El gobierno de Enrique Peña Nieto estuvo marcado por dos eventos trascendentales que lastimaron severamente su popularidad y legitimidad: la tragedia de Ayotzinapa y la investigación en torno a la casa blanca de las Lomas de Chapultepec. Según algunos analistas (no exentos quizá de un elemento parcial que les conmina a la exageración argumentativa) Peña perdió la Presidencia ante estos dos sucesos que enterraron la imagen positiva del presidente luego de la aprobación de una serie de reformas sin precedente en la historia reciente de México.
A partir de aquel momento, la oposición al PRI y los medios de comunicación generaron una percepción de corrupción al interior del Gobierno federal; percepción quizá confirmada por los escandalosos actos de personajes impresentables como Javier Duarte en Veracruz.
Ahora, y no obstante el hecho de que México es gobernado por un presidente que abandera el combate contra la corrupción, el expresidente Peña Nieto pasea libremente en capitales europeas. Se le ha visto recientemente, acompañado de su novia, andar por las calles de Roma, antes de volver (especulemos) a su lujosa residencia en Madrid.
¿Qué debe hacer AMLO? Luego del despilfarro innecesario en consultas populares, el presidente está obligado a rendir cuentas. En este tenor, si existe evidencia que Peña Nieto cometió actos de corrupción, la Fiscalía debe armar un expediente de investigación, y si procede, AMLO estaría obligado a solicitar al gobierno de España la extradición de Peña para ser encausado y procesado en Mexico. Para ello, AMLO debería promover ante las autoridades españolas que el expresidente Peña fuese retornado a Mexico.
¿Por qué no lo vemos? Quizá porque no existe - ni existirá- un sólido expediente acusatorio contra Peña, o tal vez, derivado de una ausencia de voluntad política del presidente AMLO de hacerle regresar. Algunos irán más lejos en su ejercicio especulativo y asegurarán que existe un pacto de impunidad entre ambos. Sea un motivo o el otro... Peña goza la vida, sea en Madrid, en Roma, o próximamente, en París o Londres... Veremos.
José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4