No cualquiera tiene el equipo político que ha ido sumando Claudia Sheinbaum. La oposición, por ejemplo, está a años luz del nivel de los cuadros que sumó la coordinadora de los comités para la defensa del voto. O sea, la futura candidata y próxima presidenta constitucional de México. Para tener un panorama más claro, fue sumamente crucial sumar al proceso que se avecina a dos personajes que, ni más ni menos, están plenamente consagrados en el movimiento lopezobradorista. Y como se trata de un juego presidencial, está armando el mejor cuadro no solamente para ganar, sino para arrasar en las urnas.
Esto, claro está, será uno de los grandes retos que tiene que enfrentar el movimiento. Morena, por ejemplo, se enfrentará al desafío de refrendar el triunfo histórico del 2024. Es un hecho que Claudia tiene la victoria en sus manos, pero habrá que construir las condiciones para que sea de gran magnitud. Es posible que -esa situación- tenga acceso para ello, siempre y cuando se edifique un fino y minucioso proceso de campaña, eso sí, asumiendo con gran responsabilidad las tareas. O sea, no caer en excesos de confianza y falta de coordinación.
Recordemos que, hace un par de años, la oposición despojó a Morena de puntos muy significativos en la Ciudad de México. De un golpe, le arrebató alcaldías y epicentros claves del lopezobradorismo. Fue, ni más ni menos, un descuido y exceso de confianza que se advirtió no puede llegar a pasar, menos en una elección donde están en juego puestos importantes. Además de ello, hay un factor crucial que se comprobó, pues las clases medias, que son sectores con un criterio más emancipador, hicieron sentir su voto y, ante el desdén que sufrieron por algunos cuadros del partido guinda, le dieron la espalda a Morena.
Se concluyó que, de esa forma, la manifestación se hizo presente y, para ello, este ejercicio será clave para reconciliar con todos ellos. Frente a ese gran desafío, Claudia, coordinadora nacional de los comités, manda señales claras para recuperar la confianza en muchos contextos, especialmente el de las clases medias. He ahí la incorporación de Ricardo Monreal al proceso que se avecina. Sheinbaum, sin pensarlo, se decidió por el mejor estratega que tiene el movimiento en estos momentos. Sabe que -la capacidad mediadora del zacatecano- es de vital importancia para inyectarle y, sobre todo, emplear las competencias que se necesitan para responder a la presión.
El propósito fundamental, sin duda, es construir una campaña de nivel. Morena, como partido político, tiene una base de apoyo importante que, de cierta forma, le guardan lealtad al presidente Obrador. Sin embargo, hay qué ir en busca de los sectores que son apartidistas, al igual que el de los críticos, los intelectuales, lo mismo que la comunidad estudiantil y científica. En pocas palabras, se necesita de un integrador que cohesione hacia adentro y sume a todos ellos a la causa de Claudia. Y sí, esa capacidad conciliadora la posee Ricardo Monreal, dada la experiencia que ha ido acumulando a lo largo de muchas décadas, en especial en la era de la llamada Cuarta Transformación.
Entonces, para Claudia Sheinbaum, contar con un perfil como Ricardo Monreal, con todo su potencial acumulado, le garantiza un nivel de competencia muy alto para los retos que se avecinan. Uno de ellos, por ejemplo, será la planeación y la logística de la campaña, para lo cual, y en función de sus capacidades, el zacatecano le sacará mucho provecho a favor de la coordinadora, pues Monreal está plenamente definido como un estratega nato, lo que, a lo largo de su carrera, es un mecanismo infalible, apoyándose siempre en el diálogo frontal con todos los sectores sociales, incluyendo a las minorías.
En cuanto al nivel de los equipos de ambas fuerzas políticas, Claudia Sheinbaum lleva la delantera, pues ha constituido un equipo de campaña poderoso que, como ya fundamentamos, sabrá aprovechar al máximo la capacidad no solamente para planear, sino para construir las condiciones de una victoria como la del 2018 y, en ese sentido, la coordinadora leyó muy bien lo que requiere para llevarlo a cabo. Ricardo Monreal y Adán Augusto, serán piezas fundamentales para ganar la presidencia y, con en ese efecto, gran proporción de espacios legislativos y la mayoría de las entidades federativas.