No tengo la menor idea acerca de por qué Morena le quitó la candidatura a presidente municipal de Monterrey a un hombre del pueblo, Francisco Javier El Abuelo Cruz. Lo consideré en su momento una metida de pata del partido de izquierda. Desde luego, pensé en la posibilidad –remota– de que el candidato morenista, Mauricio Cantú, fuese un político con un nivel ético e intelectual importante.

Ayer en el debate entre aspirantes a la alcaldía regiomontana, el candidato morenista Mauricio Cantú demostró que éticamente no vale un cacahuate, ya que se burló de la discapacidad de uno de sus rivales: llamó “cara de menso” a Adalberto Madero, quien ha vencido la adversidad y ha desarrollado una carrera política que podremos elogiar o criticar, pero que sin duda ha sido relevante. Con esa estupidez que hizo el candidato de Morena Mauricio Cantú demostró que él es, pues eso: un estúpido, es decir, alguien con muy escasa inteligencia.

No merece una brillante mujer como Claudia Sheinbaum, quien no solo ha demostrado toda su vida un talento excepcional sino también valores éticos admirables, que la acompañe un pobre diablo como el tal Cantú. Para que no la manche una acción absolutamente condenable de discriminación, Claudia debe exigir que sea expulsado de Morena de inmediato ese mamón señor Cantú.