En el diario La Jornada leí —en un artìculo de Hermann Bellinghausen— que está a debate la definición de la palabra mascota. Qué bueno: todo debe cuestionarse.
Hasta donde entiendo, mascota se origina en el francés mascotte, que significa amuleto o talismán. De ahí la primera acepción, de tres, del Diccionario de la lengua española de la RAE: (i) “Persona, animal o cosa que sirve de talismán, que trae buena suerte”. Las otras dos definiciones son menos sugestivas: (ii) “Animal de compañía” y (iii) “sombrero flexible” —esta última en Andalucía—.
Según las personas que sí saben —ya lo explicará, espero, el tenor Héctor Palacio— la palabra aquí analizada se hizo popular gracias a una ópera cómica en tres actos, La Mascotte, de Edmond Audran con libreto de Alfred Duru y Henri Chivot.
Es interesante esa ópera —cito enseguida, sin comillas y manipulando un poco los textos, a Wikipedia—:
- La acción se desarrolla en el principado de Piombino, Toscana, en el siglo XVI.
- Rocco, un granjero, es víctima persistente de la mala suerte. Por mucho que trabaje, las cosas siempre le salen mal. Se compara con tristeza con su hermano Antonio, que tiene un gran éxito en la granja de la misma calle.
- Para su consternación, Antonio le envía una nueva trabajadora, Bettina, cuidadora de pavos y novia de su pastor, Pippo. Rocco siente que no necesita más trabajadores, sino más suerte.
- Bettina trae consigo una carta de Antonio, que Rocco se olvida de leer. Si la hubiera leído, sabría que Bettina es una mascota, que misteriosamente trae buena suerte a su empleador y a todos los que están relacionados con ella.
- Las mascotas fueron creadas por el dios benévolo para contrarrestar el mal que acecha al mundo. Mientras permanezcan puras y castas, su poder continúa; solo una virgen puede ser una mascota.
- Tan pronto como Bettina llega, la suerte de Rocco comienza a mejorar.
- El gobernante del principado, Laurent XVII, honra la granja de Rocco con una visita.
- Laurent está tan maldito como Rocco. Pierde guerras, hace inversiones desastrosas, no tiene suerte en la caza y tiene una hija rebelde que se resiste a un matrimonio arreglado con Fritellini.
- En la casa de Rocco, cuando se cambiaba la ropa, Laurent XVII encuentra la carta sin leer de Antonio.
- Al leerla, descubre la verdad sobre el poder místico de Bettina y decreta que ella debe acompañarlo a su corte.
- Desde que Bettina se ha instalado en el castillo, la prosperidad ha vuelto a los asuntos del príncipe.
- Pippo, el novio de Bettina, entra en el castillo y encuentra a su amada. Al frustrado galán lo arrestan y arrojan a un calabozo.
- A la hija del gobernante, Fiametta, le gusta el novio de Bettina.
- Laurent XVII, lejos de enfadarse, considera conveniente casar a su hija con Pippo, ya que así se eliminará cualquier peligro de que Bettina y Pippo puedan casarse.
- Bettina, el talismán, desde luego se enoja por la traición de su novio y, enfadada por lo que ve como la deserción de Pippo, dice que se casará con Laurent, príncipe de Piombino.
- La hiza de Laurent tenía prometido, Fritellini, quien se va del palacio furioso y amenazando con represalias.
- Son serias tales amenazas ya que el padre de Fritellini gobierna el poderoso estado vecino de Pisa.
- Habrá una guerra.
- Pippo y Bettina, antiguos novios, se entienden de nuevo al darse cuenta de que están siendo manipulados; entonces, escapan por una ventana.
- Sin la mascota al príncipe Laurent le cambia la suerte y le va de la chingada.
- Laurent XVII pierde una batalla contra las fuerzas de Fritellini, que cuentan con el apoyo de los reconciliados Pippo y Bettina.
- El príncipe Laurent y su hija Fiametta huyen disfrazados de vagabundos.
- El príncipe y su hija se las arreglan para llegar al campamento del poderoso príncipe Fritellini de Pisa; aparecen ahí en el momento en que se está celebrando la boda del capitán Pippo y Bettina.
- El príncipe derrotado está encantado, ya que esto pondrá fin a la buena suerte que la mascota ha traído a su rival Fritellini y a quienes lo rodean.
- Pero no contaba con Rocco, el primero que se benefició de la buena suerte de la mascota Bettina.
- Rocco explica a Pippo sobre la mascota y las consecuencias si consuma su matrimonio: perderá su alto estatus en la compañía de Fritellini y volverá a ser un simple pastor.
- Pippo duda, pero el amor gana. El príncipe fugitivo y su hija son reconocidos y arrestados.
- Pero Fiametta está tan hermosa con sus harapos y Fritellini tan elegante con su hermoso uniforme que se reconcilian y la guerra puede terminar.
- La felicidad se generaliza cuando se descubre que ser mascota es hereditario, y Bettina sale de la cámara nupcial sonrojada y prometiendo tener gemelos.
La mascota del PRIAN
El PRI y el PAN necesitarán una mascota de gran nivel para sobrevivir. Y es que con una dosis —desde luego muy elevada— de buena suerte tendrán vida después de la muerte.
Claudio X. González, Alito Moreno y Marko Cortés, dueños de la decadente oposición, creyeron que las ocurrencias y malas bromas de Xóchitl Gálvez eran un amuleto. Esta mujer se la creyó y decidió hacer una campaña de vacilada: fracasó, como bien sabemos.
Podemos estar seguros de que los discursos prosopopéyicos de Lilly Téllez y la seriedad tan del PRI de la prehistoria de Beatriz Paredes habrían mejorado la fortuna opositora: no habrían derrotado a Claudia Sheinbaum, pero quizá sí evitado la mayoría constitucional de Morena.
¿En qué talismán confío Claudia? En el único que nunca falla: el trabajo serio combinado con la unidad de quienes se identifican con la izquierda.
En vez de quejarse por la derrota que no pudieron evitar, quienes dirigen y simpatizan con la oposición deberían ponerse a trabajar con seriedad y en unidad. Pero es lo único que no están haciendo. De risa loca que una de las estrellas del PAN en el nuevo poder legislativo vaya a ser el pillastre Riqui Riquín Canallín. Y de plano trágico que el PRI esté maltratando a su militante más inteligente y experimentado, Manlio Fabio Beltrones.
Posdata: La mala suerte podría llegar a Morena y a la presidenta con A si Claudia Sheinbaum no margina pronto a impresentables personajes que por oportunismo pactaron con la izquierda, como Manuel Velasco y otros bribones del Verde. Estos tipos son malos fetiches; cuidado con eso, Claudia.