Pueden estar molestos, patalear, mentar madres, asegurar que se tienen que ir todos los que hoy trabajan en la Federación Mexicana de Futbol, pero los grandes responsables son ellos. Si hoy los dueños del futbol mexicano tienen que vivir un fracaso de la Selección Nacional, también es su culpa.

Y es su culpa porque se dejaron engañar por un hombre que por dirigir a Argentina, al Barcelona, a Paraguay, les hizo pensar que iba a llevar al equipo mexicano al quinto partido y ni siquiera lo clasifico a los octavos de final, algo que no sucedía desde 1978. Así de grave, así de enorme ha sido el engaño de un hombre que se lleva los bolsillos llenos para ahora volver a dirigir a su país sin la necesidad de volver a ganar lo que ganó en México.

Si usted quiere encontrar a los grandes culpables de lo sucedido en Qatar, solamente habrá que echar un vistazo a los organigramas de todos los clubes, en lo más alto, y checar los nombres de los propietarios de los equipos, pero no son los únicos, también los ejecutivos de la federación, de la Liga MX, de la Expansión, de la Liga Premier, y todos los demás que incluso estuvieron en Qatar, y debieron darse cuenta de las falencias.

Pero no solamente es darse cuenta de las carencias que se tienen, sino en también levantar la voz, proponer, planificar mejores formas y tener el valor de presentarlas, de convencer a los propios dueños de que hay mejores fórmulas para llegar al éxito. De lo contrario, al futbol mexicano llegará un nuevo Gerardo Martino, un nuevo entrenador que solamente les chupara el dinero como vampiro y volverá a engañarlos.

Esa debe ser la lección de lo sucedido en Qatar 2022 más allá de que Martino se ha despedido, viene la labor más importante de cara al Mundial que se jugará en nuestro país en 2026: El futbol mexicano ya no puede permitirse ser engañado por estos hombres que solo le ven el signo de pesos a los dueños en la frente. El futbol mexicano no puede permitirse ser el banco de estos individuos que al saber que tienen su lana segura y el contrato se les vencerá, les vale el proyecto yo dejan morir cuando más se necesita de su mentada experiencia.

Se ha ido Gerardo Martino, se ha ido el último gran timador del futbol mexicano y se puede ir a dónde se le pegue la gana, pero quienes se quedan, los dueños y esos altos directivos, esos tienen que entender de una buena vez que ya no pueden volver a abrirle la puerta de la Selección Nacional, a otro de estos personajes que solo los engañan y engañan.