De no pasar algo extraordinario, Claudia Sheinbaum Pardo será la sucesora de Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de la república. Su campaña se centra en dar continuidad al proyecto de nación iniciado por López Obrador, fundador del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
La pandemia de Covid-19 ralentizó el desarrollo del proyecto del fundador del partido Morena y, de manera paradójica, hoy esta circunstancia le abona puntos a Sheinbaum Pardo para desarrollar su propia propuesta, a partir de eventos que se han quedado en el tintero, como, el desarrollo de un sistema de salud nacional.
Además, la reciente incorporación de Marcelo Ebrard Casaubón a la campaña de Sheinbaum Pardo genera un mensaje de unidad dentro de Morena, tras un periodo de contienda interna que sacó chispas. Esto ha fortalecido la confianza del partido guinda, pues demuestra la capacidad de unirse en torno a un objetivo común.
Por si fuera poco, los más de 20 mil puestos de elección popular en juego, han generado espacio para que muchos simpatizantes y militantes de Morena compitan por diversos cargos, alcaldías, presidencias municipales, concejalías y curules -locales y federales-, quienes representan una oportunidad para que el partido se consolide en distintos niveles de gobierno; adicional a las secretarías de Estado y de las entidades federativas.
En contraste, en el grupo opositor liderado por Xóchitl Gálvez, el avance ha sido lento y modesto, lo que sugiere que no tendrá tiempo suficiente para recuperarse completamente. Esto recuerda lo ocurrido en el Estado de México, donde Delfina Gómez ganó las elecciones intermedias, dejando a la oposición muy cerca del poder, que se quedó con las ganas de consolidar su objetivo final.
En cuanto a Jorge Álvarez Máynez, su candidatura parece estar en un segundo plano. A pesar de haber sido un relevo emergente, no parece tener posibilidades frente a las candidatas Sheinbaum y Gálvez. La ventaja de Sheinbaum radica en el sólido apoyo social que aún conserva gracias a la figura de López Obrador, principalmente del grueso de la población, la más vulnerable y, en este sentido, Álvarez Máynez es un desconocido y sin gracia política.
De esta forma, la campaña se antoja con muchos golpes bajos, pero nada que pueda, por el momento, revertir la simpatía ciudadana plasmada en diversas encuestas de opinión sobre este proceso electoral; de seguir así, estaremos presenciando el desarrollo de lo que ella misma ha calificado como el “segundo piso” de la Cuarta Transformación del país. Etapa política que promete construir, sobre los cimientos establecidos por López Obrador, un enfoque renovado y una mayor proyección del espíritu del “lopezobradorismo”, “por el bien de todos, primero los pobres”.
Punto Cero
José María “Chema” Tapia Franco, del Partido Verde, surge como fuerte contendiente en la carrera por la alcaldía de Querétaro, tradicionalmente dominada por el PAN. Su crecimiento y aceptación ciudadana lo colocan cerca del candidato panista, Felipe Fernando Macías.
Inicialmente en Morena, Tapia se unió al PVEM en la alianza Juntos Seguiremos Haciendo Historia, generando interés y acercándose en las preferencias. Mientras, Morena en Querétaro enfrenta dificultades internas para definir su candidato.
Faltando semanas para las campañas, el caso de Querétaro resalta por la percepción positiva hacia Tapia, cercano a figuras como Claudia Sheinbaum y Mario Delgado. Su presencia desafía la política tradicional y refleja una tendencia de apoyo a candidatos independientes o de partidos menos convencionales.
La Cuarta Transformación se manifiesta en Tapia y su propuesta, añadiendo un elemento interesante al panorama político de la entidad, que podría obtener para Morena de manera importante para el mapa nacional.
X: @JoseVictor_Rdz | Premio Nacional de Derechos Humanos 2017