Hasta las Jornada 3 donde el promedio de asistencia en relación a asientos disponibles contra asientos ocupados que fue del 46.53 por ciento de asistencia, ya con la jornada 4 aumentó, nada significativo, al 48.11 por ciento de la capacidad utilizada de los escenarios de la Liga MX.
Después de 4 jornadas, por jugarse a mitad de semana la 5 y el fin de semana la capacidad de asientos disponibles ha sido de los 36 partidos de 1 millón 412 mil 971 asientos disponibles, de los cuales ha sido ocupados -no decimos entradas compradas por aquello de los regalos de boletaje- 679 mil 912 asientos, un promedio muy bajo y poco agradable para el patrocinador del futbol.
Parece existir más interés en los programas de análisis, resúmenes, polémica y debate en la televisión abierta y restringida, en plataformas digitales que en los propios estadios. No está conectada la gente con sus equipos salvo casos como Tigres que tiene un promedio de asistencia del 99% de la capacidad dl estadio Universitarios, números que el sirven a la Liga MX para aumentar el promedio general de la asistencia.
Si a este poco interés del aficiono por asistir al estadio le sumamos que en las dos jornadas que vienen, de 17 partidos de liga -América pospone el de media semana- solamente se podrán ver 3 de manera gratuita, en televisión abierta y los demás ya sea en sistemas de cable, canales premium o streaming, entonces la penetración sigue a la baja, patrocinadores que ven a sus marcas rumbo al desfiladero.
El futbol mexicano está escondido, más bien se empezó a esconder de una manera evidente.