Con civilidad, vocación democrática, profesionalismo y cariño a México, Enrique de la Madrid reconoció que, pese al trabajo que ha venido realizando para mostrar sus virtudes y visión, no logró avanzar a la siguiente fase del proceso del Frente Amplio por México (FAM).

Cuando la contienda es democrática se gana y se pierde, no se construye a partir de visiones únicas ni de personajes carismáticos pero vacíos. De la Madrid, quien ha forjado una carrera política propia y dado cuenta de su profesionalismo en sus diversos cargos dentro de la administración pública federal y en el poder legislativo, ha dado un verdadero ejemplo del juego de la democracia.

De cara a la ciudadanía

El FAM ha logrado una interesante combinación de partidos políticos y sociedad civil logrando ver en todo momento hacia la población y no hacia las cúpulas del poder. Las reglas para el proceso de selección de candidato fueron claras y sin destinatario, y la decisión final será tomada desde la base ciudadana.

Los lastres del sistema

Sin embargo, el proceso no ha estado exento de críticas, los perredistas Silvano Aureoles y Miguel Mancera hicieron berrinche, acostumbrados quizá al viejo esquema morenista impuesto por AMLO desde que dirigió el PRD de las decisiones unipersonales y la estructura de funcionamiento de la partidocracia.

En el FAM la integración es institucional y democrática, clara y estructurada, y se sostiene en la participación ciudadana, algo a lo que no estamos acostumbrados en la incipiente democracia de México.

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Los que avanzaron

Todos los que han participado, han dado un gran ejemplo, los que continúan en la contienda como Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes y hasta el salinista obradorista Santiago Creel., o políticos del más alto nivel, como José Ángel Gurría quien hoy coordina la elaboración del proyecto de gobierno de coalición con la participación, entre otros, de Ildefonso Guajardo, los dos, supieron reconocer que no les daban los números para seguir en la competencia, pero por sus conocimientos y experiencia, tienen mucho que aportar junto a personajes como Lilly Téllez, Claudia Ruiz Massieu, Miguel Ángel Osorio Chong y Gustavo de Hoyos, entre otros, que mantienen su apoyo al FAM y están dispuestos a sumar sus talentos a la propuesta de gobierno.

Enrique de la Madrid

La participación de Enrique de la Madrid es digna de destacar y lo coloca en una posición altamente competitiva para ocupar posiciones de gran relevancia en el desarrollo democrático de México, ya sea como candidato a coordinar desde el Senado de la República los esfuerzos por tener leyes acordes con las necesidades del país, formar parte del próximo gabinete o como candidato a la jefatura de la CDMX con la certeza de que posee la capacidad para realizar un trabajo extraordinario.

Lo que México necesita

Una importante condición para la salud de la democracia está en la división de poderes, es decir, que prevalezca el respeto entre los poderes de la unión y no un poder absoluto que recaiga en el presidente en turno.

En ese sentido, México alcanzó los mejores resultados durante la administración de Ernesto Zedillo gracias a que se alcanzaron las reformas político electorales y del poder judicial. En 1997, por primera vez en el México postrevolucionario, el PRI perdió la mayoría absoluta en el Congreso y se dotó al poder judicial de los elementos suficientes para atender su mandato constitucional con plena autonomía.

Desde entonces y hasta 2018, los gobiernos tuvieron que debatir, acordar y dar entrada a las diferentes posiciones. Las decisiones ya no se tomaban por la voluntad de un solo hombre, el presidente estaba acotado por los otros poderes y los partidos políticos tuvieron que buscar las mejores figuras para contender por los cargos de elección popular, así, al menos en diseño y en parte de la práctica, se logró avanzar.

La 4T rebasada

Ojalá el presidente tome el ejemplo y en 2024, en caso de que así sea, sepa reconocer la derrota sin berrinches ni represalias.

Twitter: @diaz_manuel