que ordenó “archivar el expediente como tal y definitivamente concluido a los actores del presente recurso”, como se puede leer en el recurso de revisión que interpuso el abogado litigante.
No es casualidad que este laudo (tan traído y mencionado) no haya sido ejecutado. Desde el 2 de mayo de 2016 se dictó, pero hasta el pasado mes de enero solicitaron ejecutarlo y hacerlo líquido, esto es, monetizarlo para poder cobrarlo.
Han pasado más de 6 años, ¿por qué el abogado no solicitó ejecutarlo antes? La respuesta es simple y práctica, porque el abogado sabía desde el principio que aunque ganado, firme, irrevocable, e inimpugnable, se trataba de un laudo “incobrable”, pues la sentencia condena a Mexicana de Aviación a pagar 3 mil millones de pesos, solamente por concepto de pensiones adeudadas al momento de dictado el laudo. Imaginen ustedes la cantidad que la empresa debe actualmente solo por ese concepto.
El amparo tramitado por Peña Neder fue litigado hasta llegar a la Instancia de un Tribunal Colegiado de Circuito en materia laboral. La resolución fue “reponer el procedimiento”, lo que en términos llanos significa: “vamos a regresarnos al momento jurídico en que la Junta 3 Bis les negó a los quejosos tramitar el recurso de revisión, por considerar que la ejecución de su laudo había prescrito”.
Así es, estimados lectores, tal y como lo leen; el asunto jurídico que hoy se está dirimiendo en la Junta 3 Bis no versa sobre la propuesta gubernamental, ni sus términos y alcances, sino porque Juan Iván Peña Neder alega que la JFCA le está haciendo trampa con el tema de los tiempos jurídicos, que no fue “inactividad procesal”, sino que fue culpa de la pandemia; que su laudo todavía no prescribe.
Evidentemente, no le corresponde a esta columna definir quién tiene la razón. En este momento le toca a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje resolver ese recurso de revisión, y hay que decirlo desde ahora, su resolución (cualquiera que sea) es impugnable por la vía del amparo, y entonces… Volveremos a empezar.
Un hecho innegable: Peña Neder ganó el laudo de los jubilados en 2016; y eso lo envalentonó y reunió un grupo entre 400 y 500 trabajadores en activo (pilotos, sobrecargos, personal de tierra y de confianza), y les cobró más de 3 mil pesos por cabeza, para llevarlos a un resultado similar (ganar un laudo para ellos), pero al pasar el tiempo, dejó totalmente abandonado su caso, y este grupo tuvo que buscar a otro abogado para que los representase.
Una integrante de este segundo grupo escribió en un tweet: “Juan Iván Peña Neder, cometió un delito tipificado. Art. CÓDIGO PENAL FEDEDRAL. El abogado que abandona a un cliente sin motivo justificado, causando daño, le impondrían una condena”; la fecha de este tweet es del 26 de junio del 2022, y además anexa en el mismo una liga para ver un video donde esta trabajadora habla más ampliamente sobre el abandono de este abogado.
El litigante argumenta que es falso, que él siempre estuvo pendiente y al pie del cañón; que la Junta 3 Bis le tiene mala leche, al grado que “impedía” que sus representados “tuvieran acceso al expediente” (así lo afirma en su recurso de revisión).
Si lo que busca Juan Iván Peña Neder es aletargar e impedir la venta de la marca y los bienes, le está saliendo bastante bien. Independientemente de la respuesta que obtenga (negativa o favorable), no cambia la historia. Su victoria jurídica en este recurso sería que tiene razón y que todavía está dentro de los tiempos legales para pedir la ejecución del laudo… El laudo de los 3 mil millones de pesos.
Y en caso de perder, interpondrá otro amparo indirecto para seguir solicitando una nueva suspensión provisional, y así impedir la venta que quiere hacer el Gobierno Federal. Por eso no han ocultado su interés de que su caso sea atraído por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sabiendo de antemano “el pique” coyuntural que existe entre el poder ejecutivo y el judicial.
Juan Iván ya puso las cartas sobre la mesa, él quiere para sus defendidos 400 millones de los 815 que AMLO ofrece para repartir entre todos los trabajadores de Mexicana de Aviación. Nada más que el Gobierno Federal ya pactó con los sindicatos, a los que pertenecen sus defendidos para el tema de la repartición, el cual se hará conforme al último salario devengado en 2010 y serían tres meses, con los jubilados, el pago serían tres meses de su pago de pensión. Y hasta ahí.
Uno de los argumentos que esgrimen los quejosos en redes sociales y en medios de comunicación, es la injusticia de que los pilotos o los directivos de la compañía aérea van a cobrar más si se usa esta fórmula. Su planteamiento se desmorona cuando en un audio vía WhatsApp se escucha la voz de Juan Iván que les dice a sus defendidos -para tranquilizarlos-, que no se preocupen, que el laudo del personal de confianza es de “solo” 30 millones, así que no importa que cobren primero ellos, pues todavía queda dinero para darles a ellos los 400 millones de pesos que piden. Pero el monto total del laudo, ese es de 3 mil millones de pesos, no lo olviden.
Entre más pasa el tiempo, más se esfuma la probabilidad de que se haga realidad la compra de la marca y los bienes. Además, mis compañeros pierden de vista que una vez que se retire la oferta del Gobierno, no nos queda más que se lleve a cabo el remate, ¿de qué?, pues de la marca ¿quién la va a comprar?
Si en casi 13 años de conflicto no ha habido realmente nadie interesado en adquirirla, ¿acaso ahora aparecerá un comprador de manera mágica? Los bienes de Mexicana son propiedad de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, gracias a un juicio que interpuso por la falta de pago, así que ni con eso contamos.
ASA estaba dispuesto a que se utilizaran esos bienes para aumentar la bolsa de dinero y mejorar la oferta del gobierno. Pero una vez que todo se vaya por el caño, la realidad es que no habrá nada. ¿Qué gana Peña Neder aprovechando este embrollo? Que nadie cobre, solo eso.