Los juegos de futbol entre amigos —y amigas, desde luego— en Brasil se llaman peladas; en México, cascaritas; en España, pachangas; en Argentina, Uruguay y Colombia, picaditos.

Durante su campaña, cierto domingo el hoy presidente colombiano Gustavo Petro se quitó el estrés generado por la contienda electoral con un picadito. Los equipos eran mixtos y una mujer la árbitra. El político colombiano —de izquierda, por cierto— presumió en Twitter que metió un gol.

Sin duda, dada su edad, el de Petro fue un muy buen gol. En el mensaje en el que alardeó sus habilidades futboleras, el político colombiano destacó que se gana en equipo: “El equipo de toda la juventud, de todas las mujeres, de toda la gente trabajadora”. Representa un gran avance que los hombres de poder destaquen el papel de las mujeres. Claro está, habría sido más adecuado que Petro hubiera escrito “la árbitra una mujer” en vez de “el árbitro una mujer”. Si no fue una falta de él, se equivocó su equipo de redes sociales; ojalá ya trabajando en la Casa de Nariño modernicen su expresión.

Y bueno, también es un avance que Colombia tenga ahora una vicepresidenta, Francia Márquez. Algún día ese país avanzará todavía más con una presidenta.

En la comentada cascarita participó la hija de Petro, Antonella, y qué bueno. El deporte femenil ha progresado bastante en Colombia. Pero no ha sido sencillo. En 2018 el ahora presidente tuvo que llamar estúpido a un tipo relacionado con el mundo deportivo quien se aventó una lamentable declaración feminista y machista:

Las columnas más leídas de hoy

Las ciclistas de Colombia

Supongo que en Colombia el futbol es la actividad deportiva más popular, pero personalmente, desde México, cuando pienso en deporte colombiano la primera actividad que se me viene a la cabeza es el ciclismo. Son extraordinarios los pedalistas de esa nación. Ojalá Petro no deje de apoyarles como venganza porque el mejor de todos, Egan Bernal —ahora lesionado, pero ya ganó el Tour de Francia— fue un fuerte crítico del actual presidente durante su campaña electoral.

Lo mejor que hizo ESPN en la pasada transmisión del Tour de Francia fue incluir entre sus comentaristas a la destacada exclicista colombiana Laura Lozano. Hizo mucho mejor trabajo que un argentino ruidoso e inculto, Mario Sabato, y que un colombiano juicioso pero aburrido, Óscar Restrepo.

En México estamos bastante atrasados en lo relacionado con el deporte. En esto Colombia nos gana, ni hablar. En los Juegos Olímpicos del año pasado esa nación quedó en la posición 66 del medallero con cinco preseas, cuatro de plata y una de bronce —en ciclismo, atletismo y halterofilia—. México se ubicó mucho más abajo en la clasificación, en el lugar 84 con cuatro medallas de bronce —en halterofilia, clavados y tiro con arco—.

En política vamos adelante de Colombia

A pesar del optimismo que hay por el gobierno de Gustavo Petro, en la política, es un hecho, México aventaja a Colombia: el cambio progresista llegó antes con AMLO y, ¡al fin!, en nuestro país existe la posibilidad absolutamente real de que una mujer sea presidenta.

Hay tres contendientes fuertes para quedarse con la candidatura presidencial de Morena, el partido de López Obrador que ha ganado todo desde 2018 y sigue incrementando su potencia electoral, por lo que es el gran favorito para ganar las elecciones de 2024.

Las tres personas que buscan por Morena la presidencia de México son dos hombres y una mujer, esto es, dos corcholatos y una corcholata —el lenguaje incluyente manda, desde luego—.

Ella, por cierto, supera a ellos en las encuestas. Es la verdad: así sea por la mínima, pero Claudia Sheinbaum aventaja a Marcelo Ebrard… también le gana, por mucho, a Adán Augusto López.

Análisis mercadológico de los lemas de precampaña

Lo que sea, la corcholata y los corcholatos tienen sus lemas de precampaña; los recordé por que hoy mencionó el diario Reforma en su columna Templo Mayor: #EsClaudia, #AdánVa y #MarceloEsMiCarnal.

Llamé a un amigo experto en marketing quien invariablemente madruga y se pone a trabajar desde las seis de la mañana. Le pedí que analizara esos hashtag. Lo hizo y me dictó lo siguiente:

√ Claudia con #EsClaudia quiere reafirmar la idea de mucha gente de que, pues eso, es ella y nadie más —desde luego porque así lo ha decidido el presidente AMLO, tal como se comenta en prácticamente todas las columnas políticas—. Como lema funciona ya que confirma lo que todo el mundo dice, sea verdad o no. Ya sabemos que en nuestro país cuando a la gente se le pregunta por quién va a votar, la mayoría responde con el nombre de quien considera sea el favorito para ganar; en este caso, sería la favorita para quedarse con la candidatura.

√ Marcelo con #MarceloEsMiCarnal pretende recuperar viejas glorias. Algo así utilizó en 2006 para su campaña en el entonces Distrito Federal. Le funcionó porque todos sabemos que si hay un carnal en México ese el carnal Marcelo, el de las películas de Tin Tan. Hace 16 años al candidato presidencial López Obrador seguramente no le molestaba que se le comparara con el famoso comediante; no se había puesto la banda en el pecho y el no sentir todo el peso de la investidura presidencial le permitía aceptar una broma así. Ahora, como presidente de la nación, probablemente no le agradará la comparación. AMLO sabe bromear consigo mismo y disfruta las caricaturas de la prensa sobre su persona. No es probable que le guste que un subordinado guasee con el titular del poder ejecutivo.

√ Adán con #AdánVa creo que no va a ningún lado; si acaso solo va a hacerle el caldo gordo a Claudio X. González, ya que su lema recuerda bastante al de la coalición opositora organizada por ese empresario, #VaPorMéxico. Hay un problema adicional que los y las publicistas de Adán Augusto no consideraron: eso de #VaPorMéxico ha sido marca de la cervecería Cuauhtémoc Moctezuma y de una empresa llamada Oil & Gas Alliance, tal como lo dio a conocer en El Financiero el señor Atzayaelh Torres. El secretario de Gobernación deberá buscarse otro eslogan. No sé cuánto ha invertido en el #AdánVa, pero no debe ser mucho ya que no ha funcionado —las encuestas no mienten—, o quizá sí ha gastado bastante, pero como el lema es malo y se identifica con la derecha, de ahí su pobre crecimiento en las mediciones electorales. Le urge un hashtag más pegador, como por ejemplo, #AdánEsunDonjuán o #AdánselosPicará. Algo así, fuerte, a tono con la sensibilidad de los y las votantes.